Capitulo 42

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Los días posteriores a la partida de Julián, Diana se mantuvo encerrada en su habitación, llegaba al trabajo y de ahí se tumbaba sobre su cama, abrazada a su almohada, incluso mirando con fijeza el gran oso de felpa que tenía sobre su alfombra.

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— Diana tu padre ha venido a visitarte – exclamo Jennifer, entrando de improviso a su habitación, sacando a Diana de entre sus cavilaciones.

Jennifer ya conocía la historia referente a como Diana había dado con el paradero de su verdadero padre y el modo en el cual se enteró de esta verdad, al principio se desconcertó e incluso por un extraño motivo no se le subió la presión como era su padecimiento.

Gracias al apoyo del doctor Alexander este problema se estaba aminorando y el tratamiento que le había indicado estaba dando frutos, Diana agradecía por ello. Por otro lado, su relación con Albert Williams se limitaba a ser solo de negocios, si bien era cierto que luego de lo sucedido en las Vegas, ella se sentía avergonzada cada vez que le veía, sin embargo, con el paso del tiempo todo eso había cesado, ya no se sentía tan mal.

Nunca había visto a Albert como posible enamorado y mucho menos ahora que sabía que su prima Camila, había sido la mujer que él amo. Diana llegaba a visitar a su padre Jacob en ocasiones, cuando deseaba sentirse bien y olvidarse de su depresión respecto a Julián, esas veces charlaba con Camila acerca de la relación que había tenido con Albert.

Ya estaba enterada de toda la verdad y se la vivía insistiéndole a su prima de concertar una cita con Albert y charlar acerca del asunto, de presentarse ante él y explicarle lo sucedido y su forma de pensar, sin embargo, esta chica se negaba rotundamente a ese hecho, alegando que lo que más temía era que él la rechazará e incluso el amor que algún día le tuvo se convirtiera en odio.

— Gracias mamá, en seguida voy a verlo – añadió Diana, secándose con brusquedad unas lágrimas rebeldes que habían recorrido sus mejillas, al recordar a Julián como usualmente lo hacía.

Jacob aguardaba por ella en la sala de estar, luego de aquel mal entendido que durante muchos años tuvo con Jennifer, la mujer que alguna vez amo en demasía y por la que aún sentía cariño, ahora convivían más amenamente, eso alegraba mucho a Diana, le agradaba saber que aunque no estuvieran juntos se toleraran y ella por primera vez en su vida, supiera lo que es convivir con un padre, uno de verdad y no aquel canalla que durante mucho tiempo considero como tal, sin embargo lamentaba la situación que ahora vivía Beth, ya que en situaciones como esas, donde Diana salía con su padre, la niña se tornaba nostálgica.

— Diana, hija, me agrada que ya estés mejor ¿Qué tal tu jaqueca? – le cuestionó Jacob a Diana luego de verla llegar y darle un fuerte abrazo. Él le comentó a Diana acerca de una jaqueca, porque el día anterior fue su excusa para irse aprisa de un restaurante donde cenaron juntos.

Diana anhelaba huir de ese lugar, no porque le fuese desagradable, no, más bien había sido por Jackson Carter. Jack luego de la trifulca que tuvo con Julián, debido a su interés por Diana, decidió distanciarse de su amigo, de hecho ambos lo hicieron, a pesar de que eran socios de la empresa que con mucho esmero habían formado, solicitaron el apoyo de unos abogados para terminar con aquella compañía que comenzaba a ser un éxito, cerrando las puertas y dividiendo los bienes.

Cierta ocasión luego de que Diana recibiera aquella carta que Julián le había dejado como despedida, decidió ir a buscar a su mejor amigo para que le diera informes de su paradero, pero este le explico que Julián ya no era su amigo, que ellos habían discutido y estaban distantes, en el momento que Diana bajo el rostro y decidió despedirse;

— ¡Espera Diana! – le dijo Jack sujetándola por el antebrazo, antes de que atravesara la salida.

— ¿Qué ocurre Jack? – respondió ella, pero una lágrima se asomó sobre una de sus mejillas y Jack lo notó.

Deseo y sacrificioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora