Capitulo 43

146 9 0
                                    

El tiempo había pasado también para Julián, luego de su separación y de aquella carta en donde le daba un adiós definitivo a Diana, tomo la decisión de irse a Londres y establecerse en aquella ciudad, sin embargo, Margaret, su madre, en menudas ocasiones solo se dedicaba a recordarle a Melissa, a insistir en que debería olvidar todo lo sucedido y regresar con ella.

Tanto Margaret como su padre, estaban enterados ya de la relación que su hijo mantuvo con Diana, él mismo se los dio a conocer, cierto día en el cual se acatarro de la persistencia de Margaret en cuanto a Melissa.

Julián decidió cambiar de residencia, lo suyo ya no era contemplar modelos en las pasarelas y tomar fotos deleitándose con que posaran para él, sentía que eso formaba parte de su pasado, de un pasado que solo le traía malos recuerdos y era justo eso lo que deseaba evitar.

Como profesional de la fotografía que ya era, quiso hacer algo por su lado, lejos de su familia, encontró un empleo como fotógrafo para la empresa National Geographic y se dedicó a viajar por el mundo, buscando escenarios majestuosos de la naturaleza, mismas imágenes que luego se publicaban en las revistas de esta compañía.

Su popularidad en ese ámbito incremento, de la misma forma en que lo hicieron sus ingresos en esa área, aunque no ganaba lo mismo que cuando tuvo su propia empresa, ni cuando laboraba junto a sus padres, aun así, se sentía más pleno, por primera vez en su vida hacía lo que más disfrutaba, viajar, conocer nuevas culturas y deleitarse tomando las mejores fotos, aquellas que él gozaba admirar.

Los campos coloridos cubiertos de rosas de diversos colores, acompañadas de un enfocado molino de viento, que detrás dejaba divisar también un bosque cubierto de olmos asomando su verde tono, eran el escenario perfecto para la última fotografía que Julián pretendía tomar aquella mañana en Holanda.

Aun con una gabardina negra cubriéndole por debajo de las rodillas, unos jeans azules y la barba crecida un poco más de lo usual, pero con el cabello castaño por debajo de su barbilla, Julián Cavendish seguía siendo un apuesto caballero, se la pasaba de ciudad en ciudad como un marinero, viviendo en posadas, hoteles pequeños e incluso cabañas, disfrutaba mucho de la paz y tranquilidad que eso le brindaba.

En situaciones cuando caía la noche, recordaba a Diana, ella seguía en su corazón como un sello que llevaría grabado por siempre tal y como lo había dicho antes, para esta instancia de su vida, no pensaba en iniciar ninguna relación sentimental con alguien, disfrutaba más el desarrollarse como profesional en su área, la fotografía.

— ¡Julián!, al fin respondes al móvil – exclamo Margaret, llamando a su hijo por quinta ocasión consecutiva. El hecho era que Julián cuando se concentraba en los mejores ángulos para sus fotos, perdía la noción del tiempo y del espacio, se enfocaba tanto en sus detalles, que se desconectaba incluso de todo lo demás, incluidos su móvil.

— Hola mamá, lo siento es que tenía mucho trabajo, pero ¿Qué tal, que me cuentas? ¿Cómo han estado? ¿Qué tal papá? – preguntó Julián observando con sus ojos azul metálico el paisaje que tenía enfrente.

— Hijo, me alegra saber de ti, más bien que al fin respondas a tu móvil, hacia tanto tiempo que intentaba comunicarme contigo, me alegro que te hayas decidido a darme tu número telefónico, parece que, de un tiempo para acá, te desearás desconectar de todo, incluso de la tecnología, vives en la antigüedad Julián.

— No exageres mamá, bien sabes que me la paso viajando y no me es posible mantener un mismo número telefónico, en ocasiones me adentro en el espeso bosque y la señal es escaza, además sobra decir que no me gusta tener interrupciones, disfruto haciendo mi trabajo y bien lo sabes.

— Si mi amor y lo entiendo, pero siempre me la vivo pensando, en que no tienes ninguna necesidad de andar lejos de nosotros, tu familia, además deberías sentar cabeza ya, en numerosas ocasiones te sugerí que volvieras con Meli, luego de que viajaste para no regresar a Londres, ella vino a buscarte, se me estrujo el corazón al decirle la decisión de vida que habías tomado y...

Deseo y sacrificioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora