Empecé a caminar, adentrándome por el pequeño y oscuro pasillo que me llevaría a mi destino final. El tan preciado lugar donde podría saborear un pedazo de la tentación más dulce de todas. El tiempo pasaba lentamente mientras mis pies se movían siguiendo el camino que ya conocían tan bien. Las personas iban de un sitio a otro, las voces se distorsionaban en una mezcla inentendible que se fusionaba con la música que hacía de fondo para el acto que se estaba llevando a cabo.
Los cuerpos en movimientos hipnotizantes sobre el escenario relucían con pequeños destellos sobre las gotas de sudor que recorrían sus pieles, como una capa fina de seda haciéndolos tan apetecibles. Hombres gritando las obscenidades más oscuras que pudieran pasar por tu mente, junto con tristes súplicas pidiendo ver un poco más, oler un poco más, saborear un poco más, que acompañaban de billetes doblados que suciamente introducían dentro de la casi inexistente ropa interior que las voluptuosas mujeres, plácidamente de piernas abiertas, aceptaban cual ofrenda mientras se relamían los labios. Si no fueras un buen conocedor y admirador de un sitio como ese, podrías decir que todo aquello era casi... profano.
Atravesé el lugar apartando a algunas personas a empujones, sintiendo la mirada curiosa de otros que desde la distancia susurraban en sus oídos, ignorándolos como de costumbre. Solo tenía una cosa en mente, una persona específicamente, el dulce más delicioso de todos que me esperaba obedientemente. Fui hasta la barra donde me recibió el camarero de siempre, quien sacó un Macallan y me sirvió un trago que tomé al instante.
-Deberías ser más cuidadoso, Tom. Ya se han dado cuenta de quién eres y qué vienes a hacer aquí.- Dijo el hombre de piel morena quien con el ceño fruncido me juzgaba con la mirada mientras me servía otro trago.
-No podría importarme menos.- Volví a tomar de un solo trago mi bebida, sintiendo el calor del alcohol recorrer mis adentros provocándome un escalofrío placentero. -¿Dónde está?- Pregunté sin darle más vueltas al asunto. Iba a lo que iba y era lo único que me interesaba.
Me hizo un gesto con la cabeza señalando detrás de mí. Me volteé sobre el taburete en el que me había sentado y al fondo, apenas distinguible entre las luces de neón se encontraba él. Hablaba alegremente con una de las chicas jugando con su desordenado cabello rubio entre sus dedos.
-Te lo digo en serio, hermano. Muchas personas saben que eres el esposo de Heidi y es solo cuestión de tiempo para que esto salga a la luz. ¿Ella tiene idea de dónde estás? Te botaría si se entera de toda la mierda que haces aquí. Todos están hablando de cómo no sabes llevar tu mierda en orden.
-Ya te lo dije. No me importa, Miguel.- No estaba ahí para hablar de lo moralmente incorrecto que era engañar a mi esposa con un hombre en un strip club. La amaba, por supuesto que sí, aunque fuera a mi manera. Pero con él tenía algo que no había conseguido con nadie más. Era gloriosamente excitante lo prohibido y sucio que podía ser con él. Era libre de cumplir mis más profundas fantasías sin quejas, sin peros, sin vergüenza ni tabú. Era malditamente sexy y encendía cada centímetro de mi cuerpo.
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UNHOLY / Oneshot + Songfic (Español)
Fanfiction(+18) Tom vive una doble vida. Ante el mundo es el esposo de una modelo famosa, pero en secreto mantiene una relación con un stripper con el que puede cumplir sus fantasías más... profanas. ____ Disclaimer: Este one-shot está inspirado en la canción...