Serie de One Shot's omegaverse hetero.
Lectora Alfa + Personaje Omega.
Se aceptarán sugerencias, con Power Bottom.
Creo que es todo, sin mas que decir vamos a lo que venimos.
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"Shinra Kusakabe - Fire Force"
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Esto era horrible, ¿horrible?, no eso se queda completamente corto, más bien lo describiría como traumatizante, y ahora dirán, ¿Por qué?, sencillo, estaba en su habitación, dicha que compartía con su compañero, Arthur. Hasta aquí todo bien, pero hace unos minutos se despertó por "unos ruidos extraños", iba a bajarse para reclamarle al rubio, si no fuese por que escucho una voz femenina.
- Guarda silencio, no queremos despertar a Shinra - la voz la conocía perfectamente, se trataba de Yuna Yoshida, la recluta que había llegado antes que él, y que para terminar de rematar, era un alfa.
Habían pasado alrededor de seis minutos de eso, pero el ruido no se detenía, es más, aumentaba de intensidad y la curiosidad del de ojos rubí pudo más. Con todo el cuidado posible y tratando de no causar ni un solo sonido, bajo su cabeza para por fin poder ver que sucedía.
La escena fue tan difícil de digerir, como de ver. Arthur estaba inmovilizado contra la cama, tenía un trapo en la boca que impedía que hiciera algún sonido, sus ojos azules se encontraban entre cerrados, llenos de lágrimas, mientras que la alfa lo penetraba con sus dedos de una manera salvaje, su boca se encontraba ocupada lamiendo y succionando sus pezones.
Inmediatamente subió de nuevo a su cama, no podía creer lo que había visto, y ahora pensándolo detenidamente, antes de acostarse a descansar, logró percibir un leve olor a miel, cosa que pensó que podía ser el celo de su compañero, de lo cual no estaba del todo seguro, ya que no podía oler bien por que estaba enfermo, y su sentido del olfato no funcionaba como debía.
Poco a poco, su omega comenzó a reaccionar ante el aroma de la alfa, sin ser consiente de sus movimientos, pasó su mano sobre su bulto, que ya estaba semi despierto, también la humedad en su entrada. Así su imaginación comenzó a hacer de las suyas, se le vino a la mente la imagen de que la alfa le hacía todo a él y no a Arthur.
Su pequeño agujero buscaba atención y el no podía negarsela, bajo el pantalón de su pijama junto a su bóxer, el líquido viscoso manchó las sábanas, cosa que no le importaba en ese momento, sus dedos recorrieron la extensión de su entrada. Esta se contraía, poco a poco metió un dedo soltado un pequeño gemido, que creyó que no sería audible para la pareja, y en parte tuvo razón.
