Había muchos lápices de colores sobre la mesa, el chico tras el lienzo se rascaba la sien, incluso tenía la lengua afuera. Su pareja estaba sentada en la silla puesta con una manta encima, un vaso de vino en mano y una corona de burguer king en su cabeza.
— ¿Cómo vas amor? — Decía la chica esperando a ver si al fin podía bajar el brazo.
— Sí, lo clave está vez, vas a conocer el próximo da Vinci.
La chica se reí un poco, igual ella se alivio un poco su cansancio para acercarse a su novio, lo que contenía el lienzo era cuando menos de cuestionar. La chica estaba en el juego mental de si decir a su pareja la verdad o ir de imaginación. No era lo esperado, pero era muy gracioso.
— ¿Me comparas con Fiona montada en un caballo? — El chico beso la mejilla de la alta, esta igual correspondió el afecto. — Pero si me dibujaste hasta nubes.
— Se supone que son gaviotas, estas sentada en un banco... — La chica pestañeo un poco, sí, era terrible dibujando su pareja pero el chico le entrego el lienzo con animo.
— Muy bonito, lo colgare en mi cuarto.
Con eso la dama tomo el horrendo cuadro para después poner uno nuevo entre las manos de su pareja. Él miraba extrañado.
— Me gusta verte pintar.
Si por calidad es, no, era comparable a un niño se párvulos, pero, ella tenía otra obra la cual contemplar. Su pareja no sería agraciada a ojos de sus progenitores, pero el hecho de que este sonriendo le gustaba.
— Se que voy dibujar... ¡A ti!
La muchacha no comprendía como alguien no se cansaba de hacer una y otra vez lo mismo.
— ¿Otro? ¿No hay nada más en esa cabezota tuya? — No iba mentir, el que negara para después dibujar... Bueno la intención era lo que contaba. El punto es sonrojarse ante tal cursilería.
— Yo también tomate a ti.— Es un... — Volvió a mirar el lienzo para darle una media sonrisa — ¡Un tomate claro! Para nada es un corazón todo cursi.
La alta abrazo por la espalda al enano, siempre eran así de babosos, daba asco en todo aspecto romántico para cualquier soltero.
— Muy bien, creo que podíamos hacer algo más en el dibujo.
La demoníaca mujer tomo un rotulador, está dibujo por encima del "tomate", su chico se limitó a ladear la cabeza viendo que ese manchurron rojo se volvía un rostro.
— ¿A quién dibujas?
— A ti amor — El pelos cian estaba desconcertado, pero ni con eso se libró.
— Pero... ¿Y por qué parece salido de un manga? No me recuerdo tan guapo.
— Pitufo, siempre fuiste así, no conozco alguien así de bueno, a parte de los cachorritos.
— ¿Y si me disfrazó me amarias más?
El chico volvió a la carga, tomo el color marrón para ponerlo en una de las esquinas.
— Eres un pitufo de caballo — Definitivamente no era lo suyo, igualmente le consolaba el estar pasando rato en pareja.
— Lo podrías vender a 1000 dólares, yo lo hago.
— Sigo pensando que no sabes de financias — miro la página de Twitter de su novia, absolutamente nada en su comisiones, a partes de sus figuras paternas — Siento a mis padres sufrir entre terribles sufrimientos por no ver un duro de eso, más a mí.
— ¿A ti por qué? — Su pareja se señaló pasa luego señalar al móvil. Sí, estaba sugiriendo de compras él. — Me puedes pagar de otra forma sabes. — Reía un poco con una larga sonrisa.
— ¿Un premium en onlyfans?
— ¡No! Para eso te miro a ti — Le cerró la boca con un beso, no duró mucho pero le dejo traspuesta a la muchacha.
— Solo bromeaba, me conformo con seguir dibujando más dibujos de ti.
— Me hicistes 1499 dibujos de lo mismo, por eso debo quererte.
Así volvieron a pintar sobre otro lienzo blanco, así pasaba el tiempo en pareja. Con otro dibujo de ellos dos de forma romántica... Bueno eso se supone.
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¿Le siguen gustando esto? Puede sugerir cosas si quieren
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Adicto a ella
FanfictionLa increíble pero raras historias sobre una demonia culona y el imbécil de su novio.