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Lentamente, YeonJun abrió sus ojos, los cuales se sentían algo pesados por la falta de sueño en los últimos dos meses, no recordaba haber quedado dormido en ningún momento, y aun más confundido lo traía el hecho de no estar en su cama, sino en su escritorio.

—¿En qué momento...?— tomó su celular para poder ver la hora, la fuerte luz de este encandiló su vista, pero en tan solo segundos acostumbró esta nuevamente.

6:23 a.m, sábado, 7 de septiembre.

—Bueno... Aún te toca terminar de hacer varias cosas, mañana descansas para el lunes empezar a retomar— observó por su ventana, el día estaba bastante oscuro como para salir, incluso se levantó para ir a tomar un abrigo, pues estaba haciendo bastante frío. —Ojalá no llueva mañana, por favor.

Algo que YeonJun agradecía de vivir solo era el hecho de que podía hablar consigo mismo, siendo estudiante de psicología, sabía perfectamente que eso no era algo para considerarlo "enfermo", por lo menos no en su caso.

—Bueno, no creo que hoy llegue a hacer nada interesante, después de todo, además de quizá...

El tono de llamada de su celular interrumpió sus acciones, por lo que tomó este para atender la llamada, frunció su ceño al notar de quién era, pero prefirió mantener el tono sereno, no quería un sermón por parte de aquel hombre.

—¿Disfrutando tus días de descanso, YeonJun?

—¿Cómo te parece que sí? La estoy pasando genial, tengo tiempo de dormir y de hacer cosas para las terapias, tanto y tanto vimos ya que, al final, solo queda ver cómo adaptarlo a nuestro modo.

A finales del semestre pasado (y parte de los inicios de este), habían estado presenciando algunas sesiones reales de terapia, y revisando los planes de trabajo que los psicólogos acordados tenían, esto para saber cómo debían de construir sus cronogramas para las primeras prácticas.  Una cosa que YeonJun aún no había comentado a los chicos era que, si bien un buen rendimiento podría extender ese plazo, era poco probable que estuviera más de un año con ellos, por lo que debían tomar sesiones de descanso -algo como la que estaban teniendo en el momento, solo que más extensas, de dos o tres semanas- o exclusivamente para estudiar -cortes parciales y demás-, y esta segunda sabía bien que se estaba acercando.

—Eso es bueno, las energías se deben recuperar para tener un rendimiento excelente, después de todo.

El rubio dejó que en su rostro se formara una expresión de confusión, le parecía bastante raro que su "padre" le estuviera hablando con aquel tono de voz tan animado, y sin recalcar en él cosas negativas, o el hecho de que hubiera sido toda su vida un "inútil y llorón" que no iba a conseguir nada, seguramente.

—¿Qué estás haciendo ahorita...?— al escuchar de fondo algunas voces y choques de copas, supo que seguramente también se estaba tomando un descanso él,  y una buena resaca para el siguiente día. No dejó siquiera que respondiera, porque inmediatamente volvió a hablar —¿Sabes? No importa, tú sigue en los que fuera que estabas, no te molesto más,  adiós.

Tan pronto como cortó la llamada, dejó su teléfono en la mesa de noche, con tal fuerza que este casi se rompe ahí mismo. Se sentó al borde de la cama, con sus brazos cruzados y los ojos algo aguados, inhalando con cierta complejidad, y exhalando con pesadez.

—No me parece raro esto ya, después de todo, esa señora solo me culpaba siempre de haber arruinado su "noche de copas", tal y como tú habrías empezado a hacer ahorita, seguramente.

Fueron tantas las veces que YeonJun en su niñez oyó aquella historia, la de cómo sus padres se conocieron en un bar, estando completamente ebrios y casi que muertos, por lo que decidieron pasar la noche sin protección, ya hasta se la sabía de memoria sin siquiera haberla vivido o presenciado. La única persona que confiaba en él,  después de todo, ya estaba muerta.

Sick Hearts [TXT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora