Capítulo 27: Será bueno para ambos.

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—Hola, Chloe —murmura, cuando le doy el alcance en el Lobby del Hotel.

Le observo un momento, deteniéndome en su vestimenta. Unos vaqueros negros apegados y una camiseta blanca me dan la bienvenida. Es increíble que se haya vestido casi idéntico a Harry.

No es que ese estilo esté patentado por Harry y nadie más lo pueda usar, incluso podría pensar que ni siquiera sabe que Styles se viste así, pero se me es imposible no mirar las similitudes en la vestimenta y en el cabello. Los dos tienen rizos, aunque los de George son más marcados y oscilan entre castaño claro y rubio, y los de Harry están tirando al lacio con las puntas elevadas con un color almendrado.

Un destello de curiosidad brilla en sus ojos cuando no le respondo el saludo. Seguramente debo tener una cara de perdedora total por las miradas que le estoy mandando.

—¿Pasa algo, Chloe? —pregunta, nuevamente inquieto.

—Eh... No, nada —susurro medio distraída—. No pasa nada... Y. Eh, bueno. Hola.

Él asiente examinándome como si fuera un experimento de la Nasa. No señores, soy solo yo buscando similitudes entre mi novio y mi... eh, mi otro novio.

—Claro.

Empiezo a caminar sin detenerme hacia su vehículo. Ya estando en la puerta y a la espera de un desconcertado George, decido mirar atrás.

Él viene hacia mí apresurado con las llaves en la mano. Más al fondo, uno de la seguridad de George nos observa sin siquiera parpadear. Empieza a avanzar lentamente cuando se da cuenta de que él ya está cerca de mí.

—¿Tu seguridad viene con nosotros? —pregunto, clavando la vista en el hombre bien vestido.

—Sí... Espero no te moleste. Jack cree que es bueno llevar seguridad y eso, pero él no irá con nosotros en el mismo automóvil, sabes. Su carro está estacionado en la otra cuadra. 

Asiento un par de veces mientras me deslizo por el asiento del copiloto.

George conduce hacia unos jardines muy bonitos. No sé si están abiertos al público, pero si no lo están, debería ser un delito. Tienen muchas macetas colgantes con flores en ellas, orquídeas, rosas, gardenias... un sinfín de especies dignas de admirar.

Hay dientes de león por todos lados, también caminos de piedras y una especie de tules adornando el cielo como una cascada. Están sujetos por maderas, o eso es lo que estoy viendo. A menos que sean solo algunos cuantos y el resto esté sujeto de nylon.

—¿Te gusta? —pregunta esperanzado.

Mis ojos observan el paisaje con admiración, deteniéndome en los pequeños detalles.

—Sí.

Da un suspiro de alivio y busca raudamente mi mirada. Al principio no quiero observarlo, no lo sé, simplemente no puedo. Pero luego él toma mi mano.

Y me sorprendo a mí misma cuando no la quito y dejo que la sostenga.

—Sé que estás enojada conmigo —explica—. Lo puedo leer en tus expresiones.

Doy un respiro intenso y pausado.

—No estoy enojada contigo.

—Sí lo estás —replica—. Crees que soy el causante de todo lo que te está pasando, la única piedra en el camino que te impide estar con la persona que quieres; pero no es así, Chloe. Lamento todo esto, en serio. No puedo soportar el saber que me odias.

Tal vez si esté un poquito disgustada con él, pero no es como si fuera mi fin del mundo.

Mentirosa, aquí. 

Fairytale. |Harry Styles|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora