scriddler ; ❝ ONE-SHOTS ❞

"Escalofriantemente precioso"

"Escalofriantemente precioso"

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Basado en el videojuego
de
Batman: Arkham Asylum
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sinópsis
Edward Nygma adora llamar "precioso" al Espantapájaros, no importa si eso lo mete en problemas.

palabras: 7190

advertencias: contenido sexual explícito, lenguaje malsonante.

etiquetas: relación establecida, porno sin trama, anal sex, romance.

    Todo le dolía. Su cabeza, sus brazos, su torso, y sus piernas de tanto correr. Tal vez debía ser momento de entrenar algo, solo un poco, para tener resistencia física, pensó. Y aunque se lo llevaba repitiendo todo el camino que recorrió hasta su escondite, sabía muy bien que en cuanto pusiera un pie en cama no se volvería a levantar hasta en dos semanas.

Sin embargo, al menos estaba agradecido de que sus pies no le fallaran esta vez. De no ser así, estaría en Arkham, de nuevo. 

Se aseguró de que nadie lo viniera siguiendo por detrás, ni su propia sombra lo perseguía ahora. Aprovechó para tomar un respiro, después de ser correteando por un par de perros y sus dueños policías su corazón estaba latiendo peor que un motor de carro de carreras, tan acelerado.

Sus llaves tenían colgado un pequeño llavero, un mini cubo Rubik junto a una ficha verde con su nombre "E. Nygma."

Su llave entró al cerrojo, abriendo la puerta y dando un paso a su lugar. Para alguien como Edward que era muy exigente, su espacio no era… una casa, ni mucho menos una mansión. Era algo más que simple que llegó a encontrar abandonado y se hizo cargo de él arreglando las tuberías, cambiando las bombillas fundidas, y poniendo apenas una calefacción. Mínimo se dió el tiempo para decorarlo, unas que otras luces led color verde neón, posters que tapaban los hoyos de las paredes, y también sus muchos trofeos y medallas que ganó de niño en competencias de la escuela para demostrar lo inteligente que era.

Conocía de esquina a esquina su escondite, claro que, jamás se esperó que al prender la luz se iba a encontrar con el temible Espantapájaros, ahí parado y sin hacer el más mínimo ruido. 

Fue algo vergonzoso el grito que Edward dió al verlo, junto a su reacción en la que se llevó su mano al pecho y otra a la pared por su resuello que soltó.

Jonathan río al ver su rostro pálido y cómo respiraba entrecortado, parecía que con su aparición le sacó el alma al otro criminal—. ¿Qué pasa, Edward? ¿Te asusté?

—Mierda, Crane. No vuelvas a hacer eso —dijo, indignado y ya con su corazón calmado.

—Deberías cambiar los seguros y candados, son fáciles de quitar —aconsejó, pasando un cuchillo con mayonesa al pan que tenía en mano—. Creí que alguien como tú pondría miles de códigos secretos y cosas por el estilo.