Roma ardiendo y tu bailando {GADRI}

CAPÍTULO 8: Reencuentros y nuevas oportunidades

HOLAAAAA A TODOSSSS!!!. Sinceramente pense que no iba a llegar a tener el capítulo para hoy, pero bueno aqui estoy. Objetivo cumplido!!!.  He estado leyendo vuestros comentarios, y me alegro un montón de que os guste está historia. Me hace muchísisma ilusión cuando me llega una notificación de wattpad. Así que seguir haciendome feliz votando y comentando mucho este capítulo.

Gracias por el apoyooo. Nos vemos el viernes que viene!!  BESOOS ;)

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~ Pedri~

La semana sin Eira se me está haciendo cuesta arriba, echo de menos tenerla entre mis brazos, en mi cama, su olor, su forma de hablar, de mirarme. Necesito sus mimos, sus bromas, oír su voz, su risa, sus besos. La quiero y la necesito a ella, a nadie más que a ella y punto.

El martes cuando me desperté y vi su lado vacío, supuse que algo andaba mal. La carta que me dejó donde explicaba que su abuela se encontraba en el hospital con problemas en el corazón, me confirmó lo que ya suponía. Me levante saliendo de la habitación cuando escuche a Val, caminar de un lado para otro. La encuentre con la carta en la mano y el móvil pegado a la oreja. Parece que no obtiene respuesta cuando lanza el celular al sofá. "Oye tranquila, ella está bien, vale" - dije mientras le daba un abrazo y besaba su frente. " No entiendo porque no me despertó hubiera ido con ella, y la hubiera apoyado"- dice con la voz entrecortada. Entiendo su sufrimiento, ambas son como hermanas, y los dos sabemos lo importantes que son para Eira sus abuelos, sabemos lo mal que lo está pasando ahora. Hemos intentado hablar con ella durante todo la semana sin resultado, sabemos que su abuela ha mejorado gracias a Dania, la hermana de Eira, con la que Val habló el jueves.

Hoy es viernes, estos días mi rutina se ha basado en ir a entrenar y luego pasar tiempo con Val. Me he quedado en el apartamento estos días, para que a ambos no nos pesase tanto estar sin la pelinegra. El martes por la noche intenté dormir en mi casa, pero no fui capaz de pegar ojo en toda la noche y acabé volviendo al apartamento a dormir en su cama. Mis amigos han intentado sacarme de casa pero no me apetece nada. Todos saben que Eira no está y porque se fue, Ansu fue uno de los que más triste se puso con la noticia, me lleva preguntado un montón de veces si hay noticias de ella y la respuesta siempre es la misma, " no, aún no, lo siento". Su hermana dice que no se despega de su abuela, que está siempre con ella en el hospital y que no quiere moverse de ahí. Sé que lo está pasando mal, que siente tener que estar tan lejos de su familia y que tiene miedo de perder a alguien más. Estoy seguro de que solo ha llorado cuando nadie la veía y se ha aguantado todo lo que siente para no preocupar a nadie. Y todo eso me duele, me duele y me frustra que piense que siempre tiene que ser fuerte y que sus emociones no cuentan. Ha vivido tanto y lo ha pasado tan jodidamente mal y aún así sigue adelante, con esa coraza que la cubre, sí, pero siempre dispuesta a ayudar y a seguir caminando. Por eso para mí es un ejemplo de superación constante, es una luchadora. Mi pequeña guerrera.

La noche cubre Barcelona. Pedimos una pizza a domicilio para completar nuestro plan de netflix y manta. Vamos a ver la primera película de la saga de El señor de los anillos. Hablamos poco durante la peli y cuando termina cada uno va a su habitación.

El sábado me despierta con un rayo de sol que se cuela por la cortina mal cerrada. La hora del móvil me dice que es momento de levantarme. Estoy sentado en la barra de la cocina desayunando cuando Val sale de la habitación con el móvil pegado a la oreja. Se despide de la persona con la que estaba hablando, su mirada se encuentra con la mía. " Eira acaba de subir en el avión, en una 1 hora estará aquí". Dejo todo lo que estoy haciendo y empiezo a moverme hacia la habitación. Me visto lo más rápido que puedo, me lavo los dientes y salgo de la habitación encontrándome con mi amiga en la entrada cogiendo las llaves del piso, yo cojo mi manojo de llaves y las del coche, así como la cartera. Salimos del apartamento y bajamos al garaje a coger el coche. Nos movemos a gran velocidad, Val va escribiendo por el móvil mientras yo salgo a las calles de barcelona en dirección al aeropuerto. El trayecto se me hace eterno, me desespero cada vez que tengo que parar en un semáforo. El aeropuerto está a tope cuando llegamos, intento buscar un sitio para aparcar. Solo faltan 10 minutos para que mi chica aterrice y no hay un maldito sitio en el aeropuerto. A la décima vuelta veo como una pareja de ancianos se dirige hacia su coche, por fin un sitio para aparcar. Salimos del coche corriendo, esquivamos a todo el mundo que se nos atraviesa por delante y llegamos sudando al sitio donde todo el mundo espera a sus amigos o familiares.