TU PUEDES INUPI

prólogo.

Inui no sabía cómo, no sabía por qué, ni mucho menos cuando comenzó toda esta estupidez.

¿El estar enamorado?

Que ridiculez.

— ¡Te lo digo idiota!, Debes usar todo tu poder, robarlo para ti solo y que esté disponible siempre esperando en tu cama con las piernas abiertas— asegurando lo que koko según su torcido juicio era lo mejor y más fácil que podría hacer.

— Eso es secuestro, violación y está mal, además yo no quiero nada de eso para Hanagaki...

— ¡¿Entonces que propones!?— estaba totalmente indignado con la negativa de su amigo. Koko resopló molesto.

El rubio que casi siempre era inexpresivo, en ese momento bajo la mirada atónita de Kokonui quién fue testigo de cómo las mejillas de Inupi se tiñeron de un leve rojo y rasco la palma de su mano algo nervioso, con unos ojos soñadores respondió tímido.— lo único que yo quiero de Hanagaki es tomar su mano y tal vez si él me deja sacarlo a comer un helado...

Koko no lo podía creer.

— Que diablos eres, ¿Una ingenua estudiante de secundaria?— la expresión estoica de kokonoi contrastaba con la incógnita estúpida.

— Vete a la mierda, por eso nunca te pido ayuda para nada.

Koko rodó los ojos con fastidio y paso su brazo por los hombros del ojiverde mientras señalaba a un bastante molesto Hanagaki que fulminaba a todo aquel que pasará a su lado, mientras Matsuno le daba palmadas en la espalda para darle apoyo.

— Ese pollito será tuyo, ¿Por qué?, Porque ¡yo!, El casamentero número uno de Japón te va a ayudar a conquistarlo.

Por otro lado, takemichi comía a atracones una canasta llena de papas fritas y una Coca-Cola por qué estaba a nada de que se le baje la presión y tenga un desmayo por la irá que sentía.

— Mikey es mi cruz, ¡Él es el jefe!, ¡Que organice su propio horario o contraté una asistente!, Ya tengo suficiente con mi propio trabajo. Maldito bastardo sobre explotador, me las pagará de algún modo— lloriqueando mientras echaba fuego de la rabia se desquitó con la mesa golpeándola con fuerza llamando la atención de algunos que se encontraban cerca.

Pero nadie diría algo, después de todo Hanagaki Takemichi era de los más cercanos al jefe además de un ejecutivo de alto mando.

Poco sabía él pobre takemichi que otra cruz sería colocada en su espalda.

Y tenía nombre y apellido.

Oh bueno, más bien sería koko que era un asco de cupido.