Capítulo 4: El nombre del juego

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8 meses, 30 semanas y 1 día de embarazo, Hyunjin sentía que el tiempo iba demasiado rápido para su gusto así como los dolores de cargar con una panza tanto tiempo. Su espalda se encontraba resentida por el peso, sus tobillos se hincharon y las estrías en su estómago se agrandaron.

Nunca le había importado mucho cómo se veía, él sabía que era un chico guapo sin rozar lo egocéntrico ni engreído, siempre tuvo confianza en sí mismo y un autoestima estable dentro de lo que cabía.

Era positivo o al menos eso intentaba ser, sin embargo todo ese viaje que ha hecho desde que se enteró de su embarazo hasta ese punto le ha hecho pasar por una montaña rusa de emociones y experiencias que no se había imaginado antes.

Ahora, solo en su habitación un jueves en medio día, se encontraba viéndose al espejo con una sonrisa torcida. Estaba sentado en el suelo desnudo sin contar el boxer que usaba, se le había hecho costumbre recorrer con su mirada toda su anatomía fascinado con los cambios que tenía día con día así como un poco asustado e inseguro, recorría con su mano su vientre incrédulo con el simple hecho de que ahí dentro estaba creando un pequeño ser que no tardaba en salir. Era tan...extraño.

Usualmente se nos dice desde jóvenes que en algún momento tendremos cachorros, que será duro pero que es la naturaleza, que es normal. Se nos habla de cómo un cachorro es una gran responsabilidad pero a la vez se nos empuja a tenerlos sin realmente dar muchos detalles acerca de una verdadera experiencia, nunca nos dicen cuan extraño realmente es tener dentro tuyo un ser vivo que se está formando, cuán extraño es sentir su movimiento, cuán subreal es pensar que en 9 meses (meses más, meses menos) darás a luz a alguien...es literalmente un giro de 180 grados a tu propia vida.

— Ay florecita —dijo aún sobando su vientre— ¿Cómo te explico que tengo tanto miedo pero al mismo tiempo estoy tan emocionado de conocerte?

Su voz salía a susurros, como con temor a levantar y provocar algún desastre o como si estuviera compartiendo el mayor secreto del universo y quería que solo su cachorro le escuchara.

La incertidumbre que a menudo tocaba su puerta se instaló en su pecho como una vieja amiga.

Realmemte no tenía ni idea de cómo iba a hacer para sacar su vida a flote, era cierto que de momento había conseguido muchas cosas en tan poco tiempo y podría decirse que tenía un trabajo estable con gente maravillosa que le ayudaba sin pensarlo, pero habían tantas cosas a futuro que podrían salir mal y sabía que se vendrían tantos gastos que no estaba seguro de poder pagar. Su corazón se estrujó con la idea de no poder con todo ello él solo, con todo lo que implicaría criar a su cachorro de la mejor manera posible. Temió caer rendido cuando todo ese peso fuese tan grande que ya no podría soportarlo.

El sonido de su teléfono lo sacó de su bucle provocando que dejara sus manos quietas en su panza dejando de acariciarla. Meneó su cabeza buscando alejar todo pensamiento negativo y se levantó con dificultad del suelo para caminar hasta su cama donde había tirado momentos atrás el aparato, cuando lo encontró se topó con el nombre de Hyuna brillando en la pantalla contestándole de inmediato.

— Hola Hyorin —saludó contento.

¡Nene, hola!, ¿cómo esta el omega más lindo del mundo? —saludó de vuelta tan alegre como siempre.

— Estaría mejor sin este dolor de espalda la verdad, cada día se hace más difícil cargar al cachorro.

Ow, me imagino que debe ser un poco difícil considerando que estás ya a pocas semanas del gran día. ¿Que te ha dicho el doctor?

Según el doctor en 4 semanas es lo más probable que esté dando a luz.

¿Emocionado? —preguntó simpática, ella misma sonando emocionada.

Mar y Miel [Hyunsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora