26. Las encontraron

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Era un nuevo día, Ari y Temo se encontraban en el edificio Corcega, visitarlos los hacía sentir más tranquilos.

-¿Alguna noticia de mis niñas?- preguntó Audifaz.
-Aun no, papá- dijo Ari-. Rodrigo dijo que hoy iría a investigar al lugar donde tuvieron a las niñas. Espera encontrar alguna otra pista.
-Verán que les darán una noticia- dijo doña Blanca-. Las niñas están haciendo todo lo posible para poder regresar a casa.

Rodrigo iba en su auto en camino al lugar donde habían tenido a las niñas, no podía pensar en otra cosa más que en encontrarlas.

-¿Dónde están, pequeñas?- se preguntaba Rodrigo mirando a través del cristal.

Anya y Nidia estaban demasiado cansadas, ya llevaban muchas horas caminando y sin dormir, muy pocos autos pasaban por ahí pero ninguno se detenía para llevarlas.

-¿Cuánto faltará para llegar?- preguntó Anya.
-No lo sé, llevamos horas caminando- dijo Nidia con su voz ya cansada-. Ya estoy cansada y tengo hambre.
-Yo igual, pero sé que cuando estemos en casa volveremos a probar la deliciosa comida que prepara nuestra tía Blanca.

Algo motivadas continuaron caminando, su familia las esperaba. Se quedaron quietas al ver que un auto negro se detenía a la orilla de la carretera, el miedo las volvía a invadir al pensar que sería una persona que las secuestró.

-¿Están bien, jovencitas?- preguntó Rodrigo al bajar del auto.
-Alejese de nosotras- decían con miedo-. Por favor, no nos vuelva a llevar con esa loca.
-Ey, tranquilas. No voy a hacerles nada.

Rodrigo se quedó mirando por un momento a las niñas y de su bolsillo sacó una fotografía. Comparaba a las niñas y una sonrisa apareció en su rostro.

-¿Anya y Nidia?- dijo él.
-¿Nos conoce?- preguntaron ellas.
-Soy el agente Rodrigo, llevo muchos días buscándolas y hoy volverán a estar con sus padres Aristóteles y Cuauhtémoc.

Al escuchar el nombre de sus padres ambas rompieron en llanto y abrazaron a Rodrigo, al fin estarían con su familia. Las heridas en el cuerpo, la deshidratación y el cansancio estaban debilitando a las niñas que cayeron inconscientes en los brazos de Rodrigo.

-¡Niñas!- exclamó Rodrigo y al tocar sus rostros notó que tenían mucha fiebre-. Tranquilas, van a estar bien.

Rodrigo las subió al auto y arrancó rápido para llevarlas a un hospital.

-Jefe, encontré a Anya y a Nidia- dijo Rodrigo al llamar a su jefe-. Las voy a llevar al hospital para que las atiendan. Ya le mando la ubicación. Resistan pequeñas, resistan.

Nuevamente en el edificio Corcega, todo estaba normal, Ari y Temo trataban de disfrutar el momento con su familia aunque en el fondo sabían que faltaban sus hijas. El celular de Ari comenzó a sonar.

-Ya vuelvo Tahi, es Rodrigo- dijo Ari y salió un momento.
-¿A dónde fue el Aristófanes, hijo?- preguntó Pancho.
-Salió a atender una llamada del agente- dijo Temo-. Espero que sean noticias de mis hijas.
-Tranquilo hijo, mis nietas estarán bien.
-¡Aparecieron!- gritó Ari.

Todos se sorprendieron ante el grito de Ari, este entró a la casa derramando algunas lágrimas pero ahora eran de felicidad.

-¿Qué pasa, Tahi?- preguntó Temo.
-Aparecieron, las encontraron- dijo Ari emocionado-. ¡Encontraron a las niñas!
-¡¿Qué?!

La familia sintió mucha alegría al escuchar esa noticia. Temo abrazó a su esposo y también comenzó a llorar de felicidad, ¡sus hijas habían aparecido!

-Vamos Tahi- dijo Ari-. Rodrigo en este momento las está llevando al hospital.
-Vamos- dijo Temo-. Les encargamos a las bebés, por favor.
-Si hijo, vayan con cuidado- dijo Pancho-. Nos avisan cómo están las niñas.

La familia al fin volvería a estar junta.

Familia Corcega López 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora