Han Jisung, un reconocido idol, formaba parte de una de las bandas más exitosas de la cuarta generación del K-pop, tenía todo lo que deseo siempre de pequeño, fama, dinero y buenos amigos que consideraba hermanos. Era extremadamente atractivo, serio...
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Parado frente a la ventana, cepillandome el cabello, así me encontraba yo, observando los copos de nieve uno tras otro caer, tan suavemente con la brisa, en el ventanal recorrian gotas de humedad que la helada noche había dejado, poco a poco iba desapareciendo con la calidez del sol que marcaba un nuevo amanecer. Mi celular sonó alertandome de que alguien me llamaba, lo tome y contesté.
-"¿Recuerdas que día es hoy cierto?".
Esa voz podría reconocerla en cualquier parte, era Lee Know quien en la línea se encontraba, sonrei sutil dejando el peine en la mesita y puse en altavoz dejando el móvil en mi cama mientras me colocaba unos cómodos snikers de color blanco.
–¿Como olvidarlo?, se la han pasado toda la semana hablando de lo mismo, no se preocupen estaré allí pronto.
-"No olvides traer algo de comer".
–De acuerdo lo mismo de siempre.
-"Claro, nos vemos futuro solista".
Soltó una leve risa antes de colgar negué con la cabeza y me acomode el abrigo, me coloque un barbijo y una gorra, así mismo guarde el móvil en mi bolsillo, salí de mi habitación para continuamente bajar los escalones hasta la salida, muchos dirían que vivia en una gran casa para solo una persona pero a mi daba igual, cerré la puerta y subí a mi auto, cerré la puerta y me coloque el cinturón.
Conduci hacia la carretera y fui directamente a la cafetería que quedaba una cuadra antes de la agencia en la cual trabajaba, bajé del auto y entre al local, era pequeño, sus paredes eran de un color rosa pastel, las mesas eran cuadradas y las sillas eran como pequeños sofás en forma de brownies, al abrir la puerta la campanilla de arriba marco mi presencia, haciendo que la linda cajera levantara la vista de su computador y me notara.
-¿En que le puedo ayudar joven?.
Pregunto cordial la amable mujer, mire el exhibidor y ví unos lindos daifukus y mochis, me decidi por llevar estos y hablé.
–Quisiera unos mochis y daifukus también.
Dije sin más mientras veía como la joven tomaba un pinza y una bolsa de papel para poder juntar mi pedido dentro de la misma, mire la hora aún tenía media hora por lo que no tenía prisa, ví a unas cuantas jovencitas entrando al local y acomode mejor mi gorro de modo a que no pudiesen reconocerme, si lo hacían, comenzarían a seguirme, y no es que no amara a mis fanáticos, los adoraba, debía todo lo que soy a ellos, pero había ocasiones en las que su fanatismo sobrepasaba los límites, siendo así, que de modo a evitar esos importunios me ocultaba así, tapando a toda cosa mi rostro o algo que pudiese delatar mi imagen.
La chica me dio mi pedido y le di mi tarjeta para que pudiese escanearla finalmente me la devolvió y me despedí para salir del local y subir al coche.
