Un poco de º· 11 de abril del 2022 ·º
Sasher Baker Lyon
Yendo a comer le susurro a Daven que se venga dos días a casa y el corazón se me acelera, es la primera vez que vendrá a casa y la verdad es que con solo imaginarla entre esas paredes, se me llena el pecho de un sentir inexplicable.
Tras eso, y de comer, ella se acuesta en el sofá, empequeñeciéndolo. Y yo cuando entro luego de avisar a los dos, me coloco al final de el, esperando que la niña abra los ojos y me vea, pensando en si al final se vendrá, cuando nos miramos, me sale preguntarle y ella me dice.
—No vas a dejar el tema ¿No?
Pero, en su cara veo la ilusión. Y me siento a su lado, y ella se sienta para quedar de lado. Le cuento como lo siento y ella se me sienta encima, cuando me dice que vendrá el pecho se me hincha de ilusión, de emoción, de mucho sentimiento, y se me iluminan los ojos.
Luego cuando levanta la cabeza y nos miramos, nos besamos y me siento en casa, donde esté ella ahí es.
Luego de eso, sus primos se fueron, Diane había quedado con Danelio y Greg iba a casa de Cara. Por suerte, su prima le dejó una copia de las llaves.
Ella les avisa de que se vendrá a mi casa dos días y Diane me acribilla con la mirada, pero sonríe, contenta de que por fin su prima sea feliz.
Y cuando cierran la puerta, la miro y sonrío, ella se echa hacia atrás, viendo mis intenciones.
—No, ¡SASHER NO!
Me impulso y la hago acostarse en el sofá de nuevo, pero esta vez yo quedo encima suya y le hago cosquillas. Ella ríe hasta dolerle la barriga y me hace frenar.
Cuando consigue frenar el ataque de risa, me mira con su cara de falso enfado y me saca el dedo corazón, y se cruza de brazos.
—¿Te has enfadado de verdad, Daves? — ella suspira y niega, pero me hace levantarme de encima de ella y se levanta, subiendo sin decirme ni una palabra más.
Siento el impulso de seguirla, pero decido darle su espacio hasta que se calme.
Cuando pasan diez minutos, ya no puedo esperar más y subo a buscarla, pero cuando me acerco a la puerta, la veo cerrada y al querer abrirla, tiene el pestillo echado.
—¿Daven?
No responde, pero llego a escuchar un sollozo ahogado. Vale, no le ha sentado nada bien. Cuando se acerque a mí, le pido perdón. No pensé que le causará eso, no era mi intención.
Le mando un WhatsApp y le digo que salgo a dar una vuelta y antes de que salga de la puerta, oigo sus pasos acelerados y quedo parado, en segundos, ella me está abrazando por la espalda y pidiéndome perdón por haber reaccionado así.
Y vuelve a llorar, verla así me destroza, pero es parte de la vida.
Me giro como puedo y la abrazo bien y por completo y la dejo llorar, mientras, abrazados le acaricio el pelo. Cuando alza la cabeza y nos miramos, le seco con mis pulgares, la pocas lágrimas que se deslizan por sus mejillas.
—¿Nos perdonamos? — asiento y la beso, con los ojos nublados por habernos hecho pasar esté mal rato innecesario.
—¿Salimos juntos a dar la vuelta a la que iba a ir solo? — ella me mira, sonríe y me coge una mano en respuesta y asiento.
—¿Llaves? — ella las hace mover y asiento.
—Vamos.
Cuando cierra la puerta, las guarda en un bolsillo de mi pantalón y vuelve a cogerme una mano para andar.
—Te amo sexy.
La miro y me siento lleno y valorado, luego de tanto tiempo.
—Y yo a ti, naranjita.
Nos besamos y continuamos, hasta llegar a un parque.
Luego de sentarnos, le propongo quedarnos a merendar aquí, y riendo me dice que no tenemos la merienda y le respondo que no hay problema y saco mi monedero y lo muevo para que entienda y sonríe.
—Que haría sin ti — y suspira.
La miro con adoración y le acaricio la mano más cercana a mí.
—Pues estar como antes de rozarnos.
—No nos rozamos, nos chocamos que casi me tiras.
—Exagerada.
Me mira con mala cara, pero se echa a reír.
—La cosa es que ya no quiero volver a antes de ti, porque ya no quiero un sin ti.
Sonrío y nos besamos, luego me levanto y visualizo una pastelería en una esquina y le digo de ir a por la merienda y asiente.
Cuando se pone de pie, me coge una mano y la aprieta.
Nos miramos a los ojos y veo como los suyos se llenan de tanto sentimiento y lágrimas.
—¿Qué pasa?
Ella intenta hablar, pero no le sale la voz, y menea la cabeza en negativo.
—Algo te pasa, sabes que a mí no me mientes.
—Lo de antes...
—Lo de antes ha sido antes y ya nos hemos perdonado, déjalo estar, solo ha sido un momento.
Ella me mira y asiento, abrazándola.
—Está bien.
Cuando ya llegamos a la pastelería ella la revisa de arriba abajo y luego se pone a mirar que quiere.
—¿Qué pedimos?
—Yo esa ensaimada de azúcar glass y una lata coca cola.
Asiento y pido, lo suyo y para mí una Trina y un cruasán de nata.
Luego al salir de la tienda, le ofrezco lo suyo y en cinco minutos antes de llegar otra vez al parque, ya se lo ha comido.
—Tenías hambre ¿eh? — se encoge de hombros mientras le echa un trago a su refresco.
Luego de merendar y terminar las bebidas, volvemos para la casa de Diane, llegando ella empieza a bostezar.
Cuando llegamos, Diane ya está allí y hablamos un rato, cenamos y luego Daven hace la maleta para dos días y nos vamos hacia casa.
Cuando llegamos, le enseño la casa, como un tour de esos de YouTube y ella ríe varias veces, una de ellas cuando me llevo por delante la esquina de la americana de la cocina.
Luego, nos lavamos los dientes con música y disfruto de verla bailando mientras se cepilla los dientes y tarareando.
Luego de escupir y limpiarnos, nos vamos a mi habitación y caemos redondos sobre la cama.
1063 palabras.
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Mrs Baker Alonso's ❣️ Mireia Campdelacreu Ortega ❣️✅
Novela JuvenilDaven es una recién graduada de la universidad que no se decide al próximo paso. En Italia, en una tarde de bares con su prima, se topa con Sasher. Con solo mirarse ya sienten una chispa recorrerlos. Tras algo, una aura empieza entre ellos y aventur...