Primera vez en mi casa-026

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Un poco de º· 11 de abril del 2022 ·º

Sasher Baker Lyon

Yendo a comer le susurro a Daven que se venga dos días a casa y el corazón se me acelera, es la primera vez que vendrá a casa y la verdad es que con solo imaginarla entre esas paredes, se me llena el pecho de un sentir inexplicable.

Tras eso, y de comer, ella se acuesta en el sofá, empequeñeciéndolo. Y yo cuando entro luego de avisar a los dos, me coloco al final de el, esperando que la niña abra los ojos y me vea, pensando en si al final se vendrá, cuando nos miramos, me sale preguntarle y ella me dice.

—No vas a dejar el tema ¿No?

Pero, en su cara veo la ilusión. Y me siento a su lado, y ella se sienta para quedar de lado. Le cuento como lo siento y ella se me sienta encima, cuando me dice que vendrá el pecho se me hincha de ilusión, de emoción, de mucho sentimiento, y se me iluminan los ojos.

Luego cuando levanta la cabeza y nos miramos, nos besamos y me siento en casa, donde esté ella ahí es.

Luego de eso, sus primos se fueron, Diane había quedado con Danelio y Greg iba a casa de Cara. Por suerte, su prima le dejó una copia de las llaves.

Ella les avisa de que se vendrá a mi casa dos días y Diane me acribilla con la mirada, pero sonríe, contenta de que por fin su prima sea feliz.

Y cuando cierran la puerta, la miro y sonrío, ella se echa hacia atrás, viendo mis intenciones.

—No, ¡SASHER NO!

Me impulso y la hago acostarse en el sofá de nuevo, pero esta vez yo quedo encima suya y le hago cosquillas. Ella ríe hasta dolerle la barriga y me hace frenar.

Cuando consigue frenar el ataque de risa, me mira con su cara de falso enfado y me saca el dedo corazón, y se cruza de brazos.

—¿Te has enfadado de verdad, Daves? — ella suspira y niega, pero me hace levantarme de encima de ella y se levanta, subiendo sin decirme ni una palabra más.

Siento el impulso de seguirla, pero decido darle su espacio hasta que se calme.

Cuando pasan diez minutos, ya no puedo esperar más y subo a buscarla, pero cuando me acerco a la puerta, la veo cerrada y al querer abrirla, tiene el pestillo echado.

—¿Daven?

No responde, pero llego a escuchar un sollozo ahogado. Vale, no le ha sentado nada bien. Cuando se acerque a mí, le pido perdón. No pensé que le causará eso, no era mi intención.

Le mando un WhatsApp y le digo que salgo a dar una vuelta y antes de que salga de la puerta, oigo sus pasos acelerados y quedo parado, en segundos, ella me está abrazando por la espalda y pidiéndome perdón por haber reaccionado así.

Y vuelve a llorar, verla así me destroza, pero es parte de la vida. 

Me giro como puedo y la abrazo bien y por completo y la dejo llorar, mientras, abrazados le acaricio el pelo. Cuando alza la cabeza y nos miramos, le seco con mis pulgares, la pocas lágrimas que se deslizan por sus mejillas.

—¿Nos perdonamos? — asiento y la beso, con los ojos nublados por habernos hecho pasar esté mal rato innecesario.

—¿Salimos juntos a dar la vuelta a la que iba a ir solo? — ella me mira, sonríe y me coge una mano en respuesta y asiento.

—¿Llaves? — ella las hace mover y asiento.

—Vamos.

Cuando cierra la puerta, las guarda en un bolsillo de mi pantalón y vuelve a cogerme una mano para andar.

—Te amo sexy.

La miro y me siento lleno y valorado, luego de tanto tiempo.

—Y yo a ti, naranjita.

Nos besamos y continuamos, hasta llegar a un parque.

Luego de sentarnos, le propongo quedarnos a merendar aquí, y riendo me dice que no tenemos la merienda y le respondo que no hay problema y saco mi monedero y lo muevo para que entienda y sonríe.

—Que haría sin ti — y suspira.

La miro con adoración y le acaricio la mano más cercana a mí.

—Pues estar como antes de rozarnos.

—No nos rozamos, nos chocamos que casi me tiras.

—Exagerada.

Me mira con mala cara, pero se echa a reír.

—La cosa es que ya no quiero volver a antes de ti, porque ya no quiero un sin ti.

Sonrío y nos besamos, luego me levanto y visualizo una pastelería en una esquina y le digo de ir a por la merienda y asiente.

Cuando se pone de pie, me coge una mano y la aprieta.

Nos miramos a los ojos y veo como los suyos se llenan de tanto sentimiento y lágrimas.

—¿Qué pasa?

Ella intenta hablar, pero no le sale la voz, y menea la cabeza en negativo.

—Algo te pasa, sabes que a mí no me mientes.

—Lo de antes...

—Lo de antes ha sido antes y ya nos hemos perdonado, déjalo estar, solo ha sido un momento.

Ella me mira y asiento, abrazándola.

—Está bien.

Cuando ya llegamos a la pastelería ella la revisa de arriba abajo y luego se pone a mirar que quiere.

—¿Qué pedimos?

—Yo esa ensaimada de azúcar glass y una lata coca cola.

Asiento y pido, lo suyo y para mí una Trina y un cruasán de nata.

Luego al salir de la tienda, le ofrezco lo suyo y en cinco minutos antes de llegar otra vez al parque, ya se lo ha comido.

—Tenías hambre ¿eh? — se encoge de hombros mientras le echa un trago a su refresco. 

Luego de merendar y terminar las bebidas, volvemos para la casa de Diane, llegando ella empieza a bostezar.

Cuando llegamos, Diane ya está allí y hablamos un rato, cenamos y luego Daven hace la maleta para dos días y nos vamos hacia casa.

Cuando llegamos, le enseño la casa, como un tour de esos de YouTube y ella ríe varias veces, una de ellas cuando me llevo por delante la esquina de la americana de la cocina.

Luego, nos lavamos los dientes con música y disfruto de verla bailando mientras se cepilla los dientes y tarareando.

Luego de escupir y limpiarnos, nos vamos a mi habitación y caemos redondos sobre la cama. 

1063 palabras.

Mrs Baker Alonso's ❣️ Mireia Campdelacreu Ortega ❣️✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora