Una relación trae consecuencias.

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Protagonista: Aldebarán. 

Shippeo: Aldebarán x Johari (Oc perteneciente a mi amiga DannaL1342 que me dio el permiso de dedicarle este shot)

Esto se desarrolla en entre la Saga de Poseidón y la Hades.

Esto se desarrolla en entre la Saga de Poseidón y la Hades

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Aldebarán actuaba raro. Pensaron varios en el santuario.

Últimamente salía bastante seguido del santuario. Parecía con la mirada perdida e imaginando cualquier cosa sin prestarle atención a cualquier evento que tuviera en frente. Era inevitable que varios no se vieran cuenta, no solo por ser un hombre de su tamaño y físico, si no por su puesto en la orden dorada. Era difícil que ellos mismos no se vieran cuenta de quienes pasaban por sus templos, siendo esa su principal obligación.

Mu era el más intrigado. Cada vez que pasaba por su templo Aldebarán se negaba a darle explicaciones de sus salidas tan seguidas, solo sonreía nervioso pasando de largo el tema sin preocuparse de los sutiles reclamos de su compañero al siempre hacer lo mismo.

Era un comportamiento extraño que de parte de un Santo de Athena normalmente solo podía indicar una opción. Siendo que Aldebarán estaba desarrollando una conexión que lo estaba guiando fuera del santuario cada vez más seguido.

Casi parecía un marinero dejándose llevar por la voz de una sirena, alejándose de su lugar seguro por la guía de una hermosa voz. Lindo en primer momento, hasta que a medida que te acercas el peligro se hace presente más y más hasta consumirte bajo el agua.

Para ellos como Santos las relaciones inter personales eran un lujo que a veces no se podían permitir. Solo había que recordar a Orfeo de la Lira, permitiéndose una novia a su corta edad y desapareciendo con su muerte.

Conociéndolo, no lo haría de no ser por algo bastante importante para el mismo. Uno de esos días estando en esa misma rutina, al ser Mu uno de los más allegados a su amigo Aldebarán, quise ser quien tomara la primera iniciativa para esclarecer el motivo de todas las sospechas salidas de Aldebarán de su puesto como Santo de oro para ir al pueblo. Y aunque acorralarlo para buscar una mejor conversación del tema no podría parecer lo más adecuado. Tampoco podía decir que estaba en posición para negárselo. 

En el templo de Tauro el guardián de este templo, estaba con los nervios a flor de piel. Dudando por  algo tan simple como su ropa. Su guarda ropa era casi una ironía pues si bien estaba lleno, rara vez usada la mitad de esa ropa.

Tenia varias prendas para usar pero no sabia cual era mejor. Una camisa simple y una chaqueta de cuero marrón, lo considero, pero algo en él le hacia sentir que no era lo correcto. Quería verse casual pero a su vez presentable, eso lo usada muy seguido y la vez que la conoció. Notaba una camisa sin mangas con un diseño lindo pero no quería parecer ese típico presumido que viste de forma que muestra hasta el alma.

Su sentido de la moda era el de un niño pequeño apenas llegando a la adolescencia.  Ya sentía dolor de cabeza con algo tan simple. 

Se concentro en su cabello mientras dejada ese tema. Suspirando pesadamente para buscar un espejo para amarrar su largo cabello en una coleta alta. Hace años que no se peinada de esa forma, provocando que terminara sonriendo mientras en su mente  pasaban recuerdos nostálgicos de hace unos años. Cuando se volteo a buscar una camisa otra vez, se sobresalto al notar la imagen de Mu apoyado a la pared. 

- No te esperada... No sabia que parecías un gato para lograr entrar sin que te viera.  - Bromeo. Tomando un paso al frente para buscar entre sus camisas la que usaría. - ¿Te puedo ofrecer algo? - Aries se acerco a él una vez Alde noto  que estaba allí parado. Mirando la cama del toro en su evidente problema al elegir ropa.

- Al menos que ese "Algo" sea responderme una pregunta no. - Arqueando las cejas el toro se le quede viendo a su amigo aun sujetando una camisa. - No quiero sonar inapropiado porque se que estas en tu derecho de mantener tus reservas, pero me gustaría saber que te esta guiando a dejar tan seguido. Te noto muy interesado en tu apariencia ahora debe ser importante ¿Alguien quizá? - Aunque Mu estaba queriendo indagar sin sonar grosero manteniendo una postura cordial, en su voz se alcanza a notar un noto bastante pícaro. 

Sonriendo de medio lado el Santo de Tauro se dio casi acorralado. No obstante, también en la necesidad y satisfacción de poner expresar sus sentimientos acerca de esta rutina que se estaba llenando en su vida cada vez más, aunque este no supiera si era algo que prosperaría se iba a sentir bien expresarlo. 

- Si, es sobre una chica. Tiene mi misma edad, se llama Johari y es veterinaria. 

-¿Enamorado? - Sutilmente el toro asintió. 

- Ella esta consiente que soy un Santo de oro. En el pueblo y sus alrededores todos nos reconocen. - No eran raro que cada cierto tiempo alguno fuera a los alrededores del pueblo, sea a vigilar o solo convivir con los civiles. - No iba a pasar desaparecida al verla tanto conmigo, así que por rumores se entero del tema, pero fui yo quien le dijo todo. - Se llevo la mano a la nuca, sonrojado por la vergüenza.  - Para mi suerte entendió, de paso me ayudo para vez que nos vemos. 

- Es una chica normal despues de todo. ¿Son algo serio?

- No ahora, más si se lo quiero pedir.  Cuando no sé si pueda. - Suspiro. Estaba seguro que Mu no tardaría en hacerle un pequeño discurso casi de reprimenda. 

- ¿Estas consiente de las consecuencias? 

- Claro que lo estoy. - Suspiro una vez. Dejándose caer sentado en la cama, tragándose su realidad. - Ya me han atacado por la espalda más de una vez, no puedo involucrarla a ella en temas del Santuario, y por ende siempre la dejare sola. Por más que quiera ser feliz, y quedarme con ella, no podre porque a la larga los 2 sufriremos.

- Yo no soy quien para detenerte. - El toro pensó que su amigo le iba a pedir que la dejara. Para su sorpresa no fue así, y prosiguió a contarle una anécdota personal. -  Hace unos años Kiki me pregunto si él no tenia madre, me sorprendí en parte pero era fácil darse cuenta  que tarde o temprano se varia cuenta de eso. Yo no te puedo negar que he imaginado conociendo a alguna chica.  

- Pero será dificil que salga bien. - Sin esperar a que Mu sea capaz de formular un "Pero" fue el que dio la conclusión obvia. 

- Dificil pero no imposible. - Volviendo a sonreír no fue dificil caer en cuenta de lo que su amigo quería llegar. Intercambiando miradas de complicidad para terminar de decir la frase de su compañero. 

- Y los Santos de Athena hacemos posible lo imposible. - Sin decir las mayores palabras para entenderse, Mu acepto ayudar un poco a su amigo alentándolo a que sea ese mismo día le declare todo lo que sentía. 

- Si tienes un problema con tu ropa, te siguiera esta sin mangas ¿No quieres hacerla sentir segura contigo? Puede que abrazarle entre tus trabajados músculos ayude. - Sin ni siquiera tratar de articular la mayor palabra acepto los consejos de su amigo, partiendo a su destino.

Quería ser rápido y preciso en sus palabras, pero sin llegar a formar un ambiente de incomodidad entre los 2. ¿Usar su idioma materno seria buena idea? Pensó que si, aunque ella no entendía mucho portugués quería tratar de sonar un poco diferente. Llego a escuchar por parte de algunos que hablando en portugués sonada casi seductor. Podría aprovecharlo. 

Al tenerla en frente, solo sonrieron mutuamente como recibimiento, siendo el perro de la morena la que rompió el silencio, lanzándose a los brazos del toro similar a cuando se conocieron. Aprovecharía esta tarde como se debe. 

- amo você, Bonita

Tauro Gold Saint Zone (Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora