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Louis

Nunca me gustaron mucho las matemáticas, ni la física, ni la química... bueno nunca me gustaron los números en general. Por eso, no dudé en meterme en una carrera que solo contuviera letras, se me daba bastante mejor que el mundo de las ciencias.

Así acabé estudiando derecho, estaba en mi segundo año de carrera en la universidad de Washington. Me gustaba bastante, uno de mis mayores miedos era que no me gustara lo que estaba estudiando y que, aun así tuviera que dedicarme a ello el resto de mi vida.

Imagínate no estar a gusto con la vida que tú mismo has escogido.

Vivía una vida plena, me gustaba la carrera que estaba estudiando, mi situación familiar era bastante buena y yo era feliz con todo eso. Solo había un pequeño problema, que no me podía sacar de la cabeza lo sucedido hace unos días.

Sobre todo a lo que ella y sus amigos hicieron, y a los motivos que les llevaron a hacer aquello. Necesitaba saber aquellos motivos, y no podía preguntárselos a ella porque se había pasado toda la semana evitándome a toda costa. A veces, cuando nos cruzábamos por los pasillos y nuestras miradas se encontraban me intentaba acercar a ella, pero cuando la intentaba alcanzar ella ya había desaparecido.

Así que la esperé después de sus clases. Rechacé algunas de las salidas que tenía con Tyler y Oliver por las tardes. Podría ser un poco raro, lo sé. Pero teniendo en cuenta que no he dicho nada a nadie ya estoy siendo demasiado benévolo. La esperé por lo que a mí me pareció una hora, pero no apareció.

¿Me estaría evitando otra vez? Si es así, esta vez no funcionaría. Solo quería hablar con Grace sobre lo sucedido. 

Así que fui a preguntarle a Marcus si sabía algo. Sabía que eran amigos ya que los veía hablando de vez en cuando. Él se encontraba saliendo de la cafetería, varias veces le había visto entrar ahí después de clase.

-Hola Marcus.- le dije, nada más cruzármelo.

Él pareció sorprendido de verme, tampoco le culpo. Habíamos hablado dos veces contadas, no nos cruzábamos mucho aunque estudiábamos la misma carrera, él era un año menor, y ahora le iba a preguntar por el estado de su amiga. Todo muy normal, Louis.

-¿Sabes algo de Grace?- pregunté yo al ver que no iba a devolverme el saludo.

-Espera, ¿para qué quieres saber algo de Grace?- me preguntó Marcus confuso.

  Sí, eso Louis ¿para qué quieres saber algo sobre Grace?

-Tenemos que hacer un trabajo juntos.- intenté justificarme. 

-Pero si estáis en carreras diferentes.- preguntó confuso mientras arqueaba las cejas.

Mierda. Tenía que aprender a mentir.

-Mhm...- me aclaré la garganta- ¿sabes algo de ella o no?

-Sí, claro. Está en su casa, ahora iba a ir verla y...

No le deje ni que terminara la frase. Yo ya me encontraba saliendo de la cafetería. Sabía dónde vivía gracias a su carnet. Solo le había echado un par de vistazos. 

¿Un par? Demasiados diría yo.  Shhh.

 Cogí mi coche, bueno en realidad era de mi padre pero, me dejaba usarlo para ir a la universidad, y conduje rumbo a su casa.

No sé porque me tomaba tantas molestias en intentar hablar con ella, al fin y al cabo ella no quería ni hablar conmigo. Bueno, si lo sabía. Teníamos que hablar sobre lo ocurrido, ya que, cada vez que nos cruzábamos por los alrededores de la universidad evitaba mi mirada y se iba en dirección contraria a la mía. Era muy incómodo.  

Pasaron 20 minutos para cuando llegué, no estaba muy lejos en coche. Después de aparcar, entré en el pequeño jardín de la casa y llamé al timbre, sentía los nervios a flor de piel.

Vi a Grace en cuanto abrió la puerta. Tenía el pelo en un moño mal hecho, del cual se le escapaban unos cuantos mechones, también tenía la nariz y los labios rojos. Estaba... ¿cómo decirlo?

Guapísima. ¡No! Bueno... sí. Odiaba a mi conciencia. 

Sus ojos se agrandaron en cuanto me vieron. Supongo que se sorprendió de verme allí, yo tampoco sabía muy bien que estaba haciendo en su casa.

-¿Como sabes dónde vivo?- fue lo primero que me dijo. Y yo entrecerré los ojos.

-¿Siempre eres tan amable con la gente que te visita?- pregunté sarcásticamente.

-Solo con los que pillaron cometiendo un delito.- me dijo con una pequeña sonrisa en la cara apenas visible.

-Tenemos una pequeña conversación pendiente, ¿recuerdas?

- ¿Es necesario tenerla ahora?...- la miré enarcando las cejas- Esta bien. Pasa.

Ella me condujo hasta lo que yo supuse que sería su salón, era bastante amplio en comparación al mío. Yo vivía en un piso y ella en una casa de dos plantas. Se sentó en un sillón que había al lado de una gran mesa blanca, sin despegar sus ojos de los míos esperando a que hablara.

-Supongo que ya sabes por lo que estoy aquí...- dije mientras me sentada a su lado, en el mismo sillón.

-El motivo por el que lo hicimos... no puedo contártelo. No es mi secreto.- me dijo sin dejar de mirarme con una mirada severa.

-¿Se lo merecía?- pregunté solamente. No sé por qué, pero supe que hacer que cambiara de opinión no era una opción.

-Sí.

-Bien, supongo que no necesito más explicaciones.- le dije.

Después de eso la habitación se sumió en el más absoluto silencio. La miré directamente a los ojos, noté que ella hacía lo mismo. Ahí lo supe, no había venido a buscar explicaciones que, de algún modo no me merecía, había venido a verla a ella. Ver si estaba bien, y preguntarle lo que me había estado atormentado desde que la vi por primera en la universidad.

-¿Por qué me has estado evitando?- pregunté en un susurro.

-No quería verte.- me dijo aun mirándome a los ojos. Noté que mi respiración se aceleraba.

-¿Por qué?

- Porque... no quiero que entres en mi vida tan fácilmente, no puedo permitírtelo...- Grace se quedó en silencio unos instantes en silencio, con nuestras miradas todavía enredadas.

Entonces Grace cerró los ojos y se alejó de mí, conteniéndose. Luego me miró y vi un destello de miedo que recorrieron sus ojos.

Y entonces la miré, como si fuera la primera vez que la veía de verdad. Vi a la mujer que tenía tanto miedo, simplemente la vi a ella. Sin ninguna fachada, sin intentar aparentar algo que en realidad no era.

-Se te está haciendo tarde, te deberías ir.- me dijo intentando mirar a todos lados menos a mí.

Grace me acompañó a la puerta y ninguno de los dos dijo nada mientras nos dirigíamos a la entrada. Antes de marcharme definitivamente, me giré hacia ella y le dije una última cosa.

-¿Vendrás mañana a la universidad?- pregunté en un susurro.

¿Por qué estaba intentando buscar respuestas a algo que no incumbía?

-Louis, hagamos como que esto no ha pasado. Será lo mejor.- dijo con voz firme.

-¿Lo mejor para quién?¿Para ti o para mí?- dije con voz queda. Realmente no quería escuchar la respuesta, de algún modo ya sabía cuál era.

-Adiós Louis.- y así vi desaparecer a Grace tras el marco de la puerta, dejándome totalmente desconcertado.

Esa chica acabaría por volverme loco.

Sabía dónde me estaba metiendo al querer acercarme a ella, pero no lo quise ver. Quizá era mejor así. Esperaría no volver a hablar con ella, estudiábamos en la misma universidad pero no tenía por qué pasar nada.

A partir de ahora me centraría en mis estudios. Solo en eso. 

El final de todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora