Take My Sorrow Away And Cover It With Love

La luz brillante de la luna iluminaba toda la ciudad de Yokohama, no era de esperar que esa hermosa luz nunca llegara al punto mas alto del edificio de la Port Mafia. El resplandor no penetra en lugares llenos de oscuridad y crueldad.

El cabello rojizo bailaba al compás del viento: una melodía lenta, solitaria y melancólica, con roces pausados toco el pequeño cuerpo que se encontraba al filo de la orilla a la espera de algo, o mejor dicho alguien. Sus sentidos se encendieron cuanto sintió una presencia demasiado conocida para él, no podría olvidar esa sensación.

- ¿Qué haces aquí, Dazai? - interrogo sin mirar al castaño.

-Nada en particular, creí que podría lanzarme en esta hermosa noche- dramatizo acercándose un poco al borde -pero me hace falta compañía para hacerlo ¿no quieres saltar? - su mano fría se posó en el hombro del más bajo, la sonrisa juguetona que surco su rostro irrito a Chuuya.

-Jamás saltaría por ti- con manotazo retiro la mano vendada -al contrario, hazme un favor y tírate pronto- la molestia fue palpable en su tono de voz, sin embargo, su cara reflejaba atisbos de dolor. Dazai lo noto.

- ¿Qué harías si yo saltara? - busco la mirada oceánica, esos hermosos ojos lo miraban con duda - ¿irías tras de mí? -.

-No- su declaración tan seca dejo helado a Dazai, la respuesta fue demasiado vacía para el de ojos cafés que lo hizo retroceder con miedo en sus ojos.

Las miradas chocaron por unos segundos, mar contra tierra, parecía que el océano arrasaría con todo en ese momento, esa mirada decidida y gélida lo hizo temblar, nunca vio esos ojos tan cansados: carentes de emoción cuando estaba con él.

El silencio se extendió con rapidez, lleno la azotea con una calma perturbadora, por primera vez en años Dazai sintió temor al ver a Chuuya, esa persona que lucia como el, tenia la misma voz y poseía esos ojos tan expresivamente hermosos no eran del Chuuya que conocía. No, debía ser alguien más, la mirada indiferente no era de su Chuuya, el habría dicho que se aventara para después gritarle lo estúpido que era, finalmente iría por él, caerían juntos.

-Repítelo, vamos. ¡Hazlo! - la orden salió de su boca con desesperación, creyó que había algún error que Chuuya contestaria con sarcasmo, un grito. Justo como antes.

-No voy a ir tras de ti-

La respiración de Dazai se detuvo, como si alguien le hubiera robado todo el aire de pronto.

-Ya perdí mucho tiempo de mi vida esperándote- su voz llego como un susurro - Por mucho tiempo estuve buscando las palabras para decirte que te quedaras a mi lado, pero dime ¿en realidad hubiera servido de algo? - Dazai abrió la boca para hablar. -No digas nada, sabemos que no serviría de nada. Estoy cansado, ¿sabes? El verte llegar, trabajar contigo, hacer lo que sea que hacemos como ¿amigos? O ¿tal vez amantes? ¿Y luego que? Me desechas como si fuera basura, para luego volver cuando a TI se te de la gana, no me parece justo. Es cansado, y la verdad es que no puedo soportarlo más- Chuuya guardo silencio para aclarar su voz, las lagrimas empezaban a juntarse en sus ojos, no quería derramar ni una mas por Dazai, no las merecía, no merecía el dolor o amor de Chuuya, ya no era digno de ellas.

-Chuuya, yo...-

-No soy tu juguete o tu premio de consolación después de realizar con éxito una de tus estúpidas misiones suicidas: y tampoco soy tu perro. El que debe obedecer a su dueño, el que se alegra cada que vienes cuando tu pasado te atormenta- las manos del pelirrojo se contraen en un intento por calmar su dolor.

– No puedo más, y la verdad es que no quiero volver a saber de ti- no hubo vacilación en su voz. El viento bramó tan fuerte que el sombrero de Chuuya se fue con él. Dazai perdió el equilibrio por un momento, sus piernas temblaron y una lagrima se perdió.