Introducción...

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•••—
—>>>. Sus ojos rosados deslumbran un poco en la oscuridad, observa fijo sin ninguna pizca de sentimiento hacía el monitor frente suyo, su perla mantenía sus ojos cerrados y con la cabeza cabizbaja con sus manos formaba el emblema de la gran Autoridad Diamante. El nuevo matriarca no encontraba sentido de su miserable existencia, su mirada fija permanecía en el monitor... Los recuerdos cruzaron por su mente, los momentos que compartió con su padre humano, sus ojos trataban de evitar a toda costa aquella gruesas lágrimas que amenazan con salir, con su pulgar limpio aquella gota salda se su lagrimal... Soltando un suspiro pesado y doloroso que no hacía nada más que doler en su interior, extrañaba a su padre.

Su perla de piel blanquecina aún permanece en silencio y cabizbaja, su pequeña esclava no era nada más que un adorno el cuál detestaba tener encima todo el tiempo.
Apretó sus puños con toda su colera hasta la frente, todo esto no estaría pasando si las Otras Diamantes cumplieran apropiadamente su labor como las matriarcas que, se supone deberían de ser... Se levantó de golpe de su gran trono rosado hecho de cristales preciosos, apegando el panel que se mostraba frente a él, su perla se mostró sorprendida al inicio pero decidió seguir a su Diamante asignada...
El joven Diamante no pudo soportar mucho sus sentimientos, sabía que estaba mal dejar que sus sentimientos le ganarán pero realmente ya tenía bastante tiempo en el que mantuvo sus sentimientos contenidos. Soltó un gran y sonoro grito frustrado, su perla permaneció inmóvil al ver la reacción repentina de su Diamante, la pequeña perla no tuvo tiempo ni para reaccionar, puesto que el puño del diamante había estampillado contra su rostro... Al verse en el suelo, la perla rosa pastel no pudo evitar más tiempo el sentir temor... Levantó su vista levemente para encarar a su Diamante... "Grave error". Susurró para sí mismo el Diamante, volviendo a estampar su puño contra el rostro de la perla, su asistente se encontraba en shock al tener la ola de acciones repentinas contra ella. Pensó que era porque había cometido un error, apretó sus labios contra sus dientes y mordió la comisuras de estos, cerró los ojos con fuerza y trato de proteger su rostro perfecto... Nada parecía detener a su Diamante... Nada, no fue hasta que su Diamante se cansó y comenzó a sangrar.
Los nudillos del híbrido Humano-Gema estaban bañados por la espesa sangre rojiza que escurría de su interior hasta tocar el suelo, en pequeñas gotas y menor cantidad. Su perla estaba fragmentada y malherida, apenas y tenía fuerza para abrir ampliamente sus ojos pastel, dirigiendo la vista hacía su Diamante...

"Patética..". Susurró el Joven Diamante.

La perla permanecía en un tipo de trance, anonada por escuchar las duras y frías palabras de la Diamante a la que servía desde que emergió...
El Diamante reanudó su caminar hacía quién sabe qué, saliendo de aquella habitación iluminada por todo tipo de luces artificiales. El Diamante, era duro, cruel y arrogante... Pronto iba a tener su propio pedazo de roca para colonizar lo, eso haría, le mostraría a las demás Diamantes de que si podía con ese cargo tan elevado y les cerraría la boca a todas ellas, tendría su propia corte y haría que todos se arrodillen ante él.

...

Pero primero, quería visitar a su padre...

Al llegar a es pequeño rincón del Zoo... Pudo notar la silueta de su progenitor, la robusta silueta de su padre permanecía en el mismo lugar, quería acercarse pero en cuanto su padre noto su presencia se alejaba de su hijo, esto era así desde que tiene memoria cómo Diamante y gran gobernante, Greg evitaba a toda costa el contacto entre ambos o el intercambio de palabras. Aún así, su hijo se esforzaba todo el tiempo para mantener los lazos sanguíneos... Pero por más que se esforzaba en eso, nada parecía mejorar entre ambos, cada vez eran más distantes y fríos.

—¿Papá?—. Pregunto el nuevo Diamante entre un susurro lleno de miedo.

Miedo...

Miedo seguir siendo rechazado por la persona que más ama en aquel Zoo artificial.

Greg se mantuvo en un sepulcral silencio, evitando el contacto visual entre ambos... Ya no reconocía a su pequeño, al ver esos ojos rosados con una pupila gatuna, ya no veía a su adorable hijo... Ahora solo veía a un gobernante injusto, sin corazón.

—¿Papá?—. Volvió a llamar con la voz entrecortada. Quería llorar del miedo y la impotencia que sentía al rechazo.

El humano mantuvo silencio y una postura rígida.

Ambos guardaron silencio, mientras el joven Diamante se sienta en el pasto artificial para luego iniciar con su llanto desgarrador... No lo entendía... No entendía el rechazo de su padre, no tenía sentido y le dolía en lo más profundo de su ser.

—Ya...— susurró Greg en un suave tono. Su hijo elevó la vista hacía él, mientras limpiaba sus lágrimas brillosas para verlo con mejor claridad. —Ya no te reconozco... Ya no eres el mismo...— volvió a susurrar, mientras veía fijo, una flor a su izquierda. —Ya no eres mi pequeño hijo...— tomó aquella flor entre sus dedos y la corto, una margarita casi marchita posaba en la palma de su mano. Extendiéndola hacia su hijo que aún parecía esperar algo más que una simple flor marchita. — Ya no eres Steven.


(...)


La charla había finalizado con aquella frase, Steven permanecía escondido en su gran habitación, entre aquella suaves sábanas rosas, aquella cama alta y gigante no hacía nada más que darle un golpe de dolor a su pobre corazón marchito...

Su padre negó conocerlo... Porque no era lo que conoció hace tanto tiempo... Ahora era un gobernante y debía actuar con autoridad.

Pero aún así...

"Duele".

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⏰ Última actualización: Oct 23, 2022 ⏰

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Toxic Diamond •AU•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora