Las Crónicas del Campamento Mestizo, fue escrito por Rick Riordan.
La Última Hija del Mar
— ¡Me encanta, cuando un plan de escape, resulta bien! —Hermes mató el momento emotivo, y todos lo miraron con enfado. Anfitrite, le lanzó el libro. —El capítulo se llama: 31: Nos Encontramos con las Ovejas Asesinas. —Todos palidecieron.
Si piensas en la «isla del monstruo», te imaginas un montón de rocas escarpadas y huesos esparcidos por la playa, como en la isla de las sirenas. (Agradezco no habérmelas encontrado)
—Yo también agradezco, que no se las encontraran —dijo Poseidón, suspirando aliviado.
—Aun así, no me agrada que ahora la niña, vaya a ir a encontrarse con Polifemo —dijo Anfitrite pálida. Si sus hermanos Mestizos, no fueran espíritus, estarían sufriendo un paro cardiaco, y lo sabían muy bien.
Pero la isla del cíclope no tenía nada de eso. Sí, vale, había un puente de cuerdas sobre un abismo, lo cual no era buena señal. Venía a ser lo mismo que poner una valla publicitaria que advirtiese: «Algo maligno vive aquí».
—Esa es una buena idea —pensó Poseidón, quien estaba pálido, ante la perspectiva de lo que enfrentaría su hija. —Un letrero claro, en lo alto y muy grande. —La miró, pero ella se veía muy acaramelada, con la hija de Ares. —Pero claro: Siendo mi hija. Y estando en una relación, con una hija de Ares, no parece ser lo mejor.
Pero el lugar, aparte de eso, parecía una postal caribeña. Tenía prados verdes, árboles de frutas tropicales y playas de arena blanquísima. Mientras navegábamos hacia la orilla, Clarisse inspiró profundamente aquel aire perfumado. —El Vellocino de Oro —dijo.
Thalía sonreía alegre, de que pronto volvería a estar viva.
Asentí. No lo veía aún, pero percibía su poder. Ahora sí podía creer que el Vellocino era capaz de curar cualquier cosa, incluso el árbol envenenado de Thalía. — ¿Se morirá la isla si nos lo llevamos?
—No exactamente —dijo Atenea negando con la cabeza, mientras contestaba a la pregunta. —Sea cual sea su estado anterior, volverá a él. Pero seguramente dejará de ser tan... exuberante.
Clarisse meneó la cabeza. —Perderá su exuberancia, eso sí. Y volverá a su estado anterior, fuera cual fuese.
Me sentí un poco culpable por destrozar aquel paraíso, pero no teníamos alternativa. El Campamento Mestizo corría peligro.
Los dioses y semidioses asintieron, ante el pensamiento de Penny.
En el prado que había al pie del barranco, se agolpaban varias docenas de ovejas. Parecían pacíficas, aunque eran enormes, tan grandes como hipopótamos. Más allá, un camino subía hacia las colinas. En lo alto de ese camino, cerca del borde del abismo, se levantaba el roble descomunal que había visto en sueños. Había algo dorado que relucía en sus ramas. —Esto es demasiado fácil —dije—. ¿Subimos allí caminando y nos los llevamos?
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Leyendo: La Última Hija del Mar (Fem-Percy Jackson x Harem)
FanficCuando la II Guerra Mundial finalizó, antes de que Zeus, Poseidón y Hades, pudieran jurar no volver a tener hijos; los dioses recibieron un libro sobre una heroína y tuvieron el mandato de leerlo. ¿Qué encontrarán? Fem-Percy Jackson x Harem.