Capitulo Único

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Se puede observar como los primeros rayos de luz se asoman por el este haciendo que algunas personas se levantasen para empezar su rutina de día a día.

La gran ciudad de Tokio se encuentra movida por la cantidad de gente que lo transitaba a muy tempranas horas. Todos ellos dirigiendo a escuelas, trabajos o dirigiendo a casa después de un largo día de trabajo. Pero muchos de ellos se dirigían a la gran empresa Goyo especializada en la producción de joyas, ropa, maquillaje, etc. La paga era más que buena y todos conocía al jefe que era muy bueno y más con su esposa cuando iba a visitarlo, todos podían ver las miradas de amor que se mandaban.

Ahh, pero que equivocados estaban todos si supieron que todas las miradas que el gran Satoru Goyo dirigía a su "esposa" eran falsas tal vez muchos de ellos quedarían con la boca abierta. Él no deseaba a nadie a excepción de su lindo secretario que parecía un niño con su pequeña altura que apesar de eso complacía todos sus estándares en especial en la cama. Si, su secretario era el mejor en todo más que su dichosa esposa y no hay nada mejor que demostrarlo con una aventura en su oficina.

-Oh~, ahh~....mmh~...se...señor~! Síii ahhh másss por... por favor -Gemia un peli rosa hecho un desastre en esos momentos por su jefe que seguía arremetiendo contra el sin piedad-

-Yūji...ah, ah, ahh~ tan apretado como siempre...tan bueno para mí

-Am...amo~!Másss!...estoy...voy...a...-Ya no tenía voz para decir más palabras. Gritar sin descanso toda la noche tiene sus consecuencias-

-Sii lo se..mmh~.. -Gemia por el placer tan abrumador- también estoy por venirme

Pasaron tan solo segundos para que los dos llegaran a su ansiado clímax. Satoru se hecho en uno de los muebles de su oficina colocando a Yūji encima suyo abrazándolo en el proceso

-Eres un bruto Satoru

-Lamento de perro lastimado- Que malo eres mi Yūji -Fingiendo secarse algunas lágrimas- Yo solo quiero complacerte

-Lo que tú quieras es dejarme en una silla de ruedas

-Claro que si -Haciendo voz de niño voz de niño pequeño- así todos sabrán que eres mío

-Satoru....-mirandolo con ojos tristes- sabes que eso...eso no se puede..-Apunto de llorar-

-Mi Yūji...no te sientas mal -consolandolo- vamos al cuarto si?

-Ok

Sin pensarlo dos veces Goyo se levantó cargando a su bebé estilo princesa dirigiendo hacia una puerta de caoba que dirigía hacia un pequeño cuarto hecho especialmente para descansar cuando se quede hasta muy tarde. Cuando está a centímetros de la puerta...

Toc Toc

-Satoru, mi amor. Te traje el desayuno -Volvio a tocar la puerta-

-Mierda!

Es lo único que pronunciaron los dos al ver que los estaban por descubrir
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¿Fin?

Nada Mejor Que El Secretario -GoYuu- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora