Después de desaparecer misteriosamente junto a su hermano mayor en la mansión "embrujada" de Agdeog, y olvidar por completo su pasado, Jungkook, quién ahora trabaja como reportero en la ciudad de Seúl, comienza a investigar "La leyenda de Agdeog." U...
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In Hee salió por primera vez de aquel lugar oscuro y asfixiante y caminó por los pasillos de Fairytale hasta la habitación principal de esta. Seguía los pasos de su padre mientras miraba los alrededores e intentaba grabar en su mente las posibles salidas que la ayudarían a sacar a Choi Ha de allí. Tae Jung la hizo pasar y la aventó de un empujón sobre la cama.
—¡Arrodíllate! —Tomó la madera con clavos y la puso en el suelo frente a ella. —¡Ahora!
In Hee lo miró con disgusto y tragó grueso mientras se ponía de pie y se arrodillaba lentamente sobre los clavos. Estos lastimaron sus rodillas y las hicieron sangrar al instante, el peso de su cuerpo los hacía entrar en su piel y rasgaba parte de ella.
—Quiero que te quedes allí hasta que yo diga. Y mantén la boca cerrada.
—¿Cuándo vas a ayudar a esa niña?
—En un momento la ayudaré. Ahora deja de pensar tanto...—se agachó. —¿Te duele mucho? —Puso la mano alrededor de su cuello y deslizó los dedos sobre él, haciendo caricias suaves —.
—Estoy bien...—dijo con desagrado —.
—Te pareces demasiado a tu madre... —limpió el sudor en su frente. —No quiero hacerte daño. Eres mi única hija y te amo demasiado, pero a veces me haces enojar. Esto es el castigo por tu altanería, querida hija.
—¿Qué vas hacerme? —Derramó una lágrima —.
—Sabes muy bien que fue lo que hice con esa chica.
—Entonces házmelo de una vez. Igual no me importa nada de lo que me hagas...
—Bien...—se puso de pie y se acercó a la puerta —acuéstate en la cama.
In Hee se puso de pie y sus piernas perdieron las fuerzas por un momento, las sangre se escurría por sus pantorrillas y un ardor muy fuerte invadía su cuerpo, se sentó sobre la cama con los ojos llorosos y el corazón acelerado. El sonido del seguro de la puerta al cerrarse, la hizo entrar en pánico y rápidamente comenzó a llorar.
—¡Quítate la ropa! —Abrió los botones de su camisa uno por uno y se acercó para ponerse de pie frente a ella —.
In Hee asintió en medio de lágrimas y poco a poco fue bajando las mangas de su vestido hasta dejar la mitad de su cuerpo al descubierto.
