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El reloj de la sala sonaba en cada movimiento del segundero, y Jungkook lo miraba con intensidad, mientras se atiborraba de comida

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El reloj de la sala sonaba en cada movimiento del segundero, y Jungkook lo miraba con intensidad, mientras se atiborraba de comida. Necesitaba comer antes de salir, porque su hijo era particularmente glotón, al parecer, y no soportaba ni dos horas entre comidas, sin hacerle temblar las manos. Tampoco podía esperar demasiado del bebé, si él era muy similar. Su celular sonó, cuando había acabado su plato, llevándolo a la cocina. Era Min Yoongi, su novio.

—Hola, Jungkookie, ¿cómo te sientes hoy? —saludó con su calma característica. Jeon limpió su boca con una mano y sonrió.

—Hola, Yoongi hyung... estoy bien —respondió, yendo tan rápido como su estado le permitía, hacia el segundo piso. —De hecho, planeaba salir ahora.

—¿Salir? ¿Dónde? —la honesta curiosidad en su voz.

—Al hospital —explicó. —Hoseok y Jimin hyung tuvieron a sus bebés ayer... y quiero ir a conocerlos —cogió un bolso pequeño que cruzó por su cuerpo, en donde metió su billetera, una botella sellada de agua y dos barras de cereal. No pensaba arriesgarse a una baja de azúcar repentina.

—Oh... ¿quieres que te lleve? —ofreció. Jungkook alejó el celular para comprobar la hora.

—Pero... ¿no está aun en clases? —dudó.

—Hm —tarareó afirmativamente. —Pero, sólo me quedan dos horas aquí, y luego te llevaría...

—Am... el chico dudó, rascándose la nuca. Él ya estaba vestido y arreglado, y quería salir de casa antes de que su madre regresara de casa de su hermano, donde estaba haciendo visita. —Yo... —presionó los labios en una línea. —Y-Yo ya pedí un transporte, hyung... —mintió, frotando su frente con la mano libre, saliendo de su cuarto, de regreso a la primera planta. —Pero, si puede ir a recogerme más tarde... lo agradecería.

—Oh, sí... por supuesto, Jungkookie —aunque se oía tranquilo, el menor pudo percibir la decepción en sus palabras y se maldijo por ello. Él no deseaba preocupar a su novio con los problemas comunes de convivencia en su casa. Bien, él y su madre no se soportaban mucho en el último tiempo, pero no quería estar repitiendo aquello como una grabadora, en cada ocasión que hablaba con Min Yoongi. —Sólo... avísame, ¿sí?

—Sí... gracias Yoongi hyung —la llamada finalizó, algo fría para su gusto. Aun así, salió de casa.

Una vez en el hospital, sano y a salvo, subió hacia el área de neonatal y encontró fácilmente la habitación de la pareja. Habían pagado para tener su propia sala juntos, y acompañarse mutuamente. A Jungkook se le hizo verdaderamente adorable.

—Hola, ¿puedo pasar? —dijo suave, asomando sólo su cabeza desde la puerta.

—Oh... Kookie —se alegró Jimin al verlo. —Por supuesto, pasa.

—¿Por qué preguntas? —lo riñó Hoseok, con la misma alegría de siempre brillando en sus ojos.

—No quería importunar a los bebés —explicó, caminando hacia ellos.

Ni tan JUNTOS, ni tan REVUELTOS - YoonKook/NamKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora