—¿Qué pasó?—Pregunta Felicity acercándose a mi.
—April—Chillo con miedo—¿Dónde está April?—Pregunto, necesitaba ver a mi hijo y sentir un poco de paz.
—Aquí está—Laurel se acerca a mi con el en brazos y lo quito de sus manos.
—Camille no creo que sea buena idea que lo sostengas en ese estado, el podría asustarse—Murmurar John.
Lloriqueo mientras lo veo, no presto atención a las palabras de ellos que me atacaban con preguntas.
—Hola bebé, ya estamos a salvo—April me ve y comienza a llorar.
Miro sin entender y camino con dificultad hacia otra parte del búnker, me detengo cuando por accidente me miro al pequeño espejo que hay en el búnker.
Mi ropa está rota, mi rostro tenía heridas y estaba sucio y lo peor era la sangre sobre mi, tocó mi mejilla al ver el líquido rojizo y lloro más fuerte, eso lo asusta mas.
—Camille—Llama Oliver y John sostiene a April.
—¿Quién te hizo esto?—Pregunta Oliver con furia.
—Y-yo...—April seguía llorando—Soy... Una asesina, hace dos días era su madre y ahora soy una asesina—Chillo y me dejó caer al piso, me aferró a la mesa de metal y lloro sin parar.
Oliver se agacha a mí altura y trata de suejtarme.
—Camille, ¿A quien asesinaste?—Pregunta en un hilo de voz.
—Yo... N-no... Quería—Niego.
—¿Quién fue?—Me mira fijamente.
—Aidan.
(...)
—Tienes que calmarte—Laurel cepilla mi cabello.
—April—Lo llamo—¿Dónde está mi bebé?—Por alguna extraña razón me sentía alarmada.
Mucho más después de saber que Aidan seguía vivo. Cuando le dije a Oliver de quién se trataba no lo pensó ni dos veces y fue por el pero al entrar a su departamento no había rastro de el por lo cual ahora tenía a Laurel y Thea cuidándome ya que Oliver tuvo que salir a una misión.
—El está bien, está en su cuna—Me pongo de pie y camino a la habitación donde estaba.
Cuando entro la pintura azul cambia por una gris, no hay nada dentro, niego y los recuerdos vuelven como pequeños flashes.
—¡No!—Niego gritando—¡April!—Grito al no verlo.
La puerta se abre y Laurel me sostiene, cuando la miro la habitación estaba de azul y la cuna a unos centímetros, April lloraba.
—¡Camille!—Me llama alarmada.
—Y-yo...
Laurel toma a April y saca su teléfono del bolsillo para hacer una llamada.
Cuando termina me ayuda a recostarme y duda en darme a April.
—Laurle—La llamo—Esta bien, es mi hijo, nunca le haría daño—Ella suspira.
—Lo siento—Admite dejando a April en mis brazos—Pero me preocupas—Confiesa.
—Yo solo quiero estar con el—Lo miro fijamente y sonrió.