Con las lágrimas rodando por sus mejillas sin cesar, Christopher metía todas sus pertenencias posibles a aquella maleta.
Todo en ese día estaba siendo un desastre.
Para empezar, había discutido con SeungMin por una estupidez, que lo tuvo de mal humor hasta que aclararon las cosas a la hora de la salida. Aquello ya estaba solucionado, pero lo peor vino al llegar a su casa, donde se encontró a sus padres con una mirada seria y hasta molesta, que no hizo más que acrecentarse cuando fue dirigida hacia su persona.
Una seca aclaratoria, de que estaban enterados de la realidad de su relación con el otro alfa-él aún sin saber como fue que lo hicieron-, le siguieron a un montón de gritos y crueles insultos en su dirección. Su padre incluso llegando al punto de querer golpearlo, sino fuera porque su madre lo detuvo, con una excusa que equivalió al dolor que pudo haber recibido por los puños de aquel hombre.
"No lo toques, puede contagiarte su enfermedad." Había dicho la mujer a la que pasó toda su vida complaciendo, con una fría mirada que le atravesó el cuerpo como filosas cuchillas. "Quiero que te largues de aquí en este mismo instante, no voy a pasar un segundo más en el mismo sitio que un marica." La mirada de su padre no era tan diferente, lo que le hizo saber al castaño que, por más que quisiera, no iba a poder cambiar aquella extremista orden.
Teniendo espasmos constantes por el llanto, sintiéndose herido y tragándose sus sentimientos amargos-pues a pesar de todo, no era capaz de devolverle a sus padres todos los insultos injustificados y crueles que ellos le lanzaban-se encaminó en dirección a su habitación, completamente derrotado. Tomó la gran maleta que siempre usaba en los viajes familiares, llegando así a la situación actual, en la que tuvo que ser receptor del odio de sus propios padres, solo por estar perdidamente enamorado de una persona.
Porque sí, a pesar de lo mucho que le estaba doliendo la situación, Christopher no estaba en lo más mínimo de acuerdo con los seres que le dieron la vida. Y si bien le había tomado meses aceptarlo, amaba con su vida a SeungMin aunque este fuera un alfa al igual que él, eso nadie iba a ser capaz de cambiarlo.
Trató de limitarse a solamente agarrar cosas de mayor importancia, como prendas de ropa y objetos personales, aún así llenando por completo la maleta, al no saber cuando o siquiera si podría volver a aquel sitio, en el que vivió desde que tiene memoria. Le echó una ultima mirada a la que ya no iba a ser más su habitación, la nostalgia sumándose al cúmulo de sentimientos negativos que embargaban su interior, para luego salir de alli, cabizbajo y a pasos derrotados.
Sus padres ni siquiera le volvieron a dirigir una última mirada, mientras se iba de aquella casa plagada de recuerdos para él, camino al único lugar seguro que tenía en ese momento, y que sería su hogar de ahora en adelante.
[ • • • ]
Lo que menos se esperaba SeungMin al abrir la puerta de su departamento, era encontrarse a Christopher con su precioso rostro bañado en lágrimas, quien no tardó en lanzarse a sus brazos, en busca de un consuelo que solo él podía darle.
Más eso no evitó que la preocupación inundara todo su organismo, rodeando instantáneamente la anatomía de su alfa de manera protectora."¿Chris?" Su voz estaba cargada con la preocupación que sentía. "Mi amor, ¿Que tienes?" Quiso saber, más no recibió respuesta alguna, debido a que el menor no era capaz de formular palabra alguna por el llanto.
Decidió no insistir más, en vez de eso empezando a adentrarse al lugar, para luego cerrar la puerta, todo eso sin soltar el cuerpo del contrario, quien tampoco dejaba de estar aferrado a él. Al cabo de unos segundos, estaban sentados en el sofá grande en medio de la sala de estar, con el menor sentado en el regazo del otro y ocultando el rostro en su pecho, mientras el mayor acariciaba sus suaves cabellos.
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𝗴𝗼𝗼𝗱 𝗮𝗹𝗽𝗵𝗮 𖤐 seungchan
Fiksi PenggemarChristopher Bang ha sido poseedor de una vida relativamente aburrida, hasta el momento en que pierde una de las tantas apuestas con su novio, teniendo que obedecerlo durante todo el día siguiente incluso con las ideas descabelladas y excitantes que...