En tu habitación

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Lumine

Ya, a la mierda todo, no puede pretender ser tan inocente a propósito... ¿o sí? digo, él sabe muy bien que no estamos en condiciones de gastar mora más allá de lo necesario, mandé a Paimon lo más lejos que pude quedándome con unas pocas moras, y de esas que nos quedaron, lo invito a un jodido reposadero con las habitaciones más apartadas de la recepción para evitar incomodidades. ¡Hasta la jodida recepcionista lo entendió y me hizo un gesto con la mirada! Y el tarado que tengo por amigo y amor secreto cree genuinamente que yo quiero dormir.

Por los arcontes, esa maldición de inocencia me hace quererlo y odiarlo tanto al mismo tiempo que no tiene el menor sentido. Es más, sino es porque yo fuera cientos de miles años mayor que él, diría que él y yo nacimos el uno para el otro, pero eso sería mentira. Probablemente el verdadero amor de él está en su verdadero mundo.

Pero adivinen, ¡No estamos en su mundo, estamos en Teyvat! Y por los arcontes que hoy Izuku Midoriya cae en mis manos.

Un momento...

—¿De verdad acabo de pensar eso?

Enrollé una almohada con mis extremidades dándole un fuerte abrazo, como si hundir mi cabeza sobre la tela me fuese a borrar esos pensamientos tan... genuinos.

El problema no era tenerlos, El problema es que quiero que se hagan realidad, quiero ver a Izuku sobre... Mi.

—Ahhhg parezco una desesperada, apuesto que aunque me desnudara frente a él, lo primero que diría sería "¿oye, no tienes frío?"

Lo odio, lo odio, lo odio y lo peor de todo, es que lo amo. Lo amo tanto como para protegerlo antes que protegerme a mí misma, estoy tan atenta como puedo, y aun así él no se da cuenta.

—¿Y si ya lo hizo pero no quiere nada...?

Una sensación de vacío se adueñó de él pequeño cuarto, tal vez por eso durante los últimos días no inicia ninguna conversación, es demasiado incómodo para él y no saber cómo rechazarme.

—Carajo...

He pensado tanto en mí, que no me había parado a analizar esa posibilidad con detenimiento. El recuerdo de cuando combatí con el dios caído que intentó destruir Liyue ahogó mi mente. Ese combate lo libré sin él... simplemente no estuvo ese día, temí lo peor al ver la destrucción bajo mis pies.

Y luego apareció de la nada, no sonreía, solo me miró de reojo y saludó, pero daba la sensación de que era por protocolo de amigos y no por gusto. Nunca pensé que una actitud me hiriera. Lo tomé de la mano y lo abracé, ese día supe que sin él, mi viajera terminaría.

—Ahhh pierdo el hilo... ¿Qué debo hacer?, ir como su amiga y charlar sobre mis sentimientos o hacer con él lo que veo en mis fantasías...

¿Dormir durante tanto tiempo afecta el raciocinio? Tal vez sí, porque sin pestañear, mi mente automáticamente tomó la segunda opción como la más acertada. Organicé la cama y miré la ventana, hoy no dormiría sola...

Salí a paso lento, no tenía calzado, por lo que era increíblemente silencioso sumándole el viento y calma nocturna, sólo se darían cuenta de mi presencia viéndome directamente de frente. Crucé la pequeña distancia que se hallaba entre ambas habitaciones en tan solo un par de segundos. Cuando llevé la mano al pomo para abrir, la seguridad de mi decisión se esfumó, pero mis ganas no.

Giré tan rápido y silencioso como pude, creyendo tal vez dentro de mi inocencia, que si no estaba mirando la puerta, no advertirá que alguien entró. Pero ni en mis fantasías más eróticas me esperaba encontrarlo de pie, como los dioses lo trajeron al mundo, con la luz de la luna de fondo hacía que la sombra de TODO su cuerpo resaltara todavía más.

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