Ésta vez era yo, mi propia enemiga, mi propio tormento, mi propio tiempo contado, mi propia vida indiferente, MI PROPIA LOCURA PERMANENTE.
Ésta vez era yo acostada sobre tantas muñecas desgastadas, o sobre las paredes me hallaba colgada, e incluso pintada por las manos de Dalí.
Costanza Spinelli