"Bienvenido a Whitebridge"
No creí volver a ver ese cartel, y después de 2 años heme aquí. Se ve más viejo que la última vez.
Nos adentramos a la ciudad, recuerdo que era grande pero conforme vamos avanzando me doy cuenta que ha crecido bastante en estos años.
Damos vuelta a la izquierda y alcanzó a ver a lo lejos mi casa. Al verla me empiezo a llenar de recuerdos de cuando vivía aquí.
Entramos a casa, no la recordaba tan grande. Me dirijo a la sala y lo primero que veo es una gran foto familiar. Papá, mamá y yo sonriendo, es bastante linda la fotografía. Mi sonrisa es igual a la de papá.
–¿Cansada? – volteó al escuchar la voz de mamá.
–No, no estuvo pesado el viaje – le sonrió de boca cerrada.
–¿Quieres dar una vuelta? Lo que falta de mudanza va a tardar un poco más – se sienta en uno de los sillones frente a la fotografía.
–Mmm si, no estaría mal – doy otro vistazo a la fotografía.
–Es linda, ¿no? Estabas bastante pequeña – la volteo a ver y su mirada está fija en la fotografía. Deja salir un suspiro.
–Si, es linda. Regreso en un rato mamá – me dirijo a la puerta.
–Con cuidado, me avisas cualquier cosa – levanta un poco las voz para que la escuche.
–Si, adiós.
Salgo de casa sin un rumbo fijo, conforme camino y paso las calles me doy cuenta que ha cambiado bastante, se ve mucho más lindo.
Camino hasta toparme con el parque cerca de mi casa, está lleno de niños jugando de aquí a allá.
Sigo caminando un largo rato, me doy cuenta que a lo lejos alcanzo a ver mi escuela de nuevo. Sentí un escalofrío. Se ve mas grande, no quise ir a ver mas ya que mañana tengo que ir a hacer el papeleo y es mi primer día de clases.
Regresé a casa y justo estaba llegando la mudanza. Me adentro y subo a mi cuarto.
Pase gran parte de la tarde acomodando muebles, ropa, libros, albums, desocupando cajas y cajas.
Llega la noche y escucho que mamá me llama, bajo al comedor, ya estaba papá y mamá esperándome a cenar.
–¿Nerviosa Jada? – pregunta papá.
–No,¿por qué? – si, estoy nerviosa, solo quería hacerme la valiente.
–¿No? ¿Estas de nuevo en Whitebridge, ni un poco nerviosa? – mamá voltea a verme mientras papá hace la pregunta.
–Un poco creo – encojo los hombros haciéndome la indiferente.
–¿Les dijiste a tus amigos que volviste? – mamá hace la pregunta que no quería que hicieran.
Haber no es como que no quería decirles a mis amigos que iba a volver, pero no me dio tiempo, con el tema de la mudanza. Y la verdad quiero darles la sorpresa cuando entre a la escuela.
–No – lo dije tan bajo que por un momento pensé que no me escucharon.
–¿Por qué no? – me escucharon. Lo dijeron ambos al unísono.
–Quiero darles la sorpresa, aparte no me dio tiempo de decirles – pensé que se lo tomaron peor, pero parece que no.
–Bueno, ¿ya viste en qué actividad te vas a inscribir? – mamá me pregunta sumamente emocionada.
–Mamá, si con esfuerzo tuve tiempo de dormir. Ya mañana los veo en la escuela – doy el último bocado a mi cena –. Bueno me iré a descansar, nos vemos mañana.
–Descansa hija, mañana te espera un gran día – papá me ve con la gran sonrisa típica de él.
–Si, ¿vas a querer que te acompañe a la puerta en tu primer día? – mamá me pregunta con una mirada de súplica.
–Mamá no, no voy a querer que me acompañes a la puerta, al colegio sí, pero no más - río por su comentario –. Nos vemos, descansen – les sonrió y me dirijo a las escaleras.
Llego a mi habitación y me dirijo al balcón que me da vista al enorme mar y el atardecer lleno de colores divinos.
En verdad estoy nerviosa, cuento me enteré que regresamos a Whitebridge estuve más en contacto con mis amigos. Me puse feliz de que volvería a verlos. Pasé gran parte de mi vida aquí.
Mañana empieza de nuevo la vida que tenía aquí, no estoy nerviosa por el hecho de hacer amigos, afortunadamente los tengo, y a la mayoría de las personas las conozco.
Pero tengo un nervio diferente, uno que no había sentido.
****
Pensé que al despertar el nervio se quitaría, pero parece que ha aumentado más. Me arregle, y acomode todos los documentos que me pedían y todas mis cosas.
Baje a desayunar, creí que estaría papá pero no, parece que se fue de viaje, la señora que nos ayuda en la casa me dijo que mamá no tardaba en bajar.
–Buenos días linda, ¿Dormiste bien? – llegó mamá y se sentó a mi lado.
–Hola, puede descansar bien, ¿no vas a desayunar? – volteo a verla ya que no tiene plato en su lugar.
–No, ya desayune – me sonríe y se levanta.
–¿Te vas? – no es nuevo que mis papás se la pasen de viaje.
–No, solo que desayune con tu papá antes de irse. ¿Lista para irnos al colegio?
–Si, vámonos.
Salimos de casa, subimos a la camioneta, y nos fuimos directo a la escuela.
Estaba más y más nerviosa, no pensé sentir ese nervio en mi vida. El camino fue silencioso, creo que mamá sabía que no quería hablar. La escuela no está lejos de casa, a lo lejos la vi y en verdad el nervio empezó a aumentar más y más.
Llegamos al estacionamiento y me quedé viendo fijamente la entrada, veía a las personas entrar y salir. Respire hondo.
–Ahora si vas a aceptar que estas nerviosa? – voltea a verla, se estaba riendo de mi cara, seguro.
–Si, estoy muy nerviosa – movía mi pierna de arriba a abajo, sentía que iba a vomitar.
–Tranquila ya conoces a la mayoría de las personas y ya estudiaste aquí, ¿por que estas nerviosa? – se volteó un poco para poder verme mejor.
–Eso es lo raro mamá, conozco a la mayoría de las personas, estudie aquí, pero es algo más, pero no se que es, es un nervio nuevo – no dejaba de ver la puerta, vi la hora y ya tenía que entrar.
–Todo va estar bien linda, te va ir excelente como siempre, y ese nervio seguro se te va a quitar, respira hondo – se acercó y besó mi cabeza, tomó mi mano y le dio un pequeño apretón.
La voltee a ver, le sonreí, y baje de la camioneta.
–Todo va a estar bien – la vi y le di una sonrisa.
–¡Claro que si linda, te quiero! – cerré la puerta y la vi por la ventana.
Camine hacia la puerta, ya quedaban pocas personas afuera. Entre, cerré los ojos, respire hondo, los abrí y me dirigí hacia las oficinas.