𝐓𝐑𝐀𝐃𝐔𝐂𝐂𝐈𝐎𝐍 | Obito Uchiha es un miembro de la Gran Casa de Uchiha, pero apenas es parte de la rama familiar, y toda su vida está en juego en las propuestas de matrimonio que se originan en el baile al que asistirá esa noche. Seguro que ser...
Link de la historia original: https://archiveofourown.org/works/42372795
N/A: ¿Decidí al azar escribir esto algún día? Sí. Y me divertí mucho haciéndolo, ¡y espero que todos disfruten leyéndolo!
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Obito ajustó la solapa de su chaqueta de noche, sintiendo el suave terciopelo bajo sus dedos. Su faja no tiene arrugas, sus zapatos están pulidos a la perfección. Esta noche era su exhibición final de la temporada, y necesitaba obtener una propuesta de matrimonio antes de que el reloj marcara la medianoche, o estaría solo.
Dios, a veces odiaba a la Familia Uchiha y todo lo que representaban en su vida.
Se miró por última vez en el espejo, abrió la boca con una sonrisa llena de dientes, antes de asentir y dejar que su habitual mascarilla calmante y satisfecha volviera a colocarse en su lugar. Hace mucho que se fue el niño radiante de su juventud, por mucho que le doliera admitirlo, y ahora es lo que su familia desea: un hombre en edad casadera para unir a su familia con otra. Aunque, si era honesto, el rostro de la persona que ama no lo abandonará. Cabello plateado y una sonrisa perezosa, desaparecido para siempre si su tío bisabuelo tiene algo que decir (y lo hizo).
Subió al carruaje que lo esperaba y se alejó rápidamente por las calles de la ciudad. El carruaje, conducido por dos caballos blancos como la nieve, está profusamente decorado. La gran familia Uchiha siempre quiso dejar claro su poder e influencia. Los asientos en el interior son lujosos y las cortinas son completamente negras y se corren fácilmente para ocultar a Obito de la gente en las calles. Se sentó a la izquierda, para poder mirar por las cortinas; no tenía sentido tratar de ver a través del parche que cubría su ojo derecho.
El carruaje se detuvo en la fila que esperaba la entrada al salón de baile, un tren de caballos y carruajes llenos de los nobles más ricos que podían asistir a la temporada. El clima también era perfecto: los vientos otoñales enfriaban el aire lo suficiente para la ropa pesada que todos usaban, al mismo tiempo que se llevaban las nubes de lluvia que habían amenazado a la ciudad durante la última semana. Obito descendió del carruaje cuando llegó a la alfombra roja que conducía al salón, inclinándose cordialmente ante la princesa Tsunade y el duque Jiraiya, quienes habían organizado el evento e invitaron.
“Es un honor para mí estar aquí esta noche”, dijo, y lo decía en serio. Esta era su oportunidad, tal vez, de ver a la persona que amaba antes de casarse a la fuerza con otro. Si su amor aparecía, eran introvertidos de corazón. “Es un placer tener miembros del Gran Ducado Uchiha aquí”, respondió la Princesa Tsunade, extendiendo su mano expectante. Obito besó el anillo en su dedo, siempre el perfecto caballero, luego se levantó. “Te veré adentro”, prometió, y cuando la princesa inclinó la cabeza, se alejó.
Un par de lacayos abrieron las grandes puertas dobles para el Uchiha, y entró en la sala de la escalera. Las damas nobles y sus familias lo miraban desde los balcones, evaluándolo. Los ignoró, con los ojos fijos en el segundo par de puertas ubicadas entre las amplias escaleras dobles.
