"Un corazón latiente de piedra. Tienes que ser frio para lograrlo en este mundo."
-Imagine DragonsEl sol era débil cuando Izuku se levanto de la cama y se acerco a ese viejo escritorio de madera que sus abuelos le habían prestado. El viento movía las cortinas blancas dejando entrar una suave brisa que en conjunto con los nimbos negros que se dispersaban por el cielo, indicaban tormenta.
"Esta siendo un verano lluvioso" - habia dicho su abuela la anterior noche mientras cenaban.
No le molestaba, la inspiracion llegaba con mucha mas facilidad cuando la lluvia teñia de su particular musica el mundo. Midoriya Izuku era un chico indie, solia agradarle el sentimiento de tristeza ficticia y por eso Florence and The Machine o Lana del Rey ocupaban un importante lugar en la unica tecnologia que aceptaba, su antiguo y destartalado mp3. Izuku era uno de esos raritos que adoran lo aestetico, de los que entienden a la perfecion las letras de David Bowie, de los que prefiere el cine de los años noventa y se sienten identificados con cada uno de los personajes de Breakfast Club.
Con una pequeña sonrisa abrio todavia mas la ventana, las gotas de lluvia se colaban de vez en cuando y refrescaban sus mejillas mientras escribia con garabatos algunos datos inconcisos sobre el papel.
"Chico solitario, de apariencia masculina y cabellos rizado por el agua marina" - habia comenzado a redactar y tachado al instante -"muchacho misterioso que vive en contacto con el mar y a aprendido a ser una parte mas de la naturaleza, un animal extraño y exotico en su habitad salvaje."
Cuando Izuku pensaba en el día que conoció al chico de la playa las imágenes eran borrosas, hacía una semana de ese acontecimiento y un solo minuto no era suficiente para lograr escribir un libro completo sobre la vida de este. Su mente era confusa, no sabía que hacer, como escritor sabía que para contar una historia real solo se puede saber la mitad, de lo contrario la fantasía y misterio no encajara bien con los hechos verídicos. La realidad es aburrida y por eso los seres humanos recurren contanstemente a los libros, a la magia y el cine.
Las historias fueron inventadas hace mucho y siempre supusieron un escape de la vida diaria. Si conocía un poco más al muchacho que lo inspiró a escribir tal vez podría perder todo ese misterio que desde el inicio lo había empujado a crear una fantástica novela acerca del chico repudiado que decidió amar el mar. Lo cierto es que un minuto podía servirle a un escritor para crear gran cantidad de ideas en su mente pero él quería un poco más, quizás necesitaba que fantasía y realidad alcanzasen el cincuenta y cincuenta en su historia.
Como diría su mejor amigo Brian Johnson "ese chico es una isla en sí mismo" y Izuku quería conquistar la isla contra todo pronóstico. Había acudido a ese pequeño pueblecillo sin ninguna esperanza de encontrar la inspiración que en la ciudad se rehusaba a regresar con él. Demasiadas distracciones entre esa tecnología, sus abuelos tenían una sola televisión y ni siquiera la encendían. Preferían ese viejo tocadiscos que Izuku se había comido con los ojos tan pronto como entró en el retro salón el día que llegó a esa casa. A su abuelo le gustaba escuchar Iron Butterfly en su puro sonido original. El de un disco pasando por la aguja una vez tras otra y dejando esa sensación de ruido exterior que tanto molesta actualmente a los adolescentes.
Si no fuera porque su cara definitivamente es la de un chico de diecinueve la gente creería que Izuku sin duda era un cincuenton con muy buena salud y un tremendisimo físico. No con respecto a sus pensamientos pero si con lo tocante a sus gustos anticuados.
—Abuelo, saldré a pasear - dijo pasando por delante de la cocina donde sus abuelos siempre jugaban a las cartas. Su abuela probablemente estaba hablándole a los limoneros creyendo que estés crecían más bellos cuando tenían charlas interesantes, pues no había rastro alguno de ella y su abuelo había comenzado una partida al solitario.
ESTÁS LEYENDO
Back To Blue Side [KatsuDeku] | ADAPTACION
FanfictionIzuku regresa al pueblo que lo vio crecer, vuelve a las largas playas de arena blanca, a las aguas turbias, a la sal blanca... Vuelve para que su corazón se cure de todos los amores que lo han desgarrado y sin pretenderlo encuentra a aquel que nadie...