El Viaje y la Libertad

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Guillermo
De alguna forma, mis padres siempre amaron a todo tipo de Ave exótica, Loros, guacamayos, pero sobre todo las catas chilenas.
Nunca fui fanático de tenerlas encerradas en una jaula toda su vida, vivir bajos rejas desde su cuna hasta su muerte.
Una vida bastante cómoda y monótona para ellos, pero no para mi, mi jaula aun no se cerraba por completo.
Estaba a pocas horas de escaparme de mi Jaula, a pocas horas de poder elegir mi vida, poder elegir todo lo que le faltaba por realizar en ella.
Empaque lo poco que me faltaba en mi mochila de mano, tenía que llevar lo poco que aun recordaba con felicidad,me lleve la foto de mis abuelos y mi collar con dos anillos en las cadenas.
Apenas lo tuve todo listo, recorrí por última vez la casa de mis padres, no volvería a tocar estos pasillos por 1 año. Sinceramente, no me producía mucha tristeza por un lado.
Entre a la habitación donde solía dormir mi abuelo, me senté en la cama, intentando recordar la última vez que hablé con el.

*Flashback*
-Quieres que me vaya Lejos?-Le pregunté mientras el me entregaba al sobre con la invitación al Instituto de Manhattan.-

Era una invitación para ser parte de la Generación que partía el año siguiente.

-Es lo mejor para ti, William-Dijo mi abuelo recostado en la cama-Quieres quedarte aquí? Es una gran Oportunidad.

-Yo..yo no puedo dejarte solo.. Tengo el instituto de mis Padres, te tengo a Ti!-dije mientras se me aguaban los ojos.

-Yo tengo a los enfermeros y cuidadores, parte de la vida es saber dejar ir-dijo tomando mi mano.

-Quien te va a llevar a caminar? Quien te va a llevar a tus citas al médico? Quien te va a llevar a la playa? Con quien voy a charlar apenas llegue del insti?-Solte bastante triste.

-Estoy seguro que harás nuevos amigos, William-dijo con una sonrisa-Tu hermana Mayor, se encuentra en Londres, y tú otra hermana en Suecia.-Estarás más cerca de ellas.. te apoyaron tanto y más como yo lo he hecho.

-Que me llamo Guillermo, abuelo!-solte riendo.

-Ahora serás William Hannover Schell de Manhattan-sonreí y le di un abrazo-Esta bien, me iré a estudiar a Manhattan..

*Fin Flashback*

Si el hubiera estado en esta cama, no habría podido irme sin haberme despedido de él.
Creo que no hubiera podido partir a Manhattan.

De una forma u otra el siempre estará conmigo.

Arregle mi mochila y me fui a mi cama.

Al día siguiente aproveche de tener la última charla Cara a Cara con mis padres mientras me llevaban al Aeropuerto.
-Llevas todo?-me pregunto mi padre.
-sip, no me faltará nada para poder sobrevivir 1 año-dije con seguridad.
-esperamos que des la cara por la familia, Tus dos hermanas fueron a Las Ardennes y les fue excelente en varias materias, sin embargo esperamos que tu destaques-dijo mi madre.
-Como?-pregunte con cierta inseguridad.
-En tus logros escolares y deportivos has sido el que más a destacado de la Familia, mantienes un NEM de 6,95, es casi perfecto, mientras que tus hermanas solo llegaron al 6,8.

Se generaba cierta presión sobre mi pecho el escuchar esas palabras, no generaba ni motivación ni felicidad que me comparen con mis hermanas y menos que tenga que dar la cara por la familia.
Creo que es una presión que siempre tendré en mi pecho y en mi vida.
Por fin Manhattan, estaré lejos de todos y de todo podré hacer lo que quiera con vida, dejar de lado todo lo vivido con mi ex novia, mis padres, mis antiguos amigos.

Llegamos al Aeropuerto, estacionamos y mis padres embarcaron mi maleta, estaba por entrar a la sala de embarque cuando me tocó despedirme de mis padres.
-Por favor cuídate. Si?-por primera vez mi padre estaba nervioso-, y sobre todo recuerda que estarás solo.. en un país extranjero, sabemos que te guías mucho en el Inglés y en el Alemán pero aún así cuídate.-dijo mi padre
-Les prometo que daré lo mejor en cada materia, les traeré un souvenir-dije feliz.

No llore al despedirme por un momento quizás lo dude, pero ni eso, no dejaba absolutamente nada atrás, más allá de una casa con Muchos recuerdos, la cual parece un museo.

Me fui a la sala de Embarque a esperar a que llamaran para embarcar al avión, mientras esperaba me compré un brownie y una bebida, se me venía un vuelo de 14 horas a New York. En chile era pleno invierno, mientras que en Manhattan era pleno Verano. En fin, el horror.
Apenas embarque al avión me fui a mi asiento de primera clase.

Miro por la ventana, mirando Los Andes nevados, lo último que volvería a ver de mi país. Nisiquiera pasa 1 hora y ya estamos en el aire camino a mi nuevo destino.

Por fin pude volar y escaparme de mi Jaula.

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