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:Changbin

Habían pasado 10 minutos mal contados y aún Bin no había despegado los ojos del espejo.

Ni un atisbo de apariencia en todo ese tiempo.

Pero él no se iba a rendir, y menos por Felix, asique en silencio decidió salir de la habitación, nunca había tratado de salir por culpa de las cadenas, pero ahora que era libre iba a hacerlo aunque sintiera un poco de miedo.

Pasillos en la más completa oscuridad es lo que había fuera, puertas y más puertas que no parecían conducir a ningún lugar.

Pero entonces, entre todo el silencio se escuchó unos pasos concretos: los de unos pies arrastrándose con cadenas.

"Felix" pensó inmediatamente el mayor, pero al girarse, casi se le cae el alma al suelo.

Era una sombra gigante que llevaba colgando de sus pies unos grilletes bastantes pesados, pero aún así era seguro de que podía ir rápido, porque cuando menos se lo esperó, ya estaba a 3 metros detrás de él.

Corriendo sin un destino determinando llegó a un callejón sin salida, y con una respiración acelerada esperó a que el otro llegase.

No tenía escapatoria, estaba claro, pero por lo menos sabía que lo intentó.

Entonces sin más remedio, la sombra se acercó. Mirándolo con más detenimiento vio unas tenazas.

Lo más que podía pensar en ese momento era que le iba a estrangular con aquel instrumento, y eso sería la muerte más dolorosa y lamentable que existiría.

Tenía que intentar algo, y derrepente, pensando que sería un fantasma, en el momento que el metal se iba acercando a su cuello, se agachó y por sorpresa pudo atravesar la sombra sin algún problema.

De vez en cuando no iba mal ver unas películas de terror...

Corriendo como alma que lleva el diablo llegó a una habitación sin luz alguna, cerró detrás suya y mirando a cualquier lado una pequeña luz apareció, era la de un espejo reflejando con un poco de brillo que emanaba de la luna.

Aún con la respiración acelerada se dirigió al cristal y lo volvió a intentar, no le quedaba de otra.

—Felix, ¿estás ahí? Contestame porfavor... Necesito saber que estás bien, que estás vivo, yo... No sabría que hacer sin tí, joder— desesperado golpeó el objeto, dejando un pequeño corte en su mano.

Eso no le importaba, lo único que le despejaria de sus preocupaciones sería la de ver a su amigo vivo, sonriendo feliz por verlo entrar a la escuela.

Su amigo de la infancia, de juegos, de aburrimiento, de tristezas, de alegrías, de locuras cómo esta, era lo que más importaba para el en ese momento. Sin él no era nada ni nadie.

:(

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