Cuando apenas el sol asomaba sus rayos por su escondite, Mei ya estaba lista y bajo a la sala donde la enorme mesa estaba puesta para cinco personas. Kata estaba acomodando todo con algo de melancolía y de pronto Mei sintió el peso de la ausencia de Jun, la cual ya estaba muy dedicada a estudiar que apenas hablaba Mei con ella por teléfono. Ya la había visto un par de veces y en todas esas las ojeras crecían cada vez más y sus ojos estaban irritados por el desvelo y sus dedos moviéndose rápidos por la ansiedad que experimentaba la chica a diario.
Aunque conversaron de poco por el tiempo que tenía libre Jun, el tema se centraba en lo que esperaba con la boda y sobre su vida con Yuzu y esa niña que estaba creciendo en su útero. Mei no pensaba mucho en eso o de lo contrario entraría en la depresión y no deseaba complicar su primer embarazo a una edad relativamente joven e incluso la ginecóloga le aconsejo mantenerse en calma. Claro que sonaba fácil cuando no tenías a tu prometida con una reciente operación de dos tumores, probabilidad de cáncer, la familia de tu prometida planeando una fuerte venganza y de paso tener a tu propia familia dividida por la decisión que tomaste de tener a tu hijo que concebiste en un escenario lleno de sexo en un laberinto de plantas o sabrá cuando fue que lo concebiste pero que resulta incluso peor eso ultimo porque expresa falta de moral o de ética como solía decirle Tetsuya cada vez que le tenía cerca.
Jun la alentó a no dejarse caer y era lindo tener una amiga como ella pero reconocía que esos escasos consejos sin tenerla cerca sumaban más a la balanza de “empeora mi ánimo”. Ya estaba sintiéndose cada día más cansada y con ganas de no salir de la cama e incluso el comer le costaba mucho, se obligaba a descansar, comer y activarse parea no pasar por la depresión que, claro estaba, en ese momento tenía. No podía medicarse con antidepresivos y aunque pudiera no los quería, ahora estaba sola con el apoyo de sus padres y el sofoco de su abuelo que solo la miraba como si fuera un perro sarnoso con los huesos forrados de piel que siente caminar a los parásitos por su cuerpo.
-Abuelo, ¿no crees que es hora de acordar vernos con Yuzu para la boda? -le pregunto apenas comenzaron a comer.
Tetsuya estaba leyendo el periódico cuando hablo Mei y se tensó. Hanako estaba entreteniéndose en su plato cuando hablo Mei y de inmediato miro a ambos como si temiera alguna interacción de su parte. Akemi y Shô imitaron la expresión de Hanako y se limitaron a observarlos intermitentemente rogando porque no tuvieran una pelea tan temprano.
-Te noto ansiosa por verle, ¿no es así? -alzo la filosa mirada llena de asco y la regreso a su periódico. -No comprendo esa mentalidad estúpida que tienes, ¡nunca te eduque de esta forma!
Mei se acongojo al oírle decir eso y apretó los dientes.
-Yo… creí que darte libertad podría darte un propósito, no joderte la vida de esta forma. -alzo la mano como si quisiera alejar un mosco y le miro con frialdad.
-No solo te jodiste la vida sino que acabas de llevarte al apellido a la mierda como Shô, digo, es tu padre, por desgracia se hereda la estupidez.
Shô apretó los puños de rabia pero no dijo nada. Akemi quiso hablar pero Kata le puso las manos en los hombros deteniéndola, Mei solo detallo el fracaso de su familia; inútiles que fingen ser independientes y de carácter pero que se dejan pisotear por Tetsuya.
-Ojalá se hubiera manejado esto de mejor manera. -Suspiro. -Y yo creyendo que eras la mejor de los Aihara y… solo resultaste otro fracaso-
- ¡BASTA! -Grito golpeando la mesa Mei y se levantó. - ¡FINGES QUE TE IMPORTAMOS PERO SOLO QUIERES QUE TE OBEDEZCAMOS EN TODO!
Todos se sorprendieron de lo que hizo Mei y Shô le hizo gestos de detenerse pero Mei estaba harta de esa mierda de siempre. No había regreso.
-Eres una mocosa malagradecida que no hace más que causar problemas y meterte en ellos desde que te dejo tomar decisiones por ti misma. -Tetsuya arrojo el periódico al suelo. -No eres madura sino una estúpida obsesionada con algo de amor romántico como en los libros o series, ¿de verdad crees que a Yuzu le importas?
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EN BUSCA DE LA LIBERTAD (CITRUS)
Hayran KurguMei Aihara siempre tuvo una vida recta y educada sin cuestionar ninguna orden. Un día, decide ir a una fiesta por curiosidad y conoce a Yuzu; una joven que siempre hace lo que quiere sin miedo. Comienza a darse cuenta de que no quiere una vida llena...