Ea aquí el comienzo de toda esta vuelta primitiva. Arranquemos con la frase de la descripción, con ustedes la dramatización de la mondá perpetua...
"Vivimos en un mundo donde las presiones y los estereotipos vuelan alto, pero nuestras chispas que deberían de hacerlo sólo caen al suelo muerto... ¡un suelo donde vale mierda la expresión y la cultura, hijueputa!"
Sí, fue lo que dije cuando empecé a experimentar mi gusto por la música extrema. Aunque no lo dije exactamente así, sólo me dejé llevar por la rabia y pensé que no había caso. Sí señores, fue la humillada de las humilladas, y el factor fue mi amá.
Recuerdo que siempre buscaba el momento adecuado para molestarme, y lo más chistoso es que en esa época escuchaba más que todo glam y heavy metal, ni siquiera había experimentado al máximo el death o black metal. Y aún así era un martirio para ella. De todas formas, mi mamá también fue bastante rebelde en sus tiempos, fue del rock n' roll, baladas y la música disco. Pero ya el heavy como que tucu tucu tún, osea que como que ya muy pesadito.
Mientras las ventanas vibraban con Black Sabbath, Judas Priest y Dio, mi mamá se retorcía de la ira al otro lado. Bueno tampoco, mucha imagen mental.
- ¡Bajále a esa música del diablo, Sofía! ¡Esa cotorrería me tiene es mamada, ehh ave maría!¿Y los audífonos caremondá? Pues siempre se me dañaban los triplegononeícos. Cómo podía ser tan de malas en esta life. A lo bien que esos benditos del chino ni me duraban dos días, o duraban pero se quedaba sin funcionar uno.
[...]
La pandemia fue la causante de toda esta desgracia. Recuerdo que eran clases virtuales, y como no me paraba de ese hijueperra asiento. Uy, yo la verdad no sé cómo pude con esas entumecidas en la cola, eran potentes. Ahora que lo pienso, sólo me paraba para cagar la verdad. En fín, escuché mucho metal en ese tiempo y terminé de desarrollar mi aficción por él de una forma brutal.
Hacía tareas con él, me bañaba con él, dormía con él, me masturba- ¡¿uy qué, pero cómo así?! -se ríe como vaca-. En sí, recuerdo que empecé a escuchar álbumes más de seguido y honestamente fue una época que me ayudó a no sentirme tan sola, recordemos que uno no podía salir a casi ni mierda por el bicho ese. Además en ese tiempo empecé a tener buenas relaciones con mi papá, por lo cual me regaló unos audífonos grandes del todo a $10.000 para que fueran más cómodas las clases virtuales, y sí que lo fueron. Se escuchaba el triple de chimba la música con esos audífonos, pero la gritería de los miércoles a las 5:00 p.m de Luz Ballena (la profesora de emprendimiento) era mortorio. ¡Qué hijuemadre vieja pa joder! Recuerdo como se pixelaba, o cuando le vimos todo el pechamen en una clase y ni se dió cuenta. ¡Qué desagradable, maní!
Hubo una época donde nos tocó algo que se llamó "reposición de tiempo", es decir, estudiar todo el hijuemadre día por consecuencia del grande paro de un mes que tuvimos por la reforma tributaria de nuestro anterior presidente, que le subió los impuestos a todo. Esta necesidad de mi colegio fue de las cosas más horrorosas del mundo, recuerdo que me tenía que levantar a las 6:40 a.m hasta las 7:00 p.m, y así todo un puto mes. Y eso no fue lo único, también los sábados nos los robaron para ver más clases. ¿Qué era melo? Pues sí, pero sólo cuando teníamos inglés ya que la profesora nos entendía y sus actividades eran chimbas.
Una bellezita que recuerdo, fue cuando nos tocó historia a la primera hora como dos veces a la semana. Uno se conectaba todo en el quinto sueño a clase ( y con orgullo, oliendo a pañito de bebé cagado) y de repente abría los ojotes viendo la pantallita de zoom de la profesora. Y ella dizque toda arregladita y sonriéndonos ¿¡ah! usted creerlo? Es que mucha bellezita. Nunca se me olvidará una de las más famosas frases que dijo: "mis amores, en esta vida hay que hacer sacrificios. Mirenme a mí, que estoy levantadita desde las 5:00 a.m preparando clase y no estoy quejándome".
¡Cuáles, solo leía la frase del día y nos ponía a hacer un taller titulado "brillitos históricos activaos" más largo que la mondá de un costeño y ni explicaba!
¡Qué bellezita!
Continuará...
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°Recordar todo esto me da bastante nostalgia pero a la vez risa. Si se sienten identificados con algún cuento de estos, háganmelo saber en los comentarios que me encantaría. Se vienen más anécdotas como diría yo, bien sapahijueputas.
La siguiente anécdota que contaré fue una pelea que tuve un día con mi prima y no se creerán el porqué de todo. Será un drama pa chuparse los dedos. Escribir esto está bastante divertido, así que le meteré más ganas. Sin más que decir, ¡Nunca se olviden de metaliar maniacs!
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Visajes que todo metalero pasa.
HumorEste pequeño libro será escrito a mi perspectiva interna sobre algunas experiencias desagradables y bacanas que he vivido por el mero hecho de ser metalera, cabe recalcar que mi intención es sólo humorística, y pues claro, también a la vez dar un me...