Capítulo 6 Una discusión aparentemente civil

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Dentro de un fértil valle,rodeado por las montañas de los Alpes, se encuentra la región habitada de la baronía de Reichmann un gran afluente del río Danubio fluye a través del valle, el agua azul y resplandeciente proporcionaba vida a todos los seres de la región.  A medida que la luz del amanecer se proyectaba sobre el armonioso territorio, los gritos del gallo despertaron a la clase campesina para el comienzo de una larga jornada de arduo trabajo. Aunque la nobleza tendía a dormir más que la gente común, un joven señor se estaba levantado simultáneamente como los campesinos para hacer su ejercicio matutino. Deseando poder superar la enfermedad que me había tenido tantos años postrado en la cama, tenía que trabajar el doble de duro que el caballero promedio en términos de aptitud física para poder lograrlo. Hace tres días había hablado con Friedrich para queme construyera un juego de pesas y pesas rusas para ayudarme en mi entrenamiento diario junto con los diagramas para la construcción de un alambique con el que poder destilar whisky y otro para la fabricación de dos armas de fuego en concreto un revolver LeMat a el cual le había hecho varias modificaciones como por ejemplo el empleo de un mecanismo de percusión central y acción doble ya que era el más común de los mecanismos de disparo en los revólveres modernos de mi anterior vida, también había agrandado el  calibre de 10 mm a los 11mm, cuando termine de redactar el diagrama para el revólver comencé a redactar por la parte posterior de este las instrucciones de cómo fabricar la munición pero uno de los primeros problemas que vi cuando comencé a redactar el esquema para la fabricación de la munición fue la falta de fulminato de mercurio y la imposibilidad de crear lo sin un laboratorio químico y personal cualificado por ello se me ocurrió revisar algunos libros de la biblioteca, ya habían pasado dos horas desde que comencé a buscar en los libros de la biblioteca alguna forma de poder sustituir el fulminato de mercurio como propulsor inicial del proyectil y de repente justo cuando ya casi me había dado por vencido encontré la solución la cual era sustituir la cápsula fulminante por un cristal de fuego

 Hace tres días había hablado con Friedrich para queme construyera  un juego de pesas y pesas rusas para ayudarme en mi  entrenamiento diario junto con los diagramas  para la construcción de un alambique con el que poder destilar whisky y otro par...

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 los cueles eran utilizados ampliamente en los laboratorios de alquimia y por usuarios con habilidades mágicas. Friedrich era muy respetado dentro de la ciudad local y tenía contactos en todos los oficios.Así que me hizo un favor y envió los diseños al herrero local para que los fabricara a un precio justo que Friedrich se encargaría de negociar. Aunque el equipo de ejercicio aún no se había construido, ya que la tecnología de este mundo feudal aún estaba lejos de desarrollarse, solo sería cuestión de tiempo antes de que pudiera mejorar aún más mi entrenamiento de fuerza. Sin embargo, hice todo lo que pude con mis limitados recursos. Después de otra mañana de duro entrenamiento, me encontré nuevamente bañándome; mis hábitos de baño habían comenzado a provocar la curiosidad de los sirvientes dentro del Castillo. Me bañaba una vez por la mañana después de mi sesión matutina de ejercicio y una vez antes de irme a dormir por la noche.Trate de persuadir a mi familia para que adoptara la práctica, pero eran personas obstinadas en sus antiguas tradiciones. Aunque se bañaban con relativa frecuencia, todavía no podían igualar las mis tendencias casi germofóbicas. Sin embargo, había ordenado a todo el personal que se debían de lavara las manos cada vez que usaran el baño o realizaran alguna actividad que pudiera ensuciar las manos. Me hice conocido por regañar especialmente al personal de cocina cuando descubrí que sus hábitos de limpieza no coincidían con mis deseos. Aunque mi madre no me reprendió por mi comportamiento, si se preocupó por los nuevos hábitos que había adquirido. Cuanto más pensaba en ello, más sabía que tendría que construir baños públicos. Se necesitaría bastante tiempo durante el camino de industrialización para que la totalidad de la población dentro del dominio de mi familia pudiera permitirse un baño privado. Verdaderamente, los antiguos romanos estaban muy por delante del período medieval cuando se trataba de cosas como la higiene. Después de completar mi primer baño del día, me peine el pelo lo mejor que pude; ya que actualmente carecía de los medios para adquirir la cera para el pelo, que en mi vida anterior había utilizado mucho para peinarme el pelo hacia un lado. Descubrí que era una apariencia digna, y adecuada para un oficial en el ejército y aún más adecuada para un joven señor. La próxima vez que visitara la ciudad, me aseguraría de comprar un poco de manteca de cerdo, la cual era el ingrediente principal para la fabricación de la cera de pelo. Después de peinarme y vestirme con un atuendo, informal me dirigí al comedor. Sinceramente, prefería la moda del siglo XX, especialmente la de los monarcas europeos del  periodo de la primera guerra mundial. Me aseguraría de implementar dicha cultura a su debido tiempo; pero por ahora, debía de soportar la vestimenta de un noble alemán de principios del siglo XV.

El señor del aceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora