Scarlette se dio unas palmadas suaves en sus mejillas frente al espejo de su cuarto; manos mojadas.
―Ok, ok ―sacudió la cabeza, su afro estaba más encrespado de lo normal―; Mi vida, mi preciosa, mi sexy chica roja.
»¿Cuál es tu papel de hoy? ―tomó el tónico sobre su peinadora, destapó el producto para la piel; echó un poco en un algodón y se lo pasó por la cara―; A ver, a ver...
Frunció los labios. Masajeaba el contorno de sus ojos.
―Hmmm... podría ser... el papel que todos en el grupo te han dado ―estrechó el entrecejo―: La malasangre que odia a todos pues no soporta el nivel tan decante y amoral en el que han caído.
Chasqueó la lengua.
Buscó el serúm dentro de una gaveta, luego la aplicó unas gotitas en su cara.
―No es un papel que elegiste, lo sé, bebé ―murmuró; las gotas recorrían la piel de su rostro―: Te lo dio la vida.
Agarró la crema hidratante, lo despapó y echó un poco sobre la palma derecha de su mano.
―La vida te da muchos papeles difíciles, Scarlette ―hizo una mueca mientras meneaba la cabeza, vista fija en el espejo―; ¿Sabes por qué pasa eso, «morena tentación»?
Ella cogió su protector solar, lo destapó y echó en la palma derecha de su mano.
―Porque... tú... eres la única que puede soportar tanto drama en la vida ―alzó la barbilla, empezó a aplicarse el producto en la cara con suaves masajes circulares con ambas manos―; Nadie más puede, bebé.
»Solo tú ―pestañeó―; Los demás se desmoronan con tanto estrés, pero... mírate.
Apretó sus labios, respiró hondo.
Exhaló con los ojos cerrados.
―Tú si puedes con tanta carga... ―entreabrió la mirada, vista baja―; Eres fuerte.
»Eres una mujer empoderada que puede conseguirlo todo ―señaló a su reflejo en el espejo―; A ti nadie te usa.
»Tú los usas ―esbozó una leve sonrisa rota―; Pueden... tirarte tanta mierda... y... aún seguir de pie.
Sonrió enseñando sus blancos dientes.
―Mereces muchos aplausos, Scarlette ―ladeó la cabeza―, bastantes...
Carcajeó secamente.
―Eres... una estrella.
[...]
El profesor aspiró de su habano ―exhaló el humo por la boca hacia el techo―; luego, volvió a recontar el billete sobre su escritorio.
―Mil, dos mil... ―murmuró números mientras contaba los euros―; Hmmm...
Amontonó todo uno encima de otro, de frente, cara hacia delante ―deslizó la faja de dinero hacia Scarlette que estaba al otro lado del escritorio―; el profesor forzó una sonrisa.
―Aquí tienes, corazón.
»Tu pago de fin de mes...
Scarlette tomó el fajo de billetes y fue contándolo superficialmente.
―Gracias, profesor Blake.
―Estamos a la orden, Bárbara ―él acostó su espalda en el espaldar de su silla acojinada color verde abeto―; Tú sabes que yo nunca fallo con los pagos.
―Lo sé, profesor ―asintió Scarlette con una leve sonrisa en el rostro―; Es... muy considerado en pagarme... lejos de los demás ―hizo una enfatizada mueca.
ESTÁS LEYENDO
Sexo Después De Clases
De TodoJuniper Gragner arriesga su vida estable en Manhattan para mudarse a Londres y estudiar en L'Chester UE, una prestigiosa institución que puede abrirle las puertas de su futuro. Pero debido a un robo de sus pertenencias y ahorros queda sin ni un cent...