5 años

Un día normal ¿No?

Me llamo Liah, soy una chica de 16 años, tengo albinismo, pero mi piel no es tan blanca como en muchos albinos, vivo en Jalisco y estudió en una secundaria técnica, un día como cualquier otro, me despertó entusiasmada para ir a la secundaria, a pesar de los maestros y las tareas, disfrutaba estar ahí, por mis amigos y la compañía que me hacen siempre.

Era un miércoles como cualquier otro, desperté un poco tarde, me levanté directo a la ducha para poder reaccionar del sueño que tuve, no recordaba que había soñado, pero sentía algo muy fuerte por ese sueño, no le di mucha importancia, al final era solo un sueño, al salir de la ducha, me cambié y baje a desayunar. Mi madre estaba enojaba porque sabía que me había quedado hasta tarde viendo películas o leyendo, ya me conocía lo suficiente como para saber lo que hacía por las noches, o simplemente ya me había pillado muchas veces.
Me senté al lado de mi hermano, Maicol, el era 4 años menor que yo, nos gustaba molestarnos mucho el bromeaba con mi cabello blanco y yo con sus pecas.

- Maicol: La abuela ya se despertó mamá.
- Liah: Ja, ja, que buen chiste dálmata.

A pesar de siempre bromear y molestarnos, nos queríamos mucho y siempre estábamos para protegernos. Mi hermanita trato de defender a mi hermano de mis bromas, pero como se metía siempre le tocaba a ella ser parte de las bromas; se llamaba Lucía, tenía 6 años, era rubia con ojos cafés, era muy linda y muy enojona, siempre defendía a Maicol, supongo que es porque Maicol jugaba más con ella cuando yo estaba ocupada.

- Lucía: Los dálmatas son bonitos y las abuelas tienes arrugas igual que las brujas.
- Liah: Pues esta bruja te va lanzar un hechizo, para que te veas como un mono curioso.

A Lucía le daban miedo los monos, nunca supimos porque, pero me gustaba asustarla con ello. Maicol siempre me dijo que Luci quería ser como yo, alta y con ojos celestes, lo cual siempre se me hacía lindo, ella era una niña muy inteligente, siempre hacía todo lo que le decían sus maestros y era una alumna sobresaliente, lo contrario a Maicol, definitivamente.

- Brenda: Hija date prisa, mira la hora que es.
- Liah: Ay por Dios, me llevo esto, adiós mamá, adiós papá, adiós tontitos.

Brenda es mi mamá, es una mujer muy divertida, compresiva, aunque también es muy estricta con la escuela, no le gusta que yo o mis hermanos tengamos una mala calificación, mi mamá siempre se preocupaba mucho por nosotros, en especial cuando salíamos a la playa, al ser albina me podría quemar bastante la piel, así que siempre me daba mi bloqueador 1000 por si acaso, era divertido, pero a la vez era incómodo, siempre me lo aplicaba pero olía raro, no solía usarlo mucho.

- Lucas: Adiós hija ¿Quieres que te recoga del colegio o vienes sola?
- Liah: Tranquilo papá, vendré sola.

Lucas era mi papá, es una persona muy amable y es muy cariñoso con nosotros, pero cuando se enoja, saca a su demonio interior, o al menos eso dice el, rara vez lo vi enojado o estresado, siempre sabe que hacer en un momento de desesperación, según el, no había llorado desde hace 27 años, ¿es posible? No lose, prefería no preguntar mucho.
Tome un vaso de leche y una tostada con un poco de mermelada, y me fui a mi colegio.

- Maicol: Ey tonta, te olvidas de esto.

Maicol saco mi calculadora y unos papeles de su mochila.

- Liah: Ay gracias Maicol, nos vemos luego, suerte en tus clases.

Me fui corriendo al colegio; el sol no estaba tan fuerte, de hecho estaba fresco; en el camino me encontré a mis amigos que igual iban tarde, supongo que por eso nos llevamos tan bien, tenemos en común hasta el llegar tarde.

- Sara: Lili aquí estás ¿Tarde de nuevo?
- Liah: Si, ya sabes, ya es una costumbre.
- Sara: Sube yo te llevo.
- Liah: Ay, gracias Sarita ¿Y Esteve?
- Sara: Detrás de nosotras.
- Estevan: Hola chicas ¿Vamos de una vez? Ya es tarde.
- Sara: Si, si, lose, vámonos.