Estaba en las sombras de nuevo. Respiro de forma entrecortada sintiendo el peso de la alimaña subir hasta su hombro . Iba a mirarla directo a los ojos como era usual y el temor se apoderaba de ella al ver los que sabía eran los ojos de Said , el sheik.
Extrañamente luego de enfrentarse a esa visión pudo percibir la frialdad de la piel de serpiente contra la suya , tornándose cada vez más cálida, cada vez más suave.
La mano estilizada pero firme del hombre ahora en su cuello bajaba en una caricia intoxicante. Con horror, Sabrina se descubrió desnuda al sentir las yemas de los dedos rozando sus pezones. Ese simple contacto hizo que su sangre hirviera y su corazón galope como un caballo salvaje.
—¿Quieres que me detenga ? — preguntó aquella voz inconfundible en un tono juguetón y de una intimidad abrumadora.
Sabrina no podía responder , solo volteo su cabeza hacia él , encontrándo su boca e impactando contra ella. Sus labios sellados pronto fueron obligados a abrirse por la demandante boca de Said y la deliciosa lengua junto con el sabor de aquel hombre la dejaron sin un suspiro de aliento.
Despertó una vez más de aquel sueño, sola en la cama pero por primera vez en su vida sintió su entrepierna completamente húmeda y sus entrañas agitadas por una urgencia que apenas podía comprender.
Con sus ojos cerrados,Said acariciaba a Azi apep y está pasaba dando vueltas entre sus manos una y otra vez. Los sueños nunca serían suficientes para un hombre con la sangre del sheik pero solo la visión de la desnudez de Sabrina valió aquel encantamiento.
En el baile de comienzo de temporada de Madame Allbright solo se comentaba una cosa. La joven Priscila Sutton llegó a la residencia acompañada de su niñera , Augusta Dawson y esto marcaba su debut en sociedad pero todos esperaron ver a la viuda Kenworth cómo su chaperona.
Los concurrentes en su mayoría conocían y murmuraban sobre la suerte del difunto Adám, más ninguno se aventuraba a comentar más allá de lo inapropiado que les parecía ver a la adinerada joven sin una chaperona a la altura de una presentación.
—Lo único que me apena de que la demente criminal haya Sido expulsada de nuestro ambiente es que está pobre jovencita no encontrará marido ni en una subasta— comento con comedimiento una matrona que bebía champaña cerca de Amelia y de Said.
—Si cómo tú dices nunca se comprobó que Sabrina le haya disparado a su marido , ¿Porque no le creyeron su inocencia?
Amelia sacudió su cabeza en negación.
—Querido, he estado averiguando y según dicen ella jamás pudo identificar al asesino de su marido y fue encontrada inconsciente cerca de donde después hallaron a su esposo muerto. Vamos Said , Adam era mucho mayor que ella, todo el mundo sabía que el hombre la golpeaba y que Sabrina tenía sobradas razones para...— en este punto Amelia bajo aún más su tono de voz acercándose a Said.
—No creo que esa mujer fuese capaz de asesinar al padre de su hijo — afirmó Said.
—Es un buen punto pero aquí no tienen pruebas aunque tampoco dudas.
Priscila y Augusta observaron al apuesto sheik Said en compañía de Amelia que estaba radiante con un vestido en color verde esmeralda y monopolizaba las atenciones del hombre más llamativo de aquel baile.
—ahh si tan solo Sabrina estuviera aquí, le borraría la sonrisa a esa zorra.
—¿Qué insinuas... acaso mi hermana es del agrado de un sheik tan apuesto?
—Tu hermana es más que de su agrado. El hace lo que sea por ella.
—¿No me lo creo, haha mi hermana así de adusta y formal atrayendo a un sheik ?
Augusta frunció el ceño, la joven e inocente Priscila ya comenzaba a mostrar una incipiente fase despótica de su personalidad.
Al final de la noche, Amelia y Said se marcharon juntos de la fiesta. En el coche de Said reino el silencio y solo el humo de un cigarrillo que el encendió ilumino la silueta cercana de la bella mujer.
—¿Quieres venir conmigo,Said? — preguntó Amelia , su voz repleta de un deseo demasiado ardiente para limitarse a las palabras.
Desde su llegada a Inglaterra hacia algunos meses, ella se había convertido en la sombra de aquel hombre. Fue su anfitriona en más de una ocasión , poniendo a su servicio todo lo mejor del condado.Sin embargo , nunca había compartido su cama.
El sheik acarició su rostro en la oscuridad mientras el carruaje se detenía en la puerta de la residencia de soltera de Amelia.
—Que tengas buena noche, querida amiga.
El corazón de la dama pareció dar un vuelco al escuchar estás palabras y supo en ese instante el porqué de su rechazo. Otra mujer era la dueña de los ojos de aquel misterioso sheik . No era adivina , no sabía de encantamientos como el pero no hacía falta.
—¿Estás tras ella verdad? Por eso insistes en averiguar todo. ¡Lo supe desde aquella tarde mientras montamos a caballo cuando pusiste tus ojos en la maldita viuda!
—Amelia , has bebido bastante. Haré que el chófer te ayude a bajar y te acompañe a tu puerta.
— Nunca vas a lograrlo Said. No sabes quién es ella realmente.
Said le indico a Bakub que se asegure de que la dama llegaba sana y salva a su casa y espero unos momentos contemplando la neblina levantándose en la calle empedrada.
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La Elegida del Sheik
RomanceEl Sheik Said decidió tomar distancia de su vida en oriente y expandir sus negocios en Inglaterra. Además,para estar cerca de Beryl la idea de establecerse un tiempo en el condado de su cuñado,Lucien Blackwood le resultó ideal. En su nuevo hogar, su...