Sabía que era el momento, no podía retrasar esto, ya no.
Una semana se había quedado con los Kent y agradece que sus hermanos le hayan dado espacio.
Pero estaba seguro que ellos estaban muy preocupados, los entendía—al menos eso creía— pero ya no se puede retrasar lo inevitable.
Haría lo que jamás estaba dispuesto a hacer, decir como se siente, y sabe que suena dramático e incluso patético.
Pero vamos a el siempre le aterró hablar sobre sentimientos, y no por qué no los tuviera, si no por qué durante mucho tiempo CREYÓ que no fue dotado de ellos, aunque seriá más correcto decir que le hicieron creer aquello.
Los sentimientos eran confusos, difíciles de entender, sorpresivos y demasiado fuertes, los Kent le habían ayudado a entender que estaba bien sentirlos.
Ahora con toda la terminación, se encontraba frente a la mansión Wayne, listo para enfrentar sus miedos y todo lo que venga con ellos, seria difícil, pero tiene personas que lo apoyaban, y sobre todo lo amaban y no estaban dispuestos a dejarlo hundirse en el pozo de miseria, que el maltrato había cavado y la indiferencia habia ayudado a acabar.
Tocó la puerta, y espero, solo habían pasado segundos, aún así se sintieron tan largos, el esperaba a Alfred, eso hubiera Sido mucho mejor, para su desgracia quien abrió había Sido su hermano mayor.
—Dami...—por la expresión de su hermano, estaba seguro que se sentía aliviado de verlo ahí, en casa.
Muy corto, lo se pero he estado ocupado con la escuela, adaptándome A la preparatoria y ha Sido cansado.
Lo lamento!
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La felicidad del petirrojo
Fanfiction°En dónde Damian Wayne estaba tan roto.° o °Donde Damian Wayne quiere ser feliz°