𝐌𝐂 𝐎𝐍𝐄-𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ⭑ 𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍𝐏𝐋𝐀𝐘

𝐈𝐧𝐬𝐞𝐠𝐮𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝

Serie: TortillaLand #2.
Contiene: Soft.

Un nuevo día daba inicio.

Caminó hacia el pequeño armario que yacía en una esquina de su sala de cofres. Abrió ambas puertas, viendo su reflejo en el espejo que estaba colgado en una de ellas.

Paseó su agotada mirada por su cuerpo, observando con intensidad su abdomen.

¿Cuándo dejaría de odiarlo?.

¿Cuándo dejaría de usar prendas grandes por miedo a mostrar su cuerpo?.

¿Cuándo dejaría de sentirse insuficiente?.

Suspiró, tomando lo primero que encontró entre las prendas.

Posteriormente, caminó hacia el baño, saludando a Kappu en su recorrido.

Abrió la regadera y se metió inmediatamente bajo el agua.

Nuevamente, un suspiro escapó de sus labios, pero esta vez del gusto, al sentir su cuerpo relajarse con la calidez de las gotas que caían sobre su cabeza.

Intentó apresurarse, puesto que su novio llegaría en cualquier momento.

Una sonrisa se asomó en su rostro, al visualizar al castaño en su mente.

Llevaban tanto tiempo juntos, y seguía sintiendo las características mariposas en su estómago al escuchar su nombre o simplemente, pensar en él.

Reborn era un ser de luz.

Un hombre al que amaba con todo su corazón.

Un hombre que llegó a su mundo, para iluminarlo con su mera presencia.

Sabía que cada uno de sus sentimientos, eran correspondidos por el menor, pero sentía que no lo merecía.

Su mente se llenaba de pensamientos negativos.

Se decía a sí mismo que no merecía todo el amor que sus amigos y pareja le entregaban diariamente.

Se decía a sí mismo que no valía absolutamente nada.

Simplemente, sus pensamientos eran su propia arma contra el amor propio que intentaba conseguir cada día.

Ha luchado.

Ha soportado.

Ha lidiado con ese Auron que fue creado a base de sus propias inseguridades.

Dolía tener que aguantarse a sí mismo, a sus miedos y demonios que le atormentaban.

Reborn sabía lo que estaba pasando. Todos sus amigos lo sabían e intentaban ayudarlo, pero algo le impedía avanzar.

No era fuerte, claro que no.

La debilidad mental que poseía, acababa con cada progreso pero aún así, no se rendía.

Solo que a veces, era tan complicado.

Justo como ahora:

No tenía ganas de hacer absolutamente nada.

Solo quería acurrucarse en el pecho de su novio para sentirse protegido.

Con su castaño, se olvidaba de todo.