Capítulo 36

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Hola a todos!! Gracias por las buenas vibras a mi esposa, ella lo agradece y valora muchísimo. Tambien quiero agradecerles por todos los comentarios, me encanta saber que les esta gustando mucho la historia. Traté de aprovechar cada ratito libre para poder escribir el nuevo capítulo y si puedo hoy mismo comienzo a escribir el siguiente. Como siempre dejen muchos votos y comentarios. Los quiero!!

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Capítulo 36

>>Romina<<

Al escuchar a Sabrina me puse de pie, miré a ambas tratando de comprender si había oído bien y al ver la expresión en sus rostros fue evidente que era verdad, quería gritar pero no me salían las palabras, quería lanzarme sobre quien creía que era mi mejor amiga para golpearla pero mi cuerpo no reaccionaba

- No lo buscamos – la voz de mi madre me sacó de mi trance

- ¡Eso es una puta mierda! – exclamé con la voz desgarrada – Todo este tiempo me estuvieron viendo la cara de estúpida – alterné la mirada de una a la otra – ¡Son dos mentirosas! – me observaban sin saber que decir y agradecí que así fuera porque sabía que no podría controlar mi reacción – Jugaron conmigo – señalé a Sabrina – Sobre todo vos que te aprovechaste de la amistad que te brindé para cogerte a mi mamá

- Romi, no es así – mi mamá quiso venir hacia mí pero la miré furiosa por lo que comprendió que no la quería cerca – Dejanos explicarte las cosas

- ¿Qué me van a explicar? – grité con todo el odio que había dentro mío – Al final sos peor que mi padre – vi el dolor que ocasionaron mis palabras en su rostro pero no me importó – ¡Son una basura!

No quería escuchar nada que pudiera salir de sus bocas porque sabía que sería mierda, salí del departamento y al subirme al ascensor las lágrimas me ganaron, era sofocante no poder respirar por el llanto y el dolor en el pecho era demasiado fuerte. Al salir respiré profundamente varias veces tratando de recuperar el aliento, cuando lo conseguí saqué el celular de mi bolsillo, busqué el número de Verónica, le marqué y después de dos tonos contestó la llamada

- ¡Vos lo sabias! – noté que las personas que pasaban a mi lado me miraban asustadas por mi tono de voz – Fuiste parte de esto dejando que creyera que tenías una relación con la hija de puta de Sabrina – sentía que la garganta me quemaba – Sos igual que ellas

Finalicé la llamada sin dejar que dijera nada, me acerqué a la calle para detener el taxi que iba pasando y le indiqué la dirección de Lucrecia, necesitaba poder sacar con alguien esto que sentía que estaba rompiéndome por dentro. Al llegar toqué el timbre, me abrió la puerta su madre que rápidamente notó que algo no estaba bien

- ¿Puedo ayudarte en algo? – negué sin poder evitar las lágrimas – Lu está arriba

Subí la escalera, me paré frente a su puerta y luego de dar dos suaves golpes abrió, al darse cuenta que estaba llorando me tomó de la mano para hacerme pasar y me abrazó con fuerza

- Sabrina y mi madre están juntas – conté entrecortadamente – Me vieron la cara todo este tiempo

- ¿Cómo te enteraste? – me hizo sentar en su cama - ¿Te lo contaron ellas o las viste?

- Fueron ellas – cubrí mi rostro – Me hicieron ir al departamento para soltarme esa mierda

- Creí que harían las cosas mejor – dijo en voz baja

- ¿Vos tambien lo sabias? – me puse de pie y asintió después de soltar una larga respiración sabiendo que su respuesta me decepcionaría - ¿Hace cuánto?

Donde Menos te lo EsperasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora