Dulce Mentira

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Los gritos en aquella casa se podían escuchar hasta aquella puerta, pero hacia afuera nadie era testigo del dolor que esos gritos causaban. Aquella mujer sentía que moriría si seguía así, solo pedía a su dios que si moría la llevará con él a su reino presioso dónde podría estar a su lado.

La sangre en las sábanas le hacía saber con más certeza que estaba apunto de morir si seguía así, cayendo rendida, cerró sus ojos pero entonces los abrió para después escuchar unos sollozos los cuales estaban tan cerca de ella.

Se sentó de nuevo en la cama para ver al pequeño bebé que sollozaba en medio de sus piernas mientras este se encontraba bañado de sangre. La mujer sin saber que hacer tomó su fiel cuchillo para tomarlo con ambas manos y subirlo para casi apuñalar al bebé, pero el mismo niño abrió los ojos dejando ver unos hermosos ojos verdosos llenos de lágrimas, entonces la mujer bajo el cuchillo y lo tiró al piso.

Con sumo cuidado tomó el frágil cuerpo del recién nacido quien al sentir los brazos de su ahora madre, volvió a llorar mientras la mujer lo abrazaba delicadamente y se mantenía con los ojos sumamente abiertos y sus pupilas dilatadas.

Pasados los años, aquel pequeño niño creció, creció con una educación que claramente no era ordinaria para un niño de su edad.

Durante su etapa de la primaria y secundaria fue causa de burlas en demasía por su forma tan patética de vestir y su forma tan peculiar de ser, un niño tan cerrado y tan frágil ante los ojos de todos. Y un gran blanco para los bullings.

Pero claro que no todos eran iguales, siempre había una excepción, y en este caso la excepción era un adolescente de 13 años llamado Kim Taehyung quien solía hablar con jungkook, el niño brujo. Aún que era más hablar con una pared por qué Jungkook siempre se mantenía callado y con la cabello agachada.

—Dentro de unos días será la fiesta de mi hermana y quería saber si quieres venir, mi madre hará ricos panques, realmente no se si te gusten pero hará una gran variedad de bocadillos—. Sonreía con su hermosa sonrisa simétrica.

Jungkook solo lo veía de reojo mientras sentía nuevamente ese revoltijo en el estómago, pero no tenía ganas de vomitar, era una extraña sensación de cosquilleo y nerviosismo. No podía irse, siempre se iba y la secundaria no era tan grande así que todos sus lugares o escondites Taehyung ya los sabía de memoria así que solo se quedaba ahí hasta que el timbre sonará y pudieran irse a sus clases distintas.

—Me gustaría que fueras, eres mi amigo y quiero que mi mamá te conozca—. Dijo haciendo que jungkook por primera vez en todo lo que lleva de conocer a Jungkook, lo volteó a ver.

El rostro tan fino que tenía aquel castaño tan alejado de todo, sus ojos grandes de color marrones y ese brillo tan hermoso que a Taehyung le hizo acelerar su corazón de una manera indescriptible.

—Soy...tu amigo?—. Cuestionó en un hilo de voz. Taehyung asintio mientras sentía sus mejillas calientes. La hermosa sonrisa de Jungkook apareció por primera vez ante los ojos de Taehyung quien había anhelado saber cómo era la sonrisa de ese niño tan solitario—. Tengo un amigo!—. Repitió eufórico y Taehyung asintio volviendo a sonreír.

Sin saber que más hacer, Jungkook bajo nuevamente la mirada pero está vez sin dejar de sonreír. Había hecho un amigo después de 12 años de estar en las sombras.

Para su desgracia, la chichara sonó haciendo saber que las clases regresaban y Taehyung cómo Jungkook se separarían hasta el día de mañana pues al ser Taehyung mayor que él era diferentes salones y Jungkook tenía que esperar hasta que el día siguiente llegará.

—Nos vemos Jungkook!—. Se despedía Taehyung desde las escaleras para el segundo piso. Jungkook solo se mantenía abrazando su biblia viendo a Taehyung desaparecer por el pasillo.

Clase 31 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora