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Hara.

                      《________》

Había despertado con una felicidad estupenda, desde que ayer vi a Jimin me siento rara, cada vez que lo recuerdo mi estómago siente cosquillas. Incluso puedo admitir que anoche soñé con él, pero fue un sueño lindo.

Recordé con una estúpida sonrisa en el rostro casi olvidando lo que iba hacer

—Mamá voy a salir con Jin y Taehyung a un restaurante— avisé desde la habitación mientras me vestía adecuadamente.

—¿Hara podrías pasar luego por casa de Jimin... a llevarle estos documentos?—me dijo cuando estaba ya sentada en un sofá de la amplia sala. Asentí tomando el folder negro con ambas manos.

—Si, mamá—contesté aunque en el fondo sentía nervios por cuando lo vea. El corazón me dió un vuelco al pensar en eso.

Estaba en el portón de mi casa cuando llega Jin junto a Tae en el auto del menor. Llegué hasta ellos con una sonrisa amistosa y con ayuda de Jin subí al asiento trasero.

—Hola chicos— les saludé colocando el bolso al lado.

—Hola Hara-ia —me dijo Tae con su sonrisita cuadrada. Me sonrojé por su apodo y acomodé el folder en mis piernas.

—Hola ridícula— me dijo Jin alegre mirando su cara en la pantalla del celular. Se tomó una foto y lo ví ponerla en el panel de Instagram.

—Quiero ir a un restaurante que este cerca del edificio Stone. Necesito llevarles unos papeles a Jimin— dije avisando y explicando el por qué traía conmigo un folder si no estaba trabajando.

—Con que Jimin-ssi— dijo Tae pícaro moviendo las cejas mientras prendía el motor de su perfecto Audi—, sabía que el te gustaba, pero nunca lo admitistes.

—Cuidado con lo que dices Kim Taehyung— amenacé sientiendo mi rostro arder.

—Pero si nuestra ridícula parece un tomate— rió como estúpido mientras seguía sin soltar el jodido celular.

—Ya idiotas— dije  más que colorada, me sentía intimidada.

...

— Mmm... está buena la carne—dijo SeokJin con la boca llena cerrando los ojos como tonto bajo las miradas discretas de las otras personas.

—Lo mismo opino—dijo Taehyung saboreando la comida.

Los miré a ambos llevando un trozo del bistec de cerdo a la boca y jodido cielo, que bueno estaba. Con razón ambos estaban tan sumidos en la comida.

Probé el salteado y mis pupilas estallaron como locas. Definitivamente éste lugar es otro nivel.

—Dios Santo, que bueno está esto.

                     ☆__________☆

Mis zapatos resonaban contra el suelo limpio y pulido. Acomodé el bolso en mi hombro hojeando los documentos del folder. Eran la mayoría contratos con empresas de comercio exterior. Lo cerré adentrándome al ascensor ya con un nudo en el estómago.

Compórtate.

Me dije a mi misma cuando las puertas se abrieron y tragué en seco cuando me paré frente a la puerta. La última vez había abofeteado a Jimin por tratar de besarme y joder, ahora me arrepentía tanto. Quisiera que lo hubiera hecho. Sin mentir, desearía que saliera ahora y me besara.

Respiré profundo tocando el timbre, al rato su cara apareció en la pequeña pantalla del lector y no pasaron dos segundos cuando ya lo tenía frente a mí.

Lo observé recorrer mi atuendo completamente deteniéndose en mis muslos, apenas cubiertos por la pequeña falda y es que vamos, no tenía que trabajar, podía dejar la formalidad de lado.

—Entra, pasa — se aclaró la garganta un poco atropellado haciéndose a un lado.

Entré con paso tembloroso y le di la espalda cerrando los ojos por un breve segundo. Sentí el choque del picaporte y me giré casi que chillando al tenerlo frente a mí. Muy cerca, demasiado.

—¿Podrías alejarte?— retrocedí un paso y el dió otro.

—Detente primero— una pequeña sonrisa maliciosa salió de sus labios cuando lo pronuncié casi tartamudeando.

—Ya me detuve — sí claro, conmigo acorralada. Pensé y el estómago se me revolvió ante la sensación de tenerlo con sus brazos a cada lado de mi cara. Se fue acercando y antes de cometer una locura casi que estrellé el folder contra su cara.

Lo escuché maldecir sacando el folder de enfrente con cara de pocos amigos.

—Ni se te ocurra acercarte — advertí alejándome y señalandolo con el dedo índice. Pasé la lengua por mis labios ansiosa y lo ví seguir el recorrido.

Maldita sea, ¿no podía hacer algo bien que no fuera alentar al lobo?

Pensé con el corazón en la boca. Mi bolso cayó al suelo cuando chasqueó la lengua juguetón.

—Quien dijo que yo me acercaría.

—Mejor aún. Si me permites me largo de aquí.

Murmuré tomando mi bolso avergonzada porque al agacharme la falda se subió.

Mierda, ahora sí lo tenía enfrente y traté de alejarlo, lo juro. Pero su fuerza no se comparaba a la mía.

—No tan rápido — su aliento mentolado chocó con mi oreja. Joder que tenía su erección clavada en el culo y la verdad, me estaba asustando. Más por las sensaciones que estaba sientiendo en el cuerpo.

—¿Lo sientes verdad?— suspiré casi cerrando los ojos ante el tono ronco y atractivo de su voz.

—N-no se de qué hablas — sus manos de aferran a mi cintura desde atrás y me maldigo por no apartarlo de un manotazo. Pero, maldita sea, mi cuerpo responde tan bien a su toque.

—Jimin, se me está agotando la paciencia. O te apartas o lo hago yo a las malas— amenazo como último recurso tratando de safarme de su agarre, siendo imposible.

El corazón me late con furia cuando su boca deja un beso detrás de mi oreja y luego baja abriendo paso por entre mi hombro y cuello.

Sabía que era mala idea aceptar venir hasta aquí. Ahora mismo pudiera estar viendo una maratón de películas en mi habitación o teniendo una videollamada con mis amigas, pero estaba aquí. Jadeando cuando lo sentí más duro contra mí.

—Vamos, hazlo de nuevo— su tono duro arremete contra mi oreja cuando entierro las uñas en sus brazos buscando safar el agarre en mi cintura—. Se una gatita mala y rasguña duro, bebé.

Y no se porqué pero su tono posesivo y mandón hacía que leves pinchazos se instalaran en mi cuerpo.

—Yo te advertí— fue lo único que dije antes de no sé qué forma, proporcionarle un golpe en la espinilla. De inmediato haciendo que me soltara con un gemido adolorido, sujetando la zona lastimada. Tomé mi bolso con un poco de pena al ver sus ojos llorosos. Respiré sin dejar de mirarlo.

—Hara, vete antes de que haga una locura— amenaza levantándose y prácticamente salgo corriendo cuando lo siento perseguirme.

Agradezco presionar a tiempo el botón de el elevador porque siento sus ojos clavados en mi con furia cuando se cierran las puertas.



[•••]

Llevaba tiempo sin actualizar. Me siento oxidada. Espero que el capítulo no las haya aburrido. En lo particular sentí que pude haberlo hecho mejor.

Seguimos con esta parejita que se niegan lo que sienten mutuamente a los ojos🥴

Solo cambié la parte final, después del separador. Por lo que si al principio es muy cursi, es porque así narraba yo hace más de un año.

Besitos morados.

Tentación  »PJM  «+18»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora