El Elegido (m-preg) Doncel / sasunaru - Charamen

La ayuda del lord de la oscuridad (segunda parte)

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Mientras se movía de un lado al otro en su despacho, podía escuchar las habladurías de sus sirvientes

"La nueva luna nos abandono"

"La nueva luna no aguanto al amo"

"La nueva luna tenía un amor y fue por el"

Eran algunas de las frases que pudo escuchar, esto lo enfureció más a tal grado de querer asesinar a esos holgazanes, en eso la puerta de su despacho se abrió, su madre ingresaba

Sasuke: no estoy para sermones

Mikoto: no vine a sermonearte, vengo a ver a que hora partiras para darle el alcance a tu esposo.

Sasuke: sabes que no podemos meternos en cosas de humanos

Mikoto: desde cuándo se a establecido eso, ni siquiera el antiguo señor se atrevío a declarar tal nefasto anuncio

Sasuke: que iba decirlo si él amaba a una mortal.

Mikoto: si, lo amo con todo su ser, por eso no dudo en dar su propia vida

Sasuke: ¿Te estás escuchando?, No puedo creer que lo defiendas madre

Mikoto: lo defiendo porque él fue un gran hombre que me ayudo cuando más lo necesitaba

Sasuke: sabes, no quiero escucharte

Mikoto: pero es una lastima, porque no pienso callar nada.

Sasuke: ¡¡Madre!!

La azabache ignoro el grito de su hijo

Mikoto: cuando cumplí dieciséis años me dijeron que contraria nupcias con el señor de la oscuridad, se supone que yo debería estar halagada por tan alto honor, pero no sentía nada, llegué a palacio y recibí la bienvenida que merecía la nueva luna, pero para mí todo era sin sentido, las constantes peleas con Orochimaru hicieron inseguro el palacio para mí persona, así que Madara me envío a uno de sus escondites, era acogedor y cómodo para mi estadía, pero no fui sola, en mi trayecto me acompaño uno de sus mejores generales Uchiha Fugaku.

Sasuke: madre, enserio no deseo hablar

Mikoto: él fue muy atento conmigo y la química fue inminente, tras vivir varios meses solo los dos, me di cuenta que me había enamorado de ese general

El azabache miro asombrado a su madre

Mikoto: sabía que estaba mal así que oculte mis sentimientos, un día él me habló de la piedra del destino y a mi me entró una enorme curiosidad por verla, me llevo aquel lugar y ese día ambos entendimos que éramos destinados.

Sasuke: ¿Qué estás diciendo madre?

Mikoto: te estoy contando mi verdad, aquella verdad que he cargado durante todos estos años y la cual es un motivo para el odio que le llevas a los humanos, yo no era la destinada de Madara, sino que era la de Fugaku, aquella noche llore, llore como nunca al dejar libre mis sentimientos, pero al día siguiente Madara fue a visitarme, al ver mi estado tuve que contarle la verdad.

El azabache miraba atónito a su madre.

Mikoto: él lo entendió, sabía que su general nunca se hubiera atrevido a faltarle el respeto, me dejó libre para amar a mi destinado y yo sé lo agradecí, pero más demonios fueron apoyando a Orochimaru, era tal la necesidad que Fugaku fue ayudarlo, en esa batalla él no regreso, un mes después las cosas se calmaron, pero mi corazón estaba destrozado, Madara me trajo a su palacio y luego supe que estaba esperando un hijo