Capítulo 8 Sistema de cuatro campos

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Después de regresar de probar los revólveres con Friedrich en el viejo molino, pase el resto de mis horas de vigilia perfeccionando diseños agrícolas. La primera mejora que tendría que hacer para el sistema agrícola de la baronía sería el sistema de cuatro campos, que fue fundamental para mantener a una gran población. Actualmente, estaba en uso el sistema de tres campos, que esencialmente operaba como una forma de rotación de cultivos que dejaba un campo vacío o en barbecho y usaba los otros dos campos para cultivar avena, judías, trigo y centeno. El sistema de cuatro campos fue una gran ventaja que condujo a las revoluciones agrícola e industrial. Si este mundo se dejara a su suerte, pasarían siglos hasta que desarrollaran naturalmente un sistema tan crucial. El sistema de cuatro campos era lo que sonaba; tenía cuatro campos divididos en Legumbres, Raíces, Hojas y Frutos. Esto permitía un aumento en la producción de alimentos, debido a las legumbres y raíces, el suelo mantendría o aumentaría su fertilidad con el tiempo. Además de todas estas cosas, también permitía el crecimiento continuo de las existencias de alimentos para el ganado, lo que les permitía criarlos durante todo el año, ya que ciertas raíces como los nabos eran plantas notoriamente resistentes capaces de cultivarse durante la temporada de invierno. Tenía la intención de implementar completamente el sistema de cuatro campos dentro del próximo mes. Sobre todo teniendo en cuenta que dentro de un mes tendría acceso a un fertilizante fosfatado de calidad que solo aumentará el rendimiento de los cultivos. Si todo salía según lo planeado este año, podrían tener un amplio almacenamiento de alimentos. En unos pocos años, la baronía podría incluso convertirse en el granero de Austria. Después de dedicar un tiempo a redactarlos planes para la agricultura, me di cuenta de que el sol había pasado hacía mucho tiempo, ya era tarde en la noche y ya era hora de bañarme y acostarme. Después de todo, tenía mucho trabajo que hacer mañana. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de pedirle a Viktor que me preparara un baño, escuche un ligero golpe en mi puerta. Cauteloso de que pudiera ser otra táctica de mi hermano Ulrich, pregunte sobre la identidad del individuo antes de abrir la puerta—¿Quién es?— La respuesta lo sorprendió; era una voz mansa y femenina—Soy yo...— reconociendo de inmediato la voz que pertenecía a mi hermana mayor Henrietta, que acababa de cumplir diecinueve años, avanzando así hacia el comienzo de la adultez. Una cálida sonrisa se dibujó en su rostro cuando me acerque a la puerta y la abrí. En la puerta estaba una niña vestida con un extravagante camisón rosa y sosteniendo un viejo muñeco de trapo que había estado en sus manos desde que nació. Era su juguete favorito y también su mejor amigo. Aunque la muñeca había envejecido mal, el vestido era de una confección exquisita, y inmediatamente me cuestione cómo podíamos permitirnos tales frivolidades después de haber inspeccionado los libros de contabilidad. Al parecer, mi madre estaba profundamente preocupada por las apariencias y desperdiciaba dinero en ropa lujosa. Sin embargo, mire a Henrietta con ojos dudosos; Era tarde en la noche; ella ya debería estar dormida ahora ¿Por qué estaba ella en mi puerta? La paranoia se apoderó de mí y no salí de la habitación, simplemente me asome por la puerta entreabierta—¿Qué ocurre?—Henrietta sostuvo su muñeca con fuerza contra su pecho mientras una mirada preocupada se extendía por su rostro de muñeca—me gustaría hablar contigo ¿Puedo entrar?— suspirando pesadamente asentí y deje entrar a mi hermana, tenía la intención de darme un baño y luego dormir un poco, pero parecía que mi hermana necesitaba hablar con migo. Después de todo, estaba agradecido de tener una hermana mayor que parecía preocuparse por mí; en mi vida anterior, fui hijo único, por lo que deseaba llevarme bien con mis nuevos hermanos. Sin embargo, Ulrich ya lo había hecho imposible en su caso. Por otro lado, Henrietta era diferente; ya que parecía que teníamos una buena relación. Como tal, estaba más que feliz de habar con ella cuando de repente me di cuenta de que había comenzado a sollozar — ¿t-te encuentras bien? ¿Te duele algo, quieres que vaya a llamar al médico? — Lejos de calmarse lo único que conseguí fue hacer que se pusiera más triste y que comenzara a disculparse — —lo siento, lo siento mucho, de verdad lo siento —mientras acariciaba su sedoso cabello dorado en un intento por consolarla le respondí — shhh, no hace falta que llores ¿por qué no te calmas un poco y me explicas por que estas tan triste? — durante unos minutos estuve acariciando su pelo mientras nos manteníamos abrazados, cuando se calmo y dejo de llorar se separo lentamente mientras se recomponía emocionalmente y comenzó hablar—s-si-siento ­¡hip! — —respira no hay ninguna prisa — —lo siento po-por no haber estado contigo mientras estabas enfermo le pedí en numerosas ocasiones a madre que me permitiera estar contigo y cuidarte pero siempre me lo negaba diciendo que podría acabar enferma como tú, así que lo siento mucho yo debí...—sin dejar que terminara la frase la interrumpí—no debes de preocuparte no estoy enfadado contigo— pasándole el dorso de la mano por su rostro para limpiarle  los restos de lagrimas y maquillaje, mi hermana volvió a hablar—parece que has cambiado mucho desde la última vez que hablamos y también te has vuelto más maduro "snif"me alegro— —¿de verdad tanto creéis cambiado? — — por supuesto ahora pareces mas...mas seguro de ti mismo, como más atrevido, más maduro— —bueno haber estado al borde de la muerte ha hecho que me replante muchas cosas— — Ulrich de vería de aprender de ti "snif" siento haberte molestado yo no...— — no hace falta que sigas disculpándote. Me alegra saber que te preocupas por mi — —yo debería volver a mis habitaciones, si me quedo mas empezaran a surgir rumores extraños sobre nosotros dos buenas noches— despidiéndose de mi Henrietta salió. Después de que mi hermana saliera de mi habitación, inmediatamente llame a los sirvientes para que me prepararan un baño. Después de que terminaron, lo disfrute mucho antes de regresar a mis habitaciones y a dormir. La noche transcurrió tranquilamente, el sol salió y el gallo canto despertando a la clase campesina, así como a mí, que una vez más me dedique a mi rutina diaria de ejercicios. Después de  terminar mis ejercicios y tomar mi baño matutino, volví a desayunar con mi familia. Después de terminar el desayuno, me dirigí directamente a la ciudad. Tenía dos propósitos en mi visita de hoy. Uno era formar una relación con los agricultores locales y otro era comprar manteca, mucha manteca. Iba a inventar una cera para el pelo aunque me dejara la vida en ello; ya estaba harto y cansado de separarme el cabello, prefería peinarlo hacia un lado como solía hacer en mi vida pasada. Después de llegar al pueblo, me acerque a la granja más cercana,

El señor del aceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora