𝚂𝚘𝚕𝚘 𝚞𝚗𝚊 𝚏𝚘𝚝𝚘 (Spideypool)

Parte única

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Peter Parker fungía cómo fotógrafo para el Daily bugle, y era alguien muy apegado a su trabajo (pese a la miseria que le ofrecían por sus fotos). Llevaba un buen tiempo metido en trabajos simples, fotos sobre eventos de caridad, un que otro accidente automovilístico, pequeños robos de banco... Pero nunca nada tan difícil como lo que se había propuesto a él mismo, casi como meta personal.
Desde que se topó con el nombre del misterioso antihéroe no había descansado en la búsqueda de buen material sobre este, y es que siendo un erudito de las cosas frikis no podía evitar sentir curiosidad por lo relacionado al mundo de los héroes. No había mucha información sobre él, tal vez algunos pequeños casos donde participaba, ligeras menciones a su nombre, detalles minúsculos sobre algunas de sus habilidades o estilo de pelea.

Lo único malo en todo aquello era que no había buen material gráfico sobre el tipo, ni una sola foto; pero esto solo le causaba aún más intriga, como si estuviera ese lugar reservado para él, "la primera persona en tener una buena foto de Deadpool en acción".

En una ocasión consideró obtener lo que quería valiéndose del manto de Spiderman, sería simple: seguirle, tomar algunas fotos con ayuda de los ángulos que podía conseguir gracias a sus habilidades, y terminar con eso de una vez por todas, pero no falta explicar por qué no lo hizo: muy arriesgado, muy tonto y muy precipitado, ¿Arriesgar a su alter ego heróico de esa forma? Apenas llevaba unos meses con eso, tendría que estar loco, ya buscaría como conseguirlo siendo solo un civil.

Llevaba unos cuantos meses en esa persecución al mercenario, porque sí, gracias a su incansable (pero un poco escasa) investigación dio con un dato importante: era un mercenario, algo así como un justiciero a mano propia, ligado de forma casi inexistente a los superhéroes reconocidos. Le daba una definición al estilo The Punisher.
Y después de esos meses de tanto trabajo solo había logrado hacerse con un considerable número de fotos, en las que el personaje salía borroso, en movimiento, se veía únicamente su espalda o estaba casi ilegible, que guardaba en una caja que no mostraba a nadie, eran sus pequeños tesoros.

Y después de tantos intentos fallidos por fin había logrado lo que tanto tiempo llevaba intentando, tener a Deadpool cerca, listo para sacarle una foto excelente en un ángulo bien planeado, menos de diez metros de distancia con una nitidez perfecta, nada de movimientos borrosos, cada detalle de su apariencia sería captado con detalle, estaba seguro de que incluso las costuras de aquel traje de espándex serían visibles en lo que sería la mejor foto del año.

Por un momento titubeó, tener una foto de alguien que no estaba haciendo prácticamente nada no era un gran logro, hubiera sido mucho más feliz de haber podido capturar una imagen del hombre en medio de alguna pelea, haciendo algo más brusco que solo guardar sus armas en su lugar. Pero no, negó hablando con si mismo, el simple hecho de obtener una foto de alguien que solo era captado borroso, como una mancha roja en el escenario, era un logro. Incluso reservó su cámara nueva para esa ocasión, lo primero y único que tendría en ella sería su apreciada foto.

Salió del trabajo, e inició con otro apenas terminó el primero, si quería lograr su objetivo tendría que dedicarle todo el día. Pero tan pronto como se había disparado su optimismo, notó que no sería tan fácil.

–Vamos, solo una foto... –Insistió por tercera vez, sosteniendo su cámara firmemente entre ambas manos, mientras presionaba el botón que liberó un pequeño destello, indicando que la imagen ya había sido tomada.
–Ya te he dicho que no, niño, estoy trabajando. –Espetó con voz severa, mirándolo de frente, un muchacho más bajo que él, cabello castaño desordenado, un grueso suéter café abierto que dejaba ver una gastada camisa de Star wars y unos lentes que se interponían frente a sus ojos, que le observaban emocionados.
–Una y ya, no te cuesta nada –Levantó la cámara y presionó el mismo botón, pero esta fue regresada a su lugar casi al instante.
–A ver, baja esa cosa si no quieres que termine rota. – Ahí iban dos fotos que seguro eran iguales a las que ya tenía en su colección.