Capítulo 13.

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Un mes después...

Lorena

He venido con Dani al parque a pasar la tarde. Hace unos días que subió una fotografía a Instagram confirmando nuestra relación, así que ya no tenemos que escondernos para vernos ni preocuparnos de que alguien nos haga una fotografía. La verdad es que este tiempo con él ha sido increíble. Nunca pensé que pudiera llegar a sentir tanto por nadie.

-Deja de cebarme, que no soy un cerdo -río cuando me mete una gominola en la boca-. Me vas a poner gorda.

-Y aún así estarías preciosa -sonríe dejando un beso en mi mejilla.

Sonrío en respuesta y me acerco a darle un beso que él se encarga de alargar todo lo que puede.

Pasamos un buen rato ahí, en el césped del parque, entre risas y tonteo. Daniel Oviedo tiene una extraña capacidad de hacerte reír con cada palabra que dice. Con él siempre se me pasa el tiempo volando, siempre está atento y pendiente de que esté bien y feliz.

-Ay, Dani, quieto ya -carcajeo cuando me empieza a hacer cosquillas.

-Has puesto una cara de pena horrible -dice soltando una carcajada antes de retirarme un mechón de pelo de la cara-. ¿En qué estabas pensando? -susurra cogiéndome la mano.

-En la suerte que tengo de tenerte -admito con una sonrisa.

Sonríe y se acerca a mí hasta darme un beso con ganas.

-Vaya, mira a quién tenemos aquí -habla una chica a nuestro lado, provocando que nos separemos y la miremos-. Dime, Dani, ¿ya te has buscado otra a la que engañar? Instagram está que arde con tu nueva decisión.

-Natalia, ¿qué quieres? -suspira mi novio con pesadez.

-Pasaba por aquí -dice encogiéndose de hombros-. Yo que tú tenía cuidado con él. Al principio parece que te quiere, pero después de acostarse contigo... olvídate -se dirige a mí.

-¿Algo más? -pregunta Dani quitándole importancia a lo que dice-. Parece que no soy el único que ha encontrado a alguien -añade al ver aparecer a un rubio bastante alto.

-¿Qué tal, Oviedo? -pregunta con arrogancia.

-Dylan -contesta  a modo de saludo-. Vámonos, cariño, se hace tarde -decide poniéndose de pie y tendiéndome la mano.

Mientras caminamos hacia su casa, ninguno de los dos dice nada. A mí me ha dejado bastante sorprendida la escena, pero no quiero preguntar nada para que no se sienta incómodo u obligado.

-Lo siento -se disculpa cuando entramos a nuestra calle-. Es una chica con la que estuve de lío. No quería nada serio con ella y... bueno, digamos que ella quería más. Es una larga historia.

-¿Qué pasó?

-Fue hace seis meses -suspira colocándose el tupé-. Un compañero de clase dio una fiesta en su casa y nos acabamos liando. Después de esa noche empezamos a vernos más a menudo. Le dije desde el principio que no buscaba nada serio, y al principio ella estaba de acuerdo, pero... después de un mes empezó a insistir con intentar tener una relación. Una noche llegué llorando a casa y hablé con Lucas y con Jesús. Al final decidí cortar por lo sano y le dije que no quería volver a tener nada con ella -me explica dejando de caminar cuando llegamos a la puerta de su casa-. Te tuviste que enterar de esa movida, las redes sociales ardieron con lo cabrón que había sido, lo mucho que me había aprovechado de ella y lo mal que me está sentando la fama.

-Si te soy sincera, no os seguía antes de venir aquí -sonrío con diversión-. Me gustaba vuestra música y eso, pero... no soy de las que siguen a sus cantantes favoritos por redes.

Veo cómo Dani sonríe y baja la mirada hacia el suelo pensativo, como si no supiera cómo reaccionar ahora.

-Respecto a lo que ha dicho... no le hagas caso, por favor. No quiero acostarme contigo y luego mandarte a la mierda. Es cierto que antes de conocerte es lo que hacía, pero... me has hecho madurar, ya no busco eso. Quiero una relación seria, en la que haya mucho amor, diversión, fidelidad, confianza, intimidad y complicidad, y la quiero contigo, Lore.

Asiento en respuesta, y paso mis brazos alrededor de su cuello para acercarme a besarle. Noto cómo sonríe contra mi boca antes de fundirnos, y me apoya contra la puerta de su jardín mientras me rodea la cintura con cariño.

-No me importa lo que hayas hecho antes de estar conmigo -susurro jugando con el remolino de pelo de su nuca cuando nos separamos-. Solo me importa lo que pase a partir de ahora. No tienes que darme explicaciones de nada, Dani.

-Quédate a dormir -susurra contra mi cuello, besándolo sin parar-. Duerme conmigo esta noche.

-Tu madre se va a cansar de mí -río mordiéndome el labio inferior.

-Su madre no lo sé, pero su representante prefiere que os beseis dentro de casa que fuera -escucho decir a mi madre a nuestro lado-. Lorena, por favor, que tienes hermanos.

-Oye, las muestras de afecto son muy bonitas y necesarias -contesto mirándola cuando Dani se separa de mí-. Chicos, dad muchos besos y quered muy bonito -sonrío mirando a Miguel y a los mellizos.

-Qué asco -susurra mi hermano entrando en casa.

Después de reír ante su contestación, mi madre pasa a casa junto a los mellizos y Miguel, y yo me meto en casa de los gemelos con Dani. Al hacerlo, nos encontramos con sus padres hablando con unas maletas al lado.

-Se queda Lorena a dormir -anuncia Dani cogiéndome la mano y arrastrándome a las escaleras.

-Vale, cariño. Nosotros nos vamos a Córdoba por trabajo, ya lo sabes. Volvemos en dos días -informa cogiendo su bolso y su móvil-. Os quedáis con Juan Carlos, no le deis guerra.

Cuando sus padres desaparecen de casa, sonríe y me acerca a él hasta besarme en mitad de las escaleras.

-Vamos, no jodáis -se queja Lucas desde la barandilla de la segunda planta-. Sois insoportables, ¿no sabéis estar separados?

-No te quejes tanto -ordena Dani de buen humor-. ¿Qué haces aquí?

-He quedado con tu hermano para jugar a la play -contesta bajando hasta donde estamos nosotros-. ¿Qué planes lleváis?

-Al parecer me quedo a dormir -digo mirándole-. ¿Tú también?

-Sí, seguramente -sonríe volviendo a subir-. ¡Fiesta de pijamas!

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Siempre Tú [RESUBIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora