-¡LO BESASTE! ¿¡TÚ LO BESASTE!?- alejé el teléfono evitando que los chillidos de Jennie reventaran mis tímpanos.
Tomé la manzana sobre el escritorio y le pegué un mordisco, miré mi reloj y maldije mentalmente. Solo tengo veinte minutos de descanso.
-¿HOLA?
-¿Podrías dejar de gritar Jennie Kim? Pueden escucharte hasta la otra cuadra- respondió con un quejido. -Si, ya te lo dije. Si pasó y me siento fatal... Me siento la peor persona del mundo- admití hundiendome en la silla reclinable.
-Vale...- suspiró- Eres una horrible persona, pero...
-¡Gracias Jen, me siento muchísimo mejor!
-Pero- continuó- ...Creo que eso es un alto indicador de que tú corazón está indeciso.- me congelé con la manzana a medio comer en mi boca. ¿Mi corazón le pertenece a Jungkook? ¡No! ¡Ni siquiera un cuarto de mi corazón, podría pertenecerle, jamás!
-Fué un beso, un error, me dejé llevar por la atmósfera del momento... Eso no quiere decir que lo ame.- admití.
-Si claro, como digas Park. Debes hacer una simple comparación y ver quién de los dos puede hacerte sentir mejor...Si Jungkook puede darle la vuelta a tu mundo con un simple beso y una salida por un- pausó buscando las palabras correctas- caminucho abandonado, pero su contraparte, Jimin no puede hacer lo mismo, con NINGUNA- levantó la voz de nuevo haciéndome alejar del parlante- muestra de amor, entonces ahí tienes la respuesta.- un silencio se instaló através de la línea telefónica- Debo irme, pero continuaremos con esta charla por la noche, señorita infiel.
-¡Oy- y antes de poder quejarme, colgó. - Maravilloso.- tomé mi chaleco y caminé por los largos pasillos de la empresa, hoy habían pocos empleados y era el momento idóneo para explorar por allí. Saludé a los trabajadores de ese departamento y me dirigí a la cafetería, al pasar por el umbral, mi vista cayó sobre un chico alto y de cabellera castaña, golpeando el dispensador de agua con la palma de su mano.
-¿Disculpa, necesitas ayuda?- levantó su mirada y asintió lentamente apenado por la situación. Nunca lo había visto por aquí y ciertamente no tenía aspecto de ser un trabajador común, era muy apuesto, y a simple vista parecía todo un modelo. Me acerqué a la maquina y le di un par de golpecitos a la parte de atrás del motor, justo como Bam me había enseñado aquella vez. -Listo.- el muchacho agradeció satisfecho y llenó su vaso de papel con agua. Me di la vuelta lista para prepararme un delicioso sandwich de jamón y el me siguió como un niño pequeño.
Me di la vuelta para encararlo con una sonrisa divertida. - Oh, lo siento... Y-yo ¿cómo te llamas? Soy nuevo por acá- dijo rascando su nuca y con una sonrisa tímida.
-Park Roseanne, departamento de edición periodística.- estiré mi mano y el la estrechó de vuelta.
-Kim Taehyung- su sonrisa creció- Pasante.- bajé la vista a la tarjeta de identificación que colgaba en su cuello. Sonreí de vuelta. - Comencé hace unas pocas semanas... S-se me ha hecho un poco cuesta arriba hacer compañeros, todos por aquí parecen hechos de hielo- ambos reímos.
-Lo sé, pero hey; no todo está perdido, ya me tienes a mí, así que sino te molesta, te daré un recorrido por la compañía.
Taehyung era un chico muy inteligente e interesante; estaba cursando el último año de la universidad pero había sido elegido entre más de mil candidatos para el puesto, probablemente dentro de unos pocos años estaría tomando una posición importante en este lugar. En nuestro recorrido, además de recorrer casi todo el edificio, también le enseñé dónde quedaba mi oficina.
-Puedes venir a buscarme cuando quieras.- señalé hacia mi cubículo
-Gracias noona.- respondió- Creo que es momento de irme, probablemente el jefe esté buscandome.