Capítulo 19

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Badwolfs


SKIA


Todos nos miraban raro, parece que eran los primeros humanos que traían aquí.

—Entonces te fuiste para traer mundanos aquí?— dijo uno acercándose a nosotros —Eso no me lo esperaba

—No son cualquier mundano Carlos— decía Aaron mientras bajaba de donde estaba —Ella es la chica que ustedes casi matan en el bosque— lo regaño

—La hija de la luna?!— dijo sorprendido y él asintió para luego sentir la mirada de la mayoría de los presentes en mi —Lo siento— se disculpó Carlos —Fue una confusión

—Descuida— le dije con media sonrisa

—Bien, se sabe de sobra que están, bueno estamos cansados, así que vamos... — se detuvo, nos analizó y miró hacia atrás —Deja de tocar cosas Noah

Él mencionado se detuvo inmediatamente y Mackenzie y yo nos reímos de su reacción. Ay mi amigo el curioso.

—Como decía— retomó —Pues debido a ello, pueden ir a sus habitaciones y descansar o quedarse aquí afuera un rato, no importa

—Me gustaría ir, pero para dejar esto— comenzó Kenzie señalando nuestras cosas —¿Quién se quedaría en una habitación teniendo todo esto aquí afuera?

—Ella me agrada— dijo uno de los de la manada acercándose

—Ahh si— se recordó y atrajo a 3 de ellos —Ellos son como mi grupo cercano más o menos, Ellos son David— señaló al chico que le acababa de hablar a Kenzie —Ya conocen a Carlos— el mencionado saludo alegre —Y la reina de este grupo, Elizabeth— una chica morocha de ojos oscuros nos saludo

—También pueden decirme Ellie— dijo ella con una sonrisa la cual se la devolví

—Bien, chicos— les dijo a los tres —Pueden llevarlos a sus....— ni llegó a terminar cuando Carlos ya estaba tomando nuestras cosas

—Claro que sí capitán, vámonos!— lo seguimos junto a un David negando la cabeza divertido y una Ellie con cara de "que haremos con él"

A diferencia de antes, ahora cada uno tenía su propia habitación, algo que nos alivió un poco. Estas eran rústicas, llenas de ramas y hojas, además de pequeñas rosas que lo hacían más precioso a la vista. Dejé mis cosas allí y me senté en la esquina de la cama mientras observaba mis manos. El recuerdo de hace rato seguía en mi mente, y aún no entendía como había hecho eso.

—Mientras más las mires menos respuestas tendrán— gire mi cabeza hacia la puerta y lo vi recostado del marco de ella

—Al menos ahora no puedes decir que lo que veía eran alucinaciones— refute —¿Que haces aquí?

—Supuse que estarías como una maniática viendo tus manos y venas— se acercó a mí y señaló mi lado —¿Puedo?

—Haz lo que quieras— respondí sin mirarlo

Me eché a un lado y él se sentó. Miraba a donde mismo estaba mirando, mis manos y mis venas. Levante un poco la mirada y con eso me pude dar cuenta de que estábamos demasiado cerca.

—¿Sabes? A veces quisiera que todo esto fuera un sueño, un sueño horrible del cual voy a despertar

—Si pensara eso cada vez que me sucede algo horrible viviría soñando— admitió y eso me llamó la atención

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