Capítulo 22

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Tierra y Hielo


FOREST


Vi como Luke trato de alcanzarla y tomarla del brazo pero se hundía rápidamente

—Luke no!— le tomó de los brazos Marcus antes de que él pudiese entrar —Si entras, tú tampoco podrás salir

—¡Es mi hermana la que está ahí adentro, Marcus!— escuche la desesperación de su hermano en una esquina

Actúe como cualquiera lo hubiera hecho y me lancé, soy un espíritu, así que el frío no me afecta como a los humanos. Después de nadar por unos minutos la encontré, pero no sola.

Y esa figura la conocería en cualquier lado, la estaba curando

Pero antes de poder hablarle, me miró y huyó. Lo llamé como 3 veces pero solo me ignoró.

Ese maldito

Tome a la chica en mis brazos y con mi magia me impulse para salir de allí lo más rápido posible. Al salir, su hermano y su mejor amiga, creo que era Mackenzie que se llamaba, la sacaron de allí. El joven badwolf la reviso, pero estaba perfectamente bien, perfectamente curada.

Le presionó el pecho varias veces buscando que reaccionara o respirara, luego de un rato escupió algo de agua pero nada más, hasta que Gale le roció un viento cálido a su cara y despertó

—Casi me matas de un infarto— le dijo su hermano abrazándola y ella aún seguía aturdida —¿Cómo te sientes?

—Cansada y con mucho frío— murmuró apenas audible

—Conozco un lugar donde nos podemos ocultar— hable y vi a Gale de reojo, y él entendió a donde íbamos

Le di una manta a Skia y luego comenzamos la ruta. Caminamos por un rato hasta llegar a unas pequeñas montañas de nieve, todos me miraron raro pero comencé a buscar una en específico. Luego de un rato Gale la encontró, volo hacia ella y nos dijo que era por aquí.

Y ahí comencé a recordar los viejos tiempos......

Era una tarde de verano cuando los 5 fuimos a Nunavut para animar a Winter por algo que había pasado. Comenzamos a hacer guerras de nieve, muñecos y esas cosas. Hasta con el lago en el que casi Skia muere hoy, Nox creaba toboganes para que Winter los congele y jugábamos con ellos. Ese día construimos un pequeño refugio, lo llamamos sala de juegos y cuentos, era donde siempre nos divertíamos. A veces nosotros nos quedamos afuera, debajo de ese árbol y otras veces entrábamos.

Pero después de ello, fue el día del cambio entre ella y yo

La había encontrado unos días después allí, debajo de ese árbol lleno de cristales y algunas hojas que luchaban contra el frío y solo estaban llenas de escarcha que hacían a ese árbol mágico y único

—¿Qué haces aquí?— le había preguntado sentandome a su lado

—Solo quería estar un rato a solas conmigo misma

—Y no irás a la fiesta?

—Prefiero estar aquí— fue lo único que me dijo antes de ver hacia el horizonte.

Una aurora boreal comenzó a formarse y era una de las más bellas que había visto. Ella puso su cabeza en mi hombro esa vez y yo solo la abracé, era el único de nosotros que la entendía y no sabía por qué, pero me agradaba mucho.

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