One-shot

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Todo comenzó con dos palabras dichas al unísono por aquellos jóvenes, pero tal parece que un "te amo" no basta. Decidieron comenzar una relación bastante amorosa y con un toque de pasión, todo iría perfecto si tan solo fueran aceptados...

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Abrió poco a poco sus ojos, entre la luz mañanera que lo rodeaba. Giró su rostro hacia su lado izquierdo y pudo apreciar al mayor, lucía tan indefenso dormido, su piel blanca y reluciente profanaba entre las sábanas celestes de la cama. Sonrió para sus adentros y se acercó a los labios acorazonados depositando un pequeño beso, mismos labios que la noche anterior se había pasado mordiendo, succionando y besando con furia. Al separarse pudo darse cuenta que los grandes ojos de su novio lo observaban, a lo que el menor le besó nuevamente.

El más bajo sonrió correspondiendo al ese beso, casi devorando los labios ajenos, uniendo ambas lenguas, jugueteando entre estas. El calor que había entre ambos cuerpos ya desnudos desde la noche anterior volvió a intensificarse y la chispa brotó una vez más, intensificando el fuego de su amor. Jongin subió al cuerpo blanquecino abriendo las piernas ajenas, poco a poco penetró al mayor quedándose quieto una vez que se encontro completamente dentro. Un pequeño gruñido escapo entre aquel beso de parte del pelirrojo al sentirlo completamente dentro, un suave dolor punzó en su entrada en ese instante provocándole una mueca de dolor no muy notoria.

La lengua del moreno fué recorriendo todo el pecho ajeno con besos, al igual que en su cuello, empezó a bombear su miembro con lentitud. Kyungsoo aferró sus manos a la espalda del menor, enterrando un poco sus uñas en aquella piel con tez morena mientras que un gemido audible brotaba de su cavidad bucal; una de sus manos se mantuvo arañandole mientras que la otra enredaba sus dedos en el cabello ajeno. Arqueó aun más su espalda para permitirle mejor acceso a las embestidas e igualmente a su cuello.

Jongin por segundos se quedó dentro del mayor tratando de sentir la calidez que envolvía a su virilidad. La humedad, el calor, el latido de su amado sintiéndolo por partes más recónditas; era de esperarse que se excitara aún más y los vaivenes fueran más frenéticos, más bruscos. El mayor intentó regular su respiración al sentir como el más alto se quedaba quieto, logrando aquello por un corto tiempo antes de perderlo agitándose nuevamente. Apretó sus ojos con fuerza y gemía con fuerza, arañando aún más la espalda ajena. Una sonrisa ladina se dibujó en su rostro del más alto al oir esos gloriosos gemidos, esos sonidos que reproducia el mayor, aquellos que volvian loco al menor y que lo excitaban tanto, al borde de hacerle perder el control. Siguió con sus constantes embestidas, entrando y saliendo del pequeño, enterrando cada vez más su masculinidad, chocando una y otra vez con la prostata adversa.

Soo colcó sus manos en las mantas sobre las que estaba acostado, arrugandolas y juegueteando con estas también desquitando todas las sensaciones que le traía su novio. Sentía bastante dolor así como placer, confundiendolo por completo. Finalmente el menor llegó al orgasmo esperado, jadeando con fuerza mientras se recargaba en el pecho de su novio. El menor se corrió tras sentir la escencia tibia dentro de sí mismo.

Permanecieron unidos por algunos minutos regunlando su respiración, hasta que escucharon cómo la puerta de aquella habitación era tirada por un sonido bastante brusco, tratándose de una fuerte patada la cual logró captar la atención de ambos. El chico de tez morena salió de inmediato del mayor, mirando fijamente hacia atrás pudo notar que se encontraban sus padres con una mirada asombrada y de odio combinadas, el padre corrió hasta Jongin tomándole por los finos cabellos color castaño, jalándolo con violencia para arrumbarle en el suelo y continuar golpeándole hasta hacerlo sangrar. Por su parte, la madre lloró desconsolada rogándole a su esposo que no le golpease, pero a cambio recibió una bofetada fuerte en su rostro.

El señor se fué una vez de haber terminado sus golpes, dejando al menor inconsciente, su esposa tuvo que seguirle sin poder hacer nada, no quería ser más maltratada. Kyungsoo sólo observaba llorando y sin poder hacer nada más que dejar besos en el rostro de su amado, pues sabía que estaba mal tener una relación con alguien de su misma sangre.

Prohibido amarte. (KaiSoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora